• Sofía Cetrulo, alumna internacional de Dirección de Empresas y Marketing, galradonada en el Congreso Internacional de Estudiantes por una investigación sobre la neutralidad de género en los asistentes virtuales

Nada hacía sospechar a Sofía Cetrulo que cuando vino de su Uruguay natal, no sólo iba a cursar un doble grado universitario, sino que ya iba a dar sus primeros pasos en la investigación. ¡Y qué forma de iniciar ese periplo investigador! El reciente Congreso Internacional de Estudiantes ha premiado su trabajo sobre la neutralidad de género en los asistentes virtuales. Una investigación que cuestiona los roles de género en los softwares de tecnología inteligente. O lo que es lo mismo, porqué son voces femeninas las de los asistentes virtuales de Apple, Microsoft, Amazon y Google. Su principal conclusión es definitiva: existen sesgos de género y prejuicios sociales, producto de la falta de diversidad en el sector que los desarrolla.

Sofía, en la sede del CEU en Elche

El motivo de esta investigación responde a su curiosidad innata. “En el CEU nos regalaron a los alumnos una Alexa. Un día, conduciendo, me surgió la pregunta de porqué los asistentes virtuales eran en su mayoría «mujeres», asegura. Después de comentarlo con la profesora Maite Pastor, se lanzó a la aventura. Esa pregunta inocente terminó desembocando en un área de investigación tan actual y relevante y empezó a verse a sí misma como estudiante e investigadora.

Lo primero que llevó a cabo fue contextualizar el fenómeno. Según la empresa de investigación Junpiter Research, para finales del 2023 habrá más asistentes virtuales en el mundo que personas. Y son los asistentes virtuales de Apple, Microsoft, Amazon y Google los que concentran el 90% del mercado, tanto en volumen como en frecuencia de utilización. Además, en todos ellos, más allá de la extensión del software, se produce una coincidencia: sus nombres son femeninos, sus voces son femeninas. “Incluso, sus propios creadores, se refieren a estos asistentes con el pronombre “ella”, reafirmando aún más, el imaginario colectivo de asistentes virtuales mujeres”, advierte Sofía.

La feminización de los asistentes virtuales

Por ello, esta estudiante e investigadora se planteó determinar la razón por la cual la mayoría de los asistentes virtuales son exclusivamente o por defecto “femeninos”. Asimismo, quiso establecer la relación entre la feminización de los asistentes virtuales y los prejuicios de género y exponer las consecuencias de esta asociación del género femenino.

En su investigación, mediante el análisis de contenido, se comprueba el vínculo directo entre los adjetivos que describen a los asistentes virtuales, y los estereotipos de género con los que normalmente se las asocia a las mujeres. “Es por ello, que las voces femeninas en los asistentes virtuales no se deben a una cuestión de tono de voz, sino que deriva de una cultura de estereotipación de la mujer”.

Igualmente, el trabajo apunta al papel que tiene los algoritmos de estos asistentes virtuales. “Cuando los algoritmos son alimentados con información cargada de prejuicios sociales, estos aprenden de ellos y tienen el poder de reproducirlos y potenciarlos”, advierte. “Es más”, asegura, “en la actualidad, no existen algoritmos de optimización que permitan identificar dichos prejuicios”.

Por una tecnología inclusiva

En consecuencia, según Sofía, se convierten en una poderosa herramienta de proliferación de los prejuicios sociales. “Afectando la forma en la que las personas (y, fundamentalmente, los niños) interiorizan y entienden los roles de género”. Probablemente, a juicio de esta joven investigadora, se pueda mejorar al igual que se han conseguido grandes logros en la lucha contra los prejuicios sociales. “Generar un cambio en la cultura de la tecnología es de vital importancia. Para que sea más inclusiva y respetuosa con la sociedad en su conjunto”, apunta esta estudiante e investigadora.

Como resultado de este trabajo, que le ha permitido ampliar sus conocimientos, Sofía percibe otras ventajas. “Por ejemplo, prepararme para situaciones futuras donde otra vez tenga que defender trabajos frente a tribunales académicos”. En realidad, lo más satisfactorio de esta experiencia ha sido poder investigar sobre una temática que le apasiona y le parece relevante. “El haber recibido un reconocimiento por ello, es un plus que aumenta mi felicidad y mis ganas de seguir por este camino”, concluye.

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