• Seis profesores de Enfermería relatan cómo concilian su trabajo en centros hospitalarios, la docencia online y su vida familiar durante la crisis del COVID 19
Ana Belén Riera en un descanso de su turno con dos compañeras del servicio de Urgencias

Para los pacientes ingresados en los Hospitales de Elche, Alicante y la Vega Baja, Carmen Berenguer, Ana Belén Riera, Isidro García, Begoña García, Inés González y Andrés Navarro son esos profesionales sanitarios que se desviven por hacerles la vida un poco mejor, por ayudarles a mejorar su salud y por estar ahí, en primera línea, en estos momentos de lucha contra el coronavirus. Ninguno de esos pacientes sabe que después de sus turnos de trabajo, los seis se quitan sus batas y se sientan frente a un ordenador para impartir una clase online o atender a sus alumnos a través de video conferencia.

Y es que Carmen, Ana Belén, Isidro, Begoña, Inés y Andrés forman parte del claustro de profesores de Enfermería en el CEU de Elche junto a otro nutrido grupo de enfermeros, enfermeras y matronas que se encuentran en activo y que ponen en riesgo su vida a diario para cuidar a los demás y garantizar la salud y la seguridad de las personas: Rubén Galiano, Noelia Rodríguez, Arantxa Cámara, Ricardo Martín, Fernando Fernández, Ana Gallardo, Irene Vegara, Javier Sánchez Torres y una veintena de profesores asociados.

Begoña García y Carmen Berenguer trabajan en el Hospital de Elche

Aunque a todos nos ha cambiado la vida, en el caso de estos profesionales el COVID-19 ha hecho mucho más. Todos coinciden en señalar que forman parte “una profesión donde prima la parte humanitaria, que es por la que estamos dispuestos a jugarnos la vida”, como resalta Carmen Berenguer, enfermera en Planta del Hospital General de Elche. “Creo que esta pandemia es algo para lo que nadie está preparado y se está empezando a poner en evidencia la labor del sanitario, quienes nos jugamos la vida por atender a un paciente. Nadie puede pensar que vayamos a dejar que muera un paciente por no llevar el material de protección”, asegura Ana Belén Riera, quien trabaja en el Servicio de Urgencias del Hospital de la Vega Baja.

Además, son conscientes de que son los primeros que deben dar ejemplo cuando salen de su trabajo y son otro ciudadano más que debe confinarse, aunque en su caso, con más razón dada su profesión.

Inés González trabaja como enfermera en Quirófano en el Hospital de Alicante y reconoce que, aunque es difícil y “nuestra profesión conlleva una carga emocional muy grande”, debe ser la primera en comportarse correctamente también su esfera personal: “En casa me mantengo aislada, usando mi habitación y el cuarto de baño. Ni siquiera coincido con mi familia para cocinar”. No es la única. Carmen Berenguer, por su parte, cuenta con dos viviendas y ella se ha aislado de su familia trasladándose a una de ellas porque “es recomendable que los que estamos en activo nos alejemos, en la medida de lo posible, de las personas más cercanas para minimizar riesgos”.

Isidro García durante una de los talleres de formación sobre la colocación de los EPI

Por eso, como advierte Isidro García Abad, del Servicio de Medicina Preventiva en el mismo Hospital de Elche, una de las recomendaciones que tienen todos los profesionales es que “antes de irnos tenemos que darnos una buena ducha y hacer un cambio de ropa correcto para evitar contaminar a nuestros familiares en casa”. Isidro ha sido el responsable, durante estas últimas semanas de impartir talleres de formación sobre protección para los profesionales sanitarios, desde médicos a personal de Enfermería, pasando por administrativos y celadores.

Ana Belén Riera lleva estos comportamientos de protección también a su vida personal: “En el momento en el que entramos en casa todo se queda en la puerta, nos lavamos continuamente y si salimos a comprar el pan nos cambiamos de ropa. El contacto con el exterior es mínimo porque la mejor forma de luchar contra la COVID- 19 es el aislamiento».

Esta profesional destaca la labor humanitaria del trabajo de las enfermeras, por lo que agradece las muestras de apoyo que la sociedad está dando a diario a su colectivo que está desempeñando su labor bajo unas condiciones muy exigentes, en las que el riesgo de contagio es elevado, como lo demuestran los datos de personal sanitario infectado. “Es muy reconfortante. Para nosotros lo más importante es que nos den las gracias por algo que hemos hecho, mucho más de lo que podamos cobrar a final de mes. Con nuestra labor nos jugamos la vida y eso es algo que no está pagado, por lo que espero que esto sirva para que mucha gente quiera estudiar Enfermería o Medicina, una profesión que te llena y enriquece”.

Andrés Navarro, farmacéutico en el Hospital de Elche, cree, además, que se van a modificar otros hábitos, especialmente en lo laboral, una vez se supere la crisis: “Va a cambiar radicalmente muchas cosas y la manera de comunicarnos. Utilizaremos mucho más los medios telemáticos, algo que creo que no es malo, y dejaremos los encuentros presenciales para lo imprescindible”.

El coronavirus como materia docente

Todos estos profesionales de la Enfermería combinan su trabajo en sus respectivos centros sanitarios con la docencia en el grado de Enfermería. Una profesión que en este año 2020 celebra el Año Internacional de la Enfermera y la Matrona, declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Gracias a los canales online, los alumnos mantienen el ritmo de las clases, mostrando, por un lado, su interés por conocer el estado personal de sus profesores y, por otro, profundizar sobre cómo están afrontando una situación de emergencia sociosanitaria excepcional. Todos los docentes coinciden en que en el futuro la formación relacionada con la COVID-19 entrará en las aulas.

Rubén Galiano, en la UCI del Hospital General de Valencia

En opinión de Ana Belén Riera “todo este conocimiento se pondrá en valor en asignaturas de infecciones y prevención”, mientras que Carmen Berenguer ya piensa de cara al futuro en analizar con sus alumnos “qué soluciones hubiéramos dado ante problemas como la falta de material, cómo hacer los aislamientos, dónde montar las zonas los aislamientos y ver cómo la Enfermería puede ayudar en situaciones como la que estamos viviendo”.

De la misma opinión es Inés González, quien señala que en la parte de Pensamiento Crítico “podremos pararnos a pensar y ver en qué cosas se podría haber mejorado a nivel sanitario ante una epidemia de estas características”.

Isidro García, por su parte, cree que la COVID-19 “va a ser un refuerzo muy importante para nuestros estudiantes porque no podemos olvidar la parte vocacional de la Enfermería» y asegura estar convencido de que “esta generación va a salir con muchas ganas de trabajar”.

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