La profesora de Magisterio del CEU de Castellón Verónica Moreno y la estudiante de 2º curso del Grado en Educación Infantil de esta universidad María Guzmán explican en esta entrevista cómo trabajan -dentro y fuera de las aulas- las grandes posibilidades pedagógicas de los relatos dirigidos a los niños.
«Los cuentos desarrollan habilidades sociales y emocionales, además del lenguaje y la comunicación, estimulan la imaginación y la creatividad, fomentan la concentración y la memoria y también transmiten valores. Pensemos que el futuro de nuestra sociedad está en la infancia, y que esta etapa educativa es crucial para la formación del carácter, el desarrollo de la personalidad y la creación de hábitos en los futuros adultos. Y los cuentos, que tanto gustan a los niños, son un instrumento idóneo para transmitir estos valores tan necesarios, además de fomentar su hábito lector», explica Verónica Moreno.
Los que han elaborado los estudiantes de Magisterio, prosigue la docente, «abordan valores como la empatía, la amistad, el respeto, la sinceridad, la solidaridad, la tolerancia, la generosidad, el agradecimiento, la humildad o la responsabilidad. Y cuando vimos la posibilidad no solo de trabajar los cuentos en las clases de Magisterio, sino de llevarlos a la práctica en las aulas de infantil del colegio Bisbe Pont, de Villarreal, ni lo dudamos».
«La iniciativa fue preciosa. Cuando nuestras profesoras nos dijeron que podíamos ir a un colegio a contar a los escolares un cuento nos alegramos mucho, ya que para un estudiante de Magisterio no hay nada más satisfactorio que estar en un aula y trabajar con los niños». subraya María Guzmán.
La futura maestra tiene clara la importancia de educar en valores. «Debemos formar de modo integral a los alumnos. Los valores son una parte fundamental del desarrollo humano y ayudan a los niños a comprender cómo relacionarse con los demás y a enfrentarse y gestionar ciertas situaciones. También contribuyen a la prevención de conductas negativas como el bullying, la discriminación, la violencia y el egoísmo. Y, en su lugar, fomentan la empatía, la tolerancia y el respeto», concluye.