Profesores de la CEU UCH reflexionan sobre su rol como educadores y la integración de la Inteligencia Artificial en sus metodologías

El último Dies Academicus de este curso, organizado por el Rectorado de la CEU UCH, tuvo como eje central dos mesas redondas dirigidas al personal docente de la Universidad. Ambas sesiones han contado con una destacada acogida y participación, tanto de forma presencial como en línea, lo que refleja el interés y el compromiso del profesorado con los temas tratados.

La primera mesa ha girado en torno al tema “El trabajo del profesor” y ha estado coordinada por Elías Durán, Director de Comunicación y profesor de la CEU UCH. Han intervenido los profesores Federico Guillén (Facultad de Veterinaria); David Pantaleón (ESET); Santiago Maestro (Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación) y Alfonso Martínez-Carbonell (Adjunto al Vicerrectorado de Profesorado y Planificación Estratégica).

Los participantes han reflexionado sobre cómo la identidad del profesor universitario se construye y transforma de forma continua, a través de su relación con los alumnos, los compañeros y el propio ejercicio de la docencia, la investigación y el trabajo cotidiano. Se subrayó especialmente la importancia de implicar a los estudiantes activamente en el proceso de aprendizaje, fomentando un compromiso real que vaya más allá de la mera transmisión de contenidos.

Asimismo, se destacó que la tarea docente no se limita a adquirir conocimientos, sino que exige una profunda asimilación —descrita como una “rumia” intelectual— y una posterior confrontación en espacios compartidos con colegas y alumnos. El momento de impartir clase fue señalado como el núcleo esencial del quehacer docente: un encuentro personal e irrepetible entre profesor y estudiante, que exige entrega, preparación y generosidad. Al entrar en el aula, subrayaron, es necesario dejarlo todo y estar completamente disponibles para ofrecer lo mejor de uno mismo.

Por otro lado, los ponentes coincidieron en la necesidad de seguir simplificando los procesos de gestión y reducir la carga burocrática que a menudo limita el desarrollo pleno de la labor docente e investigadora. También se abordaron cuestiones relevantes como la gestión eficaz del tiempo y los desafíos que plantea la llegada de nuevas generaciones de estudiantes, especialmente en lo relativo a su relación con la tecnología y su impacto en los hábitos de estudio y aprendizaje.

La aplicación de la tecnología y la IA a la docencia

En la segunda mesa estuvo centrada en reflexiones y experiencias relacionadas con la aplicación de la tecnología y la inteligencia artificial en la práctica docente. Ha estado coordinada por José Terrado (Adjunto al vicerrectorado de Ordenación Académica y Digitalización) y han participado    Antonio Barrasa (Facultad de Ciencias de la Salud), Jordi Aguiló (Facultad de Veterinaria), María Luisa Mena (Facultad de Derecho, Empresa y Ciencias Políticas), Manuel Ibáñez (ESET) y Pepe Martínez (Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación).

Durante el encuentro, los profesores participantes compartieron experiencias sobre la aplicación de distintas herramientas de inteligencia artificial en sus respectivas disciplinas. En el ámbito de la salud, se destacó su potencial para transformar la manera de enseñar, especialmente en la preparación de clases, la creación de materiales de evaluación, la retroalimentación automática sobre trabajos y la simulación de escenarios clínicos. Estas aplicaciones permiten una docencia más dinámica y adaptada a los nuevos entornos digitales.

En el campo de la ingeniería, se subrayó el valor de emplear la IA como apoyo a las ideas iniciales del estudiante, ya que el diseño en sí cada vez lo realiza mejor la herramienta. Se insistió en la necesidad de integrar estas tecnologías dentro de metodologías activas, con el objetivo de mejorar los sistemas de evaluación.

Por su parte, desde el área de la publicidad, se señaló que los estudiantes ya están utilizando IA, lo que plantea el reto de enseñarles a distinguir entre lo producido por ellos mismos y lo generado artificialmente. Además, se cuestionó la validez de una evaluación basada únicamente en el producto final, sin considerar el proceso creativo, lo que invita a replantear los resultados de aprendizaje y su evaluación. Coincidieron en la urgencia de alfabetizar en IA a los estudiantes, pero también de formarse previamente los profesores. Se abogó por un uso que estimule el pensamiento creativo y que requiera a los alumnos identificar cuándo y para qué han utilizado IA, incluyendo también el uso de imágenes generadas por estas herramientas. Esto no solo fomenta la transparencia, sino también una reflexión crítica sobre el uso responsable y ético de la tecnología.

Por último, se planteó la necesidad de diseñar una política clara sobre el uso de la inteligencia artificial en el ámbito educativo, estableciendo niveles de implementación: institucional, por facultades o departamentos, y a nivel individual profesor-alumno. Se insistió en la importancia de contar con directrices institucionales y con instrucciones precisas en las guías docentes. En cuanto a la legislación vigente, se recordó que ya existen normas orientadas a garantizar la privacidad y a controlar el uso de la IA, especialmente considerando los riesgos asociados a su implementación masiva.

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