Antonio Martínez Gómez, profesor de Empresa en el CEU de Elche y gerente de PIMESA, empresa pública dedicada al desarrollo de suelo para actividades económicas y la prestación de servicios de movilidad urbana
Es economista especializado en gestión urbana estratégica y desarrollo local. Y, recientemente, ha sido nombrado presidente de la Sección Valenciana de la Asociación Española de Gestores Públicos de Vivienda y Suelo (AVS). Pero, sobre todo, se considera un firme defensor del papel de las personas en las organizaciones. Es por ello que aboga por empresas modernas cada vez más humanizadas y saludables, “en la que la gestión de personas es esencial”. A su juicio, se abre un escenario relevante para las empresas en la nueva realidad poscovid, especialmente en la provincia de Alicante.
Aseguras que nos encontramos en una locura de cambios de la economía a escala global y local, y de la macro y microeconomía. ¿Cuáles son los retos para las empresas en la nueva realidad poscovid?
Ciertamente, hay que darle mucha importancia a la gestión de los cambios que se manifiestan en el entorno empresarial. Como afirma Spencer Johnson en su libro “¿Quién se ha llevado mi queso?”, tenemos que aceptar que el cambio es un hecho. Que hay que prever y controlar, que hay que adaptarse rápidamente al mismo, que hay que cambiar y disfrutar del cambio. Y que hay que prepararse para volver a cambiar rápidamente y disfrutar otra vez.
Este es el reto. Ante un mundo en constante cambio, con complejas y rápidas transformaciones que están revolucionando la sociedad, la economía, el trabajo, el medio ambiente, la política, todo. Y afectando al bienestar y la calidad de vida de mucha gente que no entiende lo que está pasando y no encuentra respuestas y soluciones para afrontar la nueva situación.
Igualmente, el mundo empresarial tiene que enfrentarse a la nueva realidad poscovid. Y, para hacerlo con éxito, necesita esperanza, ilusión y acción. No hay otra alternativa ante esta locura de cambios de la economía a escala global y local, y de la macro y microeconomía. Hay que aplicar los poderes del entusiasmo y de la acción.
Empresas en la nueva realidad poscovid
En 2020 advertías de que era necesaria unidad de acción de agentes sociales y civiles para mejorar la provincia de Alicante. ¿Cómo vamos?
Como economista especializado en gestión urbana estratégica y desarrollo local, y después de muchos años de análisis de nuestra provincia, he llegado a la conclusión de que, en la actualidad, en la nueva realidad poscovid, ni hay unidad de acción, ni un compromiso claro para afrontar los cambios que se están manifestando en todos los ámbitos de nuestras vidas. Es verdad que antes tampoco existía.
Los temas de interés, como inversiones y proyectos relevantes para aprovechar los recursos, las fortalezas, las capacidades y las oportunidades de desarrollo, progreso, bienestar, prosperidad y crecimiento de la provincia de Alicante, se eternizan en su ejecución desde hace décadas. Se debaten y discuten hasta la desesperación, sin convertirse en realidad. Y no se aplica el poder de la acción. Es decir, pensar y reflexionar. Para decidir y actuar con unidad de criterio hacia un destino común que nos ilusione. Y que nos dé energía y fuerza para conseguir alcanzar las metas establecidas de forma individual y colectiva.
¿Y por qué no se consigue?
Seguramente por el fuerte carácter localista e individualista de los alicantinos. En gran medida, consecuencia de nuestra gran y rica diversidad territorial (comarcas y municipios singulares y relevantes, muy especializados en determinados sectores económicos) y de nuestra forma de ser, personas emprendedoras y dinámicas. Por ello, se convierte en un elemento que dificulta, pero no imposibilita, la unidad de acción en pro de satisfacer las necesidades y los intereses comunes.
Hay mucha gente molesta porque cree que nuestra provincia está metida en un bucle, al observar que durante mucho tiempo no se satisfacen las necesidades y demandas ciudadanas. No se resuelven los problemas crónicos que nos afectan, no se toman las decisiones que se tienen que adoptar, … Estamos atrapados en el tiempo mucho tiempo y así no se puede avanzar.
Con todo esto, para cambiar nuestro modelo de desarrollo son necesarios los poderes del entusiasmo y de la acción. Tenemos que estar unidos e introducir el sentido de la urgencia en el proceso de toma de decisiones de todos y cada uno de los agentes y dirigentes con competencias en la provincia de Alicante.
La transformación digital de la economía
Desde PIMESA se está actuando en dignificar y mejorar la calidad urbana de las Áreas Industriales para que no sean zonas marginales y marginadas. ¿Cómo se logra este reto?
Como gerente de PIMESA, gestionamos Elche Parque Empresarial, una de las mejores áreas para actividades económicas de España. Y lo hemos hecho desde el urbanismo, para dotarla de unas infraestructuras, equipamientos y servicios urbanos de calidad. Pero, además, creando amplias zonas verdes y aprobando normativas que fomenten una arquitectura industrial de excelencia. Y lo hacemos para captar la implantación de empresas que promuevan un entorno de trabajo con unas condiciones dignas y saludables. Para que las personas trabajadoras se sientan comprometidas y motivadas para desarrollarse profesional y personalmente.
Desde PIMESA tenemos una filosofía especial, somos una sociedad pública que promueve y comercializa espacios de calidad para la localización de empresas que impulsen un crecimiento económico inclusivo y sostenible, la creación de empleo de calidad y la mejora de los estándares de vida.
También se gestiona desde PIMESA el proyecto Elche Campus Tecnológico
Se trata de una actuación que pretende crear un espacio de excelencia para la localización de actividades económicas, convirtiéndolo en un polo de innovación y un enclave tecnológico de referencia en el ámbito de la Comunitat Valenciana y de España. En consecuencia, un nuevo polo para el establecimiento de empresas innovadoras y de base tecnológica. Asimismo, para apoyar el proceso de transformación digital del modelo económico ilicitano, convirtiéndose en un centro de referencia de la economía de la nueva era.
Por esto mismo, Elche Campus Tecnológico pretende convertirse en una localización empresarial apoyada en los pilares de la sostenibilidad ambiental, social y económica. Y, también, en los valores del emprendimiento, la creatividad y la innovación. Un lugar de relación del sector empresarial con la actividad científica e investigadora de las universidades y del resto del ecosistema innovador existente en el municipio ilicitano y su entorno próximo. Y aquí es precisamente donde el proyecto se vincula con el CEU y con los grandes profesionales que trabajan e investigan en ella.
Talento, talante y trabajo
Precisamente, desde hace 23 años impartes docencia en el grado de Empresa del CEU de Elche, donde formas en Recursos Humanos. ¿Qué papel desempeña actualmente este departamento en las organizaciones, con todos los cambios originados por la COVID?
Como profesor asociado intento transmitir mis conocimientos y experiencias profesionales a mi alumnado. Tanto mi bagaje como gerente de PIMESA, como cuando fui director de Recursos Humanos, Organización y Calidad del Ayuntamiento de Elche. Sobre todo, soy un apasionado humanista que cree y quiere a las personas. Y que las considera el principal activo y razón de ser de cualquier tipo de organización, incluidas las empresas. La sociabilidad del ser humano es innata y se manifiesta cuando precisa satisfacer determinadas necesidades que no puede conseguir de forma individual y sí con otras o de otras personas.
La dignidad humana no sólo es un derecho, tiene que ser la base de nuestra existencia. Yo quiero que me traten y tratar a los demás con dignidad en todos los ámbitos de mi vida, no quiero ser un egoísta. El COVID es un maldito virus que está afectando a la salud física y mental de mucha población, pero también está atacando a nuestra esencia sociable. Solos, aislados, no somos nada.
¿Y qué se debe mejorar por las empresas en esta materia?
Creo en empresas modernas cada vez más humanizadas y saludables, en la que la gestión de personas es esencial. Creo en el éxito empresarial apoyado en las 3T, el talento, el talente y el trabajo de toda la gente que integra una organización. Y, para ello, se necesita invertir para potenciar sus conocimientos, sus habilidades y, en especial, sus actitudes positivas. Siempre hay que sumar a los resultados económicos el nivel de satisfacción y de felicidad de las personas que forman parte de la empresa. Ese es el reto.