El alumnado de Enfermería y de Fisioterapia del CEU de Elche forma en primeros auxilios y RCP a miembros de Protección Civil de Dolores e imparte tratamientos de recuperación a los corredores de la Transilicitana
Ayudar a la sociedad desde la enfermería y la fisioterapia más cercana. O empoderar en salud a los ciudadanos. Ese es el espíritu que mueve y motiva al profesorado y el alumnado de la Universidad CEU Cardenal Herrera en Elche. Y lo demuestran en cada ocasión que se presenta, comprometidos con la salud de los alicantinos. Así, este pasado fin de semana, la Escuela de Salud CEU formó en primeros auxilios y RCP a los voluntarios de Protección Civil en Dolores. Por su parte, los corredores de la Transilicitana, una prueba de más de 100 kilómetros, recibieron masajes y tratamientos de recuperación de los alumnos y alumnas de Fisioterapia.
“La importancia radica en que el primer contacto o atención podría salvar la vida de una persona”, indican desde Protección Civil. Por eso, desde el ayuntamiento de Dolores tenían claro la importancia de que sus voluntarios recibieran una preparación específica. O lo que es lo mismo, adquirir “conocimientos de primeros auxilios y saber de las medidas a tomar ante una situación de emergencia, dependiendo de las necesidades de la víctima o de los conocimientos del socorrista que va a prestar la ayuda”.
Durante las sesiones, el alumnado y profesorado de Enfermería del CEU realizó una exposición de material y simulacros de rescate de accidente de coche, así como el uso del desfibrilador. Una actividad en la que estuvieron coordinados por la profesora Noelia Rodríguez, y que se une a las muchas otras que la Escuela de Salud CEU realiza desde hace años en Dolores.
Masajes a ocho manos
Desde las 12 del mediodía hasta las 21.00 horas del sábado, una treintena de estudiantes de Fisioterapia, coordinados por los profesores Laura Fluxá, Sergio Montero, Carlos Barrera y José Manuel Esclapez, asistieron a los participantes de la Transilicitana. Esta asistencia a deportistas en competiciones es habitual en la titulación, desde hace más de 10 años. Sin embargo, por las características de la prueba, con un recorrido de 104 kilómetros, el papel de los fisioterapeutas es diferente y no se centran solo en los masajes de descarga postcompetición.
“En primer lugar porque no hay una hora concreta donde confluyen los corredores participantes, sino que van llegando poco a poco al punto de asistencia”, advierte Fluxá. Y no sólo eso, sino que “atendemos tanto a los corredores que hacen una parada durante la competición para darles un masaje o tratamiento que les permita seguir corriendo, como a aquellos que abandonan la competición y precisan de otro tipo de atención”. En este caso la mayor parte de los participantes reciben un tratamiento para estirar un músculo que ha sufrido una contractura inmediata o un aumento de tensión inmediato. “O molestias articulares por el número de kilómetros que ya han hecho.
¿Qué masaje necesita un deportista?
La mayor parte de los participantes suelen advertir a los fisioterapeutas que quieren continuar, “pese a que en muchas ocasiones nuestra recomendación es la prevención. Y es que los dolores articulares pasan factura cuando ya llevan 60 o 70 kilómetros. Es bastante probable que, dado que ya están llevando el cuerpo al límite, provoque una lesión. Nuestra recomendación es que abandonen la prueba. Ellos voluntariamente quieren continuar. De ahí que nuestra labor sea asistir la bajada de inflamación de esas articulaciones o el estiramiento de esos músculos que tienen un incremento de tensión excesiva”. Entre otras actuaciones se les aplica frío, estiramientos y spray and stretch en la musculatura que tiene una contractura.
Y en caso de asistirles para una descarga durante la competición, tiene que ser una descarga en tiempo mucho más rápido, porque siguen competiendo, asegura Fluxá. “Por ello, en lugar de hacer el masaje a cuatro manos, con dos alumnos, uno en cada miembro inferior, se realiza a ocho manos, con cuatro alumnos para que sea mucho más rápido. Para que no pierdan tiempo en la asistencia y puedan continuar su camino. Además, terminamos siempre con un masaje vigoroso para reactivar la circulación y reoxigenar la musculatura.
La Transilicitana desde dentro
Laura Ibernón, graduada en Fisioterapia en el CEU de Elche, y corredora habitual, nos cuenta su experiencia como competidora en esta prueba.
¿Cómo fue decidirte a participar en la Transilicitana?
La transilicitana siempre ha sido una prueba bastante conocida y en el 2020 dije que me la intentaría preparar para la próxima edición. Con la pandemia fue aplazada y el verano pasado cuando salieron las inscripciones me apunté y ahí empezó la cuenta atrás.
¿Y cómo ha sido la experiencia, desde el punto de vista deportivo?
Si tuviera que definirla con una palabra, sería: dura. Ya no solo el esfuerzo físico sino más por el mental. Son muchas horas tú con tu cabeza y hay muchas emociones, tanto buenas como malas. Pero intentaba pensar que había entrenado, que estaba preparada y que iba a cruzar ese arco de meta, tarde o temprano.
¿Qué sentiste, como corredora, cuando te atendieron los alumnos y alumnas de fisioterapia?
Me hizo mucha ilusión ver la carpa del CEU porque al final yo he estado en la misma situación que ellos. Creo que es bonito estar en un evento deportivo como éste, porque ves a mucha gente y aprendes a empatizar con la situación de cada uno, que es completamente diferente en cada persona.