‘A las 24 horas de abandonar el tabaco, toda la nicotina se ha eliminado del cuerpo y mejora el olfato, el gusto y el aspecto de la piel’

Encarnación Castillo. Licenciada en Farmacia y Dra. en Ciencias Químicas. Profesora del Grado en Enfermería de la Universidad CEU Cardenal Herrera 

El tabaquismo se cobra una vida cada 8 segundos y más de cuarenta componentes del humo del tabaco son cancerígenos. El tabaco es una adicción que se suele iniciar en la adolescencia de forma esporádica y luego provoca una fuerte dependencia de la que es muy difícil deshacerse. Pero abandonar este hábito es posible, y el verano ofrece una magnífica oportunidad para lograrlo.

Vivir sin tabaco mejora el aspecto físico y la salud. A las 24 horas de abandonar el tabaco, toda la nicotina se ha eliminado del cuerpo y mejora el olfato, el gusto y el aspecto de la piel. Al año de dejar de fumar, se reduce el riesgo de infarto un 50%. A los 10 años, se rebaja el riesgo de cáncer de pulmón al 50%.

Además de mejorar nuestra salud y aspecto físico, hay que pensar que dejar este hábito es bueno para aquellos que nos rodean, los llamados fumadores pasivos, que pueden verse afectados por patologías derivadas de la exposición al humo. Eso sin contar el importante ahorro económico que implica dejar el tabaco.

Las claves

El verano es una gran época del año para abandonar el tabaco. Si, por un lado, las tentaciones para continuar fumando son muchas (conciertos, festivales, terrazas, reuniones con amigos), también hay numerosos alicientes que pueden ayudar a dejarlo. Un ritmo de vida diferente, otra perspectiva sobre el día a día, otras relaciones sociales y la oportunidad de realizar innumerables actividades al aire libre pueden ser buenas alternativas para dejar de fumar.

Podemos ir al teatro, al cine, a un museo, pedir a los amigos que fuman que no lo hagan en nuestra presencia o tener a mano un zumo o una pieza de fruta y, sobre todo, evitar las tentaciones. En casa, por supuesto, deberemos alejar los mecheros, los ceniceros y todo lo que tenga relación con el tabaco.

Para alcanzar este objetivo, las razones son claves. Antes de intentarlo, tenemos que elaborar una lista de motivos por los que fumo y motivos para dejarlo, Si los segundos son más importantes que las razones por las que fumo, puedo seguir adelante.

‘Tenemos que mentalizarnos de que vamos a dejar de fumar de forma permanente, leer varias veces al día la lista de motivos para dejarlo y fijar una fecha’

En segundo lugar, debemos construir un plan personalizado. Tenemos que mentalizarnos de que vamos a dejar de fumar de forma seria y permanente, leer varias veces al día la lista de motivos para dejarlo y fijar una fecha, en un plazo no inferior a un mes.

Además, es importante buscar apoyos en personas próximas y/o las que lo han conseguido y consultar con un profesional sanitario, que nos indicará los pasos a seguir y llevará un control sobre cómo estamos haciendo las cosas.

Por último, debemos recordar que hay tratamientos farmacológicos como los sustitutivos de la nicotina, parches, chicles, comprimidos… que provocan en el cuerpo los mismos efectos de la nicotina del tabaco y ayudan a reducir progresivamente la necesidad de fumar.

También disponemos de tratamientos sin nicotina, como el bupropión, que ayuda a disminuir el síndrome de abstinencia. Unos tratamientos que aumentan su eficacia si van acompañados de apoyo psicológico.

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