Estudiantes de 1º de Magisterio y de 4º de Diseño del CEU trabajan juntos en este innovador proyecto de aprendizaje 

El desafío: conseguir el capital para una escuela infantil. Un inversor ficticio, interesado en el sector educativo, ha convocado un premio para financiar un centro escolar, y quiere valorar la mejor propuesta.   

Para presentarse, los estudiantes de primero de Magisterio de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia crean equipos de docentes, firman contratos de compromiso para la creación del centro, cumplimentan la inscripción a la convocatoria… y empiezan a crear sus proyectos: sin límite de presupuesto, pero bien argumentados.  

Este es el arranque del ejercicio de simulación impulsado desde la asignatura de Educación Infantil “Organización del espacio escolar, materiales y habilidades docentes” en colaboración con los estudiantes de “Diseño de interiores y espacios efímeros” de cuarto del Grado en Ingeniería de Diseño Industrial y Desarrollo de Productos de la CEU UCH, que también han tenido un papel activo en esta original iniciativa. 

‘Al llegar a la clase en la que estaban todas las maquetas, nos entró esa pequeña duda e incertidumbre, pero nosotras confiamos en nuestro proyecto hasta el final’

Ainoa Dols, estudiante de 1º curso de Magisterio en la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia

Fases del ejercicio 

Tras apuntarse a la convocatoria, los grupos de estudiantes de Magisterio comenzaron a preparar sus propuestas, atendiendo al tipo de colegio que querían montar -según lo aprendido en clase-, el nombre del centro e incluso su propio logotipo. 

El siguiente paso fue hacer un boceto de su centro ideal, para presentárselo al estudio de diseñadores que tenían que «contratar». Para elegir a estos supuestos profesionales, acudieron a la ESET, donde los estudiantes de Diseño les mostraron sus trabajos. De este modo, los emprendedores pudieron seleccionar al equipo que mejor se adaptaba a su idea.  

El resultado, un impresionante despliegue de maquetas de centros educativos que sorprendieron por su gran calidad al tribunal

El ejercicio prosiguió con la negociación, difícil en algunos casos, debido a la diversidad de propuestas de los creativos. Una vez seleccionadas, los diseñadores dispusieron de un tiempo para trabajarlas, se citaron nuevamente con los estudiantes de Magisterio para mostrarles sus paletas de estilos y ya comenzó el trabajo, conjunto, en el proyecto de los centros educativos, especialmente en el plano de ubicación de espacios y mobiliario, selección del mismo y corte de maqueta.  

Paralelamente, los futuros maestros realizaron un trabajo más burocrático y descriptivo, el informe del proyecto, atendiendo a cuestiones como el tipo de sociedad que conformaban, las licencias necesarias, el presupuesto, materiales, organización o las metodologías.  

El resultado, un impresionante despliegue de maquetas de centros educativos que sorprendieron por su gran calidad al tribunal, integrado por 6 profesionales de la educación y el diseño, dos de ellos creadores de su propio centro de educación infantil. 

Un aprendizaje de premio 

Independientemente de los premios, todos los participantes han ganado un aprendizaje único, tal y como explica la profesora de Magisterio, e impulsora de la iniciativa, Rosa García Bellido. “Se trata de un trabajo muy completo que les ha proporcionado un conocimiento más amplio del que hubiesen recibido con un método tradicional, ya que les hemos facilitado las herramientas para desarrollar competencias transversales claves, como trabajar en equipo, emprender, crear… y específicas de la asignatura, como aplicar metodologías adecuadas a los espacios y ambientes, organizar espacios, horarios y materiales adecuados a un contexto o saber cómo gestionar un capital de forma efectiva, subraya la docente. 

“Todos los cursos, prosigue la profesora García, nuestros estudiantes crean sus maquetas de escuelas infantiles, pero este año quería ir más allá. Mi objetivo es que los estudiantes supieran cómo emprender para crear la escuela infantil, y ahí surgió el reto en colaboración con la profesora del Grado en Diseño Paula Aloy”

Rosa García era consciente del atractivo que un proyecto como este iba a tener para los estudiantes de primero y del enriquecimiento que iba a aportar a su aprendizaje. Y no se ha equivocado, tal y como corroboran las estudiantes ganadoras de esta edición.

‘Se trata de un trabajo muy completo que les ha proporcionado un conocimiento más amplio del que hubiesen recibido con un método tradicional’

Las ganadoras

«Ha sido una experiencia completamente nueva para todas. Terminamos muy contentas con los esfuerzos que hicimos por llegar siempre a un entendimiento, escucharnos y tener siempre en cuenta lo que dice el otro grupo, cosa que no siempre es fácil (y más viniendo de entornos tan distintos). Todas nos llevamos esta experiencia con nosotras, la de que la comunicación y el saber ceder son fundamentales para acertar, como ha ocurrido con nuestro proyecto», subraya la estudiante de 4º de Diseño Paula Marín.

Además de comunicarse muy bien, hay otras claves que explican el premio, tal y como explican las universitarias. «Lo que creo que convenció al jurado fue lo bien que estaban plasmadas las metodologías y objetivos que queríamos poner en práctica en el centro, aunque nuestra maqueta también ganó por otros motivos, como la distribución de los espacios y los materiales utilizados», señala la alumna de Magisterio Sofía Tevar.

Un éxito que ha servido de acicate al equipo a pesar de los nervios que pasaron durante la presentación, como cuenta Naiara Emi Kimura: «Por la parte del diseño nos asustamos un poco, porque mientras exponíamos el proyecto no nos comentaron nada… Esperábamos que nos preguntaran, que nos sacaran alguna pega para poder argumentarla. Pero solo hubo silencio y no sabíamos si eso era malo o bueno», confiesa la estudiante de Diseño.

Y, evidentemente este silencio era bueno. Y supuso una enorme alegría para todas las alumnas, tal y como explica Paula: «Además de la primera reacción de emoción, cuando nos comunicaron que habíamos ganado, nos sentimos realmente satisfechas porque todo el trabajo que habíamos dedicado al proyecto había terminado en ese resultado. Mejor imposible».

«Aunque teníamos bastantes expectativas, corrobora la estudiante de Magisterio Ainoa Dols, en el momento en el que el tribunal nombró en voz alta nuestra escuela, mis compañeras y yo nos alegramos muchísimo, ya que habíamos dedicado mucho tiempo y esfuerzo a este proyecto». «Al llegar a la clase en la que estaban todas las maquetas, nos entró esa pequeña duda e incertidumbre, confiesa la futura maestra, pero nosotras confiamos en nuestro proyecto hasta el final».

‘Hemos aprendido que la comunicación y el saber ceder son fundamentales para acertar, como ha ocurrido con nuestro proyecto’

Aprendizaje activo y realista

Tanto las estudiantes de Magisterio como sus compañeras de Diseño están convencidas de que las metodologías participativas son las más eficaces para enriquecer su formación. «La manera idónea de aprender se corresponde con aquella en la que te conviertes en el protagonista de tu aprendizaje, que te proporciona un rol activo», afirma Aitana Prats. La futura maestra asegura que este proyecto les ha permitido trasladar y plasmar los conocimientos teóricos de la asignatura, lo que les ha procurado un aprendizaje significativo y les ha permitido interiorizar unos contenidos que podrán utilizar en su próximo futuro profesional. «Además, al ser una actividad realista, nos ha hecho sentir que ya éramos profesoras, y ha despertado nuestro interés, motivación y emoción por llevar a cabo el trabajo», añade.

Las diseñadoras también subrayan el aprendizaje extra que les ha aportado esta iniciativa. «En la mayoría de los trabajos que hemos realizado a lo largo de la carrera sólo teníamos que convencer al profesor que nos puntúa, con un trabajo completamente a nuestro gusto, desarrollando cada uno su estilo propio. Pero en este caso también teníamos que convencer a nuestras compañeras de Magisterio y trabajar bajo las pautas que ellas nos habían planteado», destaca Naiara. «Al final, concluye la futura diseñadora, ellas han hecho el papel de un cliente real, que tiene ciertas exigencias y que tiene que estar satisfecho con el resultado final del proyecto».

‘La manera idónea de aprender se corresponde con aquella en la que te conviertes en el protagonista de tu aprendizaje, que te proporciona un rol activo’

Tan realista ha sido este resultado que el equipo no descarta que vea la luz más adelante. «La verdad es que nos encantaría que pudiera llevarse a cabo algún día, puesto que tiene un poco de la esencia de todas y cada una de nosotras, y eso es lo que lo hace tan especial y único», señala la estudiante de Magisterio Claudia Segura. En cualquier caso, continúa, «de cara a nuestro futuro profesional, creo que puede sernos muy útil para enfocar proyectos pedagógicos en nuestras aulas y transmitir valores acordes al ideario del centro en el que trabajemos».

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Estudiantes que integran el equipo ganador

Educación: Ainoa Dols Moya, Sofía Tevar Chincoa, Marta Valiente Bautista, Aitana Prats Arroyo y Claudia Segura Ferrer  

Diseño: Naiara Emi Kimura Barros y Paula Marín Lago

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