José Antonio Férez, investigador del equipo liderado por Antonio Falcó, plantea nuevos enfoques de modelización matemática para describir la dinámica asociada a la microdiversidad del suelo y plantear un modelo agrícola más sostenible

Carlos García, Jefe del Grupo de Enzimología y Biorremediación de Suelos y Residuos Orgánicos del CEBAS-CSIC, Jose Antonio Férez, y José Alberto Egea, científico titular del CEBAS-CSIC.
Carlos García, Jefe del Grupo de Enzimología y Biorremediación de Suelos y Residuos Orgánicos del CEBAS-CSIC, Jose Antonio Férez, investigador de la Cátedra ESI-CEU, y José Alberto Egea, científico titular del CEBAS-CSIC.

¿Es posible que una aproximación matemática a la microbiodiversidad del suelo contribuya a hacer más sostenible nuestra agricultura? ¿Pueden las matemáticas convertirse en ‘green maths’ y contribuir a la lucha por la sostenibilidad ambiental y contra el hambre? La Cátedra ESI-CEU, que lidera el profesor de la CEU UCH Antonio Falcó, ha asumido el reto. Y ha celebrado su primer Seminario de Investigación sobre modelización de la microdiversidad del suelo, en colaboración con el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC), en Murcia. El investigador de la Cátedra ESI-CEU, José Antonio Férez Rubio, ha sido el ponente invitado de este Seminario, para presentar los modelos matemáticos actuales y los nuevos enfoques de modelización destinados a desentrañar los secretos del universo microscópico que alberga el suelo.

Según destaca Férez Rubio, investigador de la Cátedra ESI-CEU invitado por el CEBAS-CSIC, “el suelo es un recurso natural no renovable que juega un papel de capital importancia para la sostenibilidad del planeta. Es fuente de nutrientes, agua y minerales para las plantas y los árboles, almacena carbono, hospeda insectos y pequeños animales, además de billones de microorganismos… El suelo es un agente fundamental para el buen funcionamiento de los ecosistemas y constituye, además, la base de la alimentación de la población mundial”.

Suelo, clima y modelo agrícola: el desafío matemático

Por tanto, el suelo es un aliado fundamental para la lucha contra el cambio climático, ya que es un fijador natural de carbono. Sin embargo, destaca Férez Rubio, «en los últimos años la cantidad de suelo fértil en la Tierra ha ido disminuyendo a un ritmo alarmante. Y este hecho no solo compromete al clima, también a la capacidad del modelo agrícola actual para alimentar a la población mundial, que en 2050 se estima que podría ser de nueve mil millones». Por este motivo, el suelo se ha convertido en uno de los temas principales dentro del marco de desarrollo sostenible de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

El cuidado del suelo para preservar su función en la conservación del clima se ha convertido en una cuestión que implica un cambio de paradigma en la agricultura. Y para llevar a cabo este cambio es necesario entender cómo funciona ese universo microscópico que habita el suelo y cómo interacciona con su entorno. “Las matemáticas –destaca Férez- son el instrumento perfecto en la ardua tarea que supone descifrar ese diálogo que se establece entre la microdiversidad y su entorno. Precisamente de esta tarea surge la necesidad de plantear nuevos enfoques matemáticos que describan de manera óptima la dinámica asociada a la microdiversidad del suelo”. Un nuevo desafío para los investigadores de la Cátedra ESI-CEU de la CEU UCH.

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