Executive Creative Director de After, el alumni de Publicidad del CEU comparte en esta entrevista su trayectoria, metas, reflexiones sobre el sector y valiosos consejos para los futuros creativos
Desde que acabaste la carrera de Publicidad y RRPP en el CEU, en 2008, no has parado de formarte y trabajar. Hace casi tres años que ejerces como Executive Creative Director… nada menos que en After. Para los del ramo, una agencia de referencia; para los profanos, «la de Risto Mejide». ¿Cómo llegaste aquí?
Pues el Director General de la oficina de After Barcelona, amigo y excompañero del CEU, Héctor Romero, me dijo que en Madrid estaban buscando un DCE y le mandó mi portfolio a Jorge Solis, su homónimo madrileño. A los días hice una entrevista con él, y a las semanas estaba incorporándome a la agencia. La verdad es que fue un proceso rápido para lo que suelen durar para este tipo de perfiles.
¿Qué tiene de especial para ti esta agencia y cuáles son tus desafíos a corto y medio plazo?
Es una agencia que me ha dado la oportunidad de dirigir y ser el máximo responsable del departamento creativo. Eso en sí es un gran reto.
Mis objetivos son hacer trabajos relevantes que no solo llamen la atención en el sector, sino también en la sociedad, y que pongan a After como una de las de las mejores agencias independientes del país. Queda mucho trabajo por hacer.
Y eso siempre es ilusionante. Charlie, en tu fichaje, imaginamos que pesaría tu larga trayectoria profesional y un portfolio muy valioso. De hecho, has trabajado para Ford, Movistar, Ron Brugal, Banco Santander, ONCE, BP, Cruzcampo, Ribera del Duero, Openbank, Generali, Iberdrola, Milka, Worten, Alhambra, Génesis Seguros, Vans, Yoigo, Orange, TCM Channel y Fiat… ¿De qué campañas guardas un especial recuerdo?
En esta pregunta siempre digo lo mismo… Es cómo elegir entre tus dos hijos cuál es tu favorito. Lo bonito de esta profesión es que estás en constante aprendizaje. Cada una de mis ideas de mi portfolio me ha dado una enseñanza, anécdota o experiencia distinta. Pero, bueno, tal vez por ser la campaña que me hizo ganar mi primer león en Cannes, te diría que la campaña gráfica de Ford de «Un precio que no va a volver», o las de Worten y Lory Money, donde nos divertimos mucho y conseguimos más de 5 millones de views de forma orgánica y miles de comentarios positivos hacia la marca… O «El criptofichaje» para Criptan, empresa valenciana y de un amigo, que fue noticia mundial con un presupuesto mínimo.
‘Lo bonito de esta profesión es que estás en constante aprendizaje’
Mencionabas ese primer león de Cannes, uno de los numerosos reconocimientos a tu labor creativa, al que se suman otros premios en El Sol, Ojo Iberoamérica, Capple Awards, New York Festival… ¿Destacas alguno? ¿En qué medida ayudan?
Obviamente Cannes, que son como los Óscars de la publicidad y premios internacionales.
En esta profesión tener premios te ayuda a ponerte en el escaparate y te abre puertas de muchas agencias. Pero hay que aprovechar esa «bala», porque al poco tiempo vuelve a haber otros festivales y otros ganadores.
La «fama y gloria» es cortoplacista, es un mundo muy exigente.
Sin duda. Y a ti nadie te ha regalado nada. Llegar donde estás ha sido una carrera de fondo que iniciaste muy pronto, mientras estudiabas con nosotros…
Sí. Siempre he sido muy curioso e impaciente. En tercero empecé a hacer prácticas en una agencia que se llamaba Di Marco. En cuarto, en Delfin Group. En quinto, hice el máster en la escuela creativa Zink. Y en mi sexto año, en que me quedaban un par de asignaturas, fui a Madrid a hacer prácticas en Leo Burnett. Y de ahí ya me ficharon en Ogilvy.
‘Las prácticas son importantes para conocer de cerca cómo es un trabajo y si está hecho para ti’
Para los estudiantes que nos lean, ¿en qué medida es importante aprovechar las prácticas que ofrece la carrera?
Las prácticas son importantes para conocer de cerca cómo es un trabajo y si está hecho para ti. Porque hay muchas personas que durante la carrera o al acabarla no están muy seguras de qué quieren hacer, y las prácticas son una muy buena toma de contacto.
Yo fui afortunado porque, desde los 15 años, sabía que quería ser creativo publicitario, así que a mí me sirvieron para confirmarme que había acertado con mi sueño.
Seguimos en el CEU. ¿Qué valoras más de aquellos años universitarios? ¿Qué destacas especialmente de esa etapa formativa?
Lo que más recuerdo son las amistades que hice y los buenos momentos que pasé con ellos. También tengo muy buen recuerdo de las prácticas de Radio y Comunicación Audiovisual y de algunos profesores, como Amiguet, Chari, Rosa Visiedo, Ketty Betés y Pepe, aunque me suspendiera unas cuantas veces 😉
Ahora eres tú el profesor… En concreto, en el máster de creatividad Zink Project. ¿Disfrutas abriendo camino a los futuros creativos?
Sí, la docencia siempre me ha interesado bastante. Me gusta enseñarles y aconsejarles desde mi experiencia. Además, también me sirve para hacer scouting para mi agencia. En un futuro me gustaría también hacerlo en la universidad.
Bueno es saberlo. Por lo pronto, aprovechamos tu generosidad con las nuevas generaciones de publicistas para pedirte que les des algunos consejos.
Esta profesión es muy divertida, pero muy sacrificada. Es una carrera de fondo. Hay que estar mentalmente muy preparado para ello.
Pero, cuando superas esos primeros años, todo va más rodado. Es una profesión que está rodeada de talento y de gente súper interesante de la que aprendes muchísimo.
‘Sin crisis, no hay desafíos ni méritos. En las crisis aflora lo mejor de uno mismo’
El entorno está complicado, pero seguro que tus claves ayudan. ¿Hacia dónde crees que va el sector y dónde crees que están las oportunidades?
No son tiempos fáciles para nadie (y creo que van a ser aún más duros en 2023). Y en toda crisis lo primero que se recorta es en publicidad, ya que no es una ciencia exacta.
Pero toda crisis trae progresos. Y la creatividad nace de la angustia. Quien supera una crisis se supera a sí mismo. Sin crisis, no hay desafíos ni méritos. En las crisis aflora lo mejor de uno mismo. Es el momento de los mejores, de los valientes. Así que no hay que verla como un problema, sino como una oportunidad. Yo empecé en la crisis del 2008 y estoy seguro de que eso me forjó como persona y creativo.
La publicidad va muy rápida y los creativos debemos tener el poder -y obligación- de adaptarnos y ser curiosos sobre lo que nos aportan las nuevas tecnologías. Quien no lo haga quedará atrás. Es lo que llamo el darwinismo publicitario.
Charlie, muchas gracias por compartir tu tiempo y experiencia con nosotros. ¡Y éxito en todos tus desafíos!
A vosotros.