La profesora de Magisterio de la CEU UCH en Elche ha detectado en su tesis doctoral que un 50% de los cuidadores de pacientes con TCA presentan cuadros de alta ansiedad y un 26% depresión

Brígida Pérez y Yolanda Quiles, autora y directora de la tesis sobre cuidadores de pacientes con trastornos de conducta alimentaria.
Brígida Pérez y Yolanda Quiles, autora y directora de la tesis sobre cuidadores de pacientes con trastornos de conducta alimentaria.

El 50% de los cuidadores de pacientes con trastornos de conducta alimentaria (TCA) sufren cuadros de ansiedad, especialmente las mujeres y las madres de estos pacientes. Esta es una de las principales conclusiones de la investigación realizada por Brígida Pérez Pareja, profesora del Departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad CEU Cardenal Herrera en Elche, en colaboración con la Unidad Hospitalaria de Trastornos Alimentarios del Hospital Universitario de San Juan de Alicante, y que ha se ha plasmado en su tesis doctoral.

El trabajo de investigación, dirigido por Yolanda Quiles, profesora titular del Departamento de Psicología de la Salud de la Facultad de Ciencias Socio-Sanitarias de la UMH, con el objetivo de evaluar y describir las necesidades de los cuidadores de pacientes con TCA, señala además que los cuidadores que no convivían con los pacientes mostraron valores inferiores de malestar emocional y que un 26,16% de ellos presentan síntomas de depresión.

Según la profesora del CEU UCH Brígida Pérez, “los cuidadores con mayor ansiedad presentaban mayor emoción expresada, un mayor impacto de la enfermedad, una experiencia más negativa como cuidadores y mayor acomodación a la enfermedad, percibiendo frente a los cuidadores con menor ansiedad, más consecuencias, una mayor preocupación por la evolución futura del problema en el paciente, menor control personal, mayor identidad con el TCA, así como mayor preocupación y una respuesta emocional más elevada».

Cuidadores: respuesta emocional

Esta tensión y ansiedad también está relacionada con el tipo de relación familiar que se tiene con el paciente. En concreto, Brígida Pérez afirma que el estudio reveló que «los hermanos son los que percibían mayor estigma social por la enfermedad», mientras que los cuidadores que más apoyo necesitan son «los que diariamente no convivían con el paciente con el TCA».

En el estudio, realizado en 107 cuidadores de pacientes diagnosticados con un TCA, en la que el 34% de la muestra eran hombres y el 66% mujeres, se destaca que en relación a la percepción de la enfermedad, se observó que los cuidadores percibían la enfermedad con graves consecuencias para el paciente, con un curso crónico, presentando una elevada preocupación, comprensión de la enfermedad, así como una alta respuesta emocional. Así, las mujeres cuidadoras, y más concretamente las madres, presentaron mayor respuesta emocional, frente al resto de cuidadores. Y en relación al curso de la enfermedad, el grupo de cuidadores cuyos pacientes tenían una evolución de enfermedad menor a un año, consideraban que el problema duraría menor tiempo frente al resto de cuidadores.

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