Graduado en Farmacia y doctor por la CEU UCH, Adrián Alambiaga ha obtenido financiación del Irish Research Council para desarrollar su proyecto de investigación postdoctoral en el Royal College of Surgeons in Ireland, durante dos años

Es uno de los candidatos de todo el mundo elegidos por el Consejo irlandés de investigación para dirigir su propio proyecto en la etapa inicial de su carrera. Una prestigiosa beca postdoctoral, concedida por el IRC, que ha llevado a Adrián Alambiaga Caravaca de la CEU UCH a Irlanda tras la defensa de su tesis doctoral. Allí desarrolla su proyecto en el Royal College of Surgeons in Ireland, en concreto, en el departamento de Anatomy and Regenerative Medicine, donde durante dos años llevará a cabo su investigación en el Tissue Engineering Research Group (TERG). Y desde allí, desde Dublín, nos habla de la carrera investigadora como una salida profesional que le atrajo desde Secundaria. Entre sus consejos para emprender una trayectoria profesional en la ciencia, destaca la importancia de encontrar profesores a los que admires y de participar en proyectos, colaborando con grupos de investigación en la Universidad. En la CEU UCH, Adrián Alambiaga es miembro del equipo investigador del proyecto «Nuevo tratamiento de retinopatías producidas por estrés oxidativo: formulaciones oftálmicas de hidroxitirosol (ODDS)» que lidera Alicia López Castellano y que cuenta con financiación del Programa I+D+i de la Conselleria de Educación, Universidades y Empleo para grupos de investigación consolidados (AICO/2022/198).

¿En qué consiste la financiación que te ha concecido el gobierno irlandés para tu estancia de investigación postdoctoral?

Mi estancia tiene una duración de dos años y está financiada por Irish Research Council (IRC), el Consejo irlandés de Investigación. Se trata de una beca postdoctoral competitiva a nivel internacional, a la que puede presentarse cualquier persona que haya defendido la tesis. El título del proyecto que me han financiado y que estoy realizando es «3D printed soft materials for anti-fibrotic therapeutic delivery in post-surgery glaucoma patients» y cuenta con una financiación de 113.000 euros.

Esta financiación se concede individualmente y tiene mucho prestigio, porque se otorga a científicos que van a llevar a cabo una investigación excelente y da la oportunidad de que los beneficiarios dirijan su propio proyecto de investigación en la etapa inicial de su carrera, trabajando con un supervisor o mentor, según corresponda.

¿Y en qué consiste el proyecto que lideras con esta financiación en Irlanda?

Mi proyecto se encuadra en el diseño de dispositivos impresos en 3D para la administración local de fármacos en oftalmología. Actualmente, las tasas de fracaso para las cirugías de glaucoma son del 10 % en el año 1 y aumentan al 35 % en el año 5. Esto se debe a la inflamación no controlada y la formación de tejido cicatricial en el sitio quirúrgico. Este proyecto abordará estos problemas mediante el desarrollo de mallas cónicas subconjuntivales cargadas de fármacos impresas en 3D que reducirán la inflamación y administrarán fármacos clínicamente aprobados o terapias génicas experimentales. Esto permitirá tratar la inflamación de forma más específica, dada la personalización que permite la impresión 3D, como la carga de fármacos, la adaptación a la superficie ocular y las dimensiones de la red filamentosa de la impresión.

En este proyecto se sintetizarán mezclas de polímeros novedosos para la administración prolongada de fármacos en el ojo. Con esto, lograremos mejorar en gran medida la calidad de vida del paciente, al eliminar la necesidad de repetir la administración de gotas para los ojos (actualmente 8 veces al día durante 1 a 3 meses) y garantizar así el éxito quirúrgico.

¿Qué es lo que más recuerdas de tu etapa de formación como investigador en la CEU UCH y de la realización de tu tesis doctoral?

Los mejores recuerdos que tengo son las reuniones con mi equipo del grupo de investigación Drugs Delivery Systems (DDS), cuando repasábamos los datos, discutíamos los resultados y planteábamos nuevos experimentos. Esas reuniones en el propio laboratorio o en los despachos, también se hacían a veces en mitad de un pasillo o en la cafetería. He aprendido mucho con mi equipo y siempre estaré muy agradecido de todo lo que he crecido profesional y personalmente con ellos. También con el resto de investigadores de los otros grupos, con los que en el día a día disfrutaba de su compañía y con los que cuando trabajaba hasta tarde se hacía mucho más ameno.

Durante tu etapa como estudiante, ¿por qué te interesó la carrera investigadora y qué te hizo dedicarte a ella?

Siempre me había interesado por el laboratorio, desde la Secundaria. Estudiar el Grado en Farmacia sentó la base de mi conocimiento y despertó mi curiosidad por múltiples temas. Y fue in crescendo el interés por innovar, responder preguntas, resolver problemas y, sobre todo, ayudar a la gente. Como alumno interno, en cuarto de Farmacia, fue cuando viví la investigación en mi propia piel en el Departamento de Farmacia, con la catedrática Alicia López Castellano. Tengo muy bonitos recuerdos de mi etapa estudiantil con los compañeros y de esas largas horas de prácticas en el laboratorio donde, además de aprender, disfrutaba como un niño.

Adrián, ¿le darías algún consejo a los estudiantes que se puedan estar planteando dedicarse a la investigación?

Son muchos los consejos que se me ocurren. Lo más importante, que hablen cara a cara con investigadores, cada uno tiene sus experiencias y sus consejos y seguro será enriquecedor. A veces, sin saberlo, nos cruzamos por el pasillo con aquellos que mejor nos podrían aconsejar, así que a cualquier estudiante le diría que no tenga vergüenza en preguntar en las charlas de orientación o sobre salidas profesionales que la universidad organiza.

Mi consejo también es que encuentren profesores a los que admiren y cuya investigación les sea de interés, investigadores o profesionales que estén dispuestos a orientarlos en sus primeros pasos. También que participen en proyectos pequeños, colaborando con grupos de investigación en la Universidad. Esto les permitirá adquirir experiencia práctica y entender mejor el proceso de la investigación. Y lo más importante, que no teman cometer errores y sean perseverantes. La investigación implica ensayo y error. Los errores son oportunidades de aprendizaje. Deben aprender de todas sus experiencias.

«Mi consejo a los jóvenes que quieran iniciar una carrera investigadora es que encuentren profesores a los que admiren y cuya investigación les sea de interés, investigadores o profesionales que estén dispuestos a orientarlos en sus primeros pasos«

Adrián Alambiaga, alumni de Farmacia y doctor por la Universidad CEU Cardenal Herrera.

Desde tu estancia en Irlanda, con la financiación que has obtenido para desarrollar tu proyecto, ¿qué importancia le das a las estancias en el extranjero y qué aportan en lo científico y en lo personal?

Para mí, las estancias en el extranjero son fundamentales para el desarrollo tanto profesional, como personal. Científicamente, son la oportunidad de colaborar con investigadores de prestigio, salir de tu zona de confort y aprender a hacer las cosas de otra manera. Además de enriquecerte culturalmente. También te permiten acceder a recursos, tecnologías y metodologías que no están disponibles de donde vienes.

Y además, en lo personal, las estancias en el extranjero te dan la oportunidad de aprender otros idiomas, probar nueva gastronomía y en definitiva desarrollar habilidades interculturales. Aunque para mí, lo más importante son las personas que conoces y los amigos que vas haciendo por el mundo.

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