La pintura valenciana se reinventa tras la DANA: el caso de María de la Riva

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La artista relata cómo la lluvia arrasó su taller, afectó su obra y le obligó a reinventarse como creadora

Una información de Pepe Ferrer

La DANA que azotó la Comunidad Valenciana el pasado mes de octubre no solo causó estragos en calles y cultivos, también dejó su huella en el mundo de la cultura. Así lo evidencia el caso de María, una pintora afincada en Valencia que vio cómo el agua invadía su taller llevándose por delante materiales, lienzos y meses de trabajo. Pero, lejos de rendirse, ha encontrado en esta experiencia una nueva forma de expresión artística.

El impacto directo en el espacio de creación

El estudio de María se encontraba en una planta baja del centro de Valencia. Cuando llegó la tormenta poco pudo hacer para evitar los daños. “El agua entró sin avisar. Estaba todo cubierto de barro. Los lienzos flotaban y los botes de pintura estaban abiertos”, relata. La DANA arrasó con parte de su producción artística y, con ella, una exposición que tenía prevista semanas después.

«Me costó volver a pintar. El estudio era mi refugio, y se convirtió en algo hostil»

Más allá de las pérdidas materiales, el golpe emocional fue más profundo. “Me costó volver. El estudio era mi espacio seguro, y de repente se volvió inhabitable. Tardé semanas en sentarme a pintar otra vez”, reconoce. En sus palabras se percibe una mezcla de tristeza, pero también de reflexión sobre lo vivido.

Reinventar el arte desde la pérdida

A pesar de todo, María no se ha quedado de brazos cruzados, pues ha transformado la experiencia en una oportunidad creativa. “Estoy trabajando con materiales recuperados del desastre. Lienzos manchados, bastidores torcidos, pigmentos contaminados… Todo eso está en mis nuevas piezas”, explica. El resultado no es solo una denuncia, sino también un testimonio visual de lo que supuso la DANA para quienes crean desde lo cotidiano.

“Los artistas también sufrimos estos fenómenos. Pero no estamos en los informes de daños, ni en los partes de emergencia. Nadie me preguntó si necesitaba ayuda”, añade. Una crítica serena, pero, firme, sobre la invisibilidad de la cultura en momentos de crisis climática.

Cultura y clima: una relación aún pendiente

La historia de esta pintora pone de relieve un vacío en las políticas de emergencia. Los talleres de creación no suelen figurar entre los espacios protegidos, y los artistas a menudo quedan fuera de los planes de recuperación. Tal como advierten plataformas como el Observatorio de Cultura y Emergencias, es necesario incluir la cultura en el diseño de respuestas ante fenómenos extremos.

Para María, este episodio ha cambiado su forma de ver la pintura. “Ahora siento que lo que hago tiene otra profundidad. Hay algo de memoria, de transformación. No quiero borrar lo que pasó, quiero que forme parte de mi obra”, concluye. No cabe duda que la pintura valenciana se ha reinventado tras las DANA y, el caso de María, lo refleja a la perfección.