Cristina Orero: “Nuestros alumnos son muy resilientes”

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Información e imagen: Zhanzhi Chen

La directora del servicio de orientación de la Universidad CEU Cardenal Herrera comparte las labores de ayuda que ha ofrecido el departamento al alumnado afectado por la DANA. Un trabajo de acompañamiento que ha conseguido contactar con más de un centenar de alumnos damnificados por las inundaciones del pasado 29 de octubre. Un iniciativa de las múltiples que impulsadas de la CEU UCH en la que profesores y alumnos voluntarios se han volcado como una muestra de la solidaridad y los valores cristianos que caracterizan esta institución.

¿Cuál es la sensación general del alumnado del CEU tras lo sucedido en la DANA?

Creo que en general lo que ha habido es mucha tristeza. Absoluta tristeza, pero es en los alumnos del CEU y en cualquier persona que viva en Valencia. Hayan estado en la zona cero o no. El estado es de tristeza, de incertidumbre, porque ahora viene el momento en el que no sabemos qué es lo que va a pasar, cuál va a ser el desenlace final de todo esto. Está esa sensación de falta de seguridad o de la seguridad que todo el mundo tenía, antes de que ocurriera esto. A parte de esa tristeza general por la falta de tener a nuestros compañeros con los que llevamos conviviendo, si estás en primero, unos poquitos meses, y ni qué decir de los compañeros de otros cursos, ya que, al final, todos formamos una familia y cuando nuestros amigos no están en clase, se les echan falta.

Como directora del servicio de orientación de la universidad, ¿podría explicarnos cuál es la función del servicio?

Nosotros lo que hacemos es acompañar a todo nuestro alumnado desde primero hasta sexto (Grados de Enfermería y Medicina). Yo sigo teniendo contacto con mis alumnos ya graduados y que están por el mundo. Hay una acompañamiento a dos niveles: a nivel personal, y todo lo que eso conlleva, y también un acompañamiento académico.

«Nos hemos volcado en sostener a esta gran familia y que las personas afectadas no se sintieran solas»

¿Qué servicios ofrecéis a los alumnos afectados por la DANA?

Desde el servicio de orientación hemos llamado personalmente a todos nuestros alumnos afectados para saber cómo se encuentran ellos y sus familias, qué es lo que necesitan y ofrecerles apoyo psicológico. Me consta que, además de nosotras, los profesores y vicedecanos, la Universidad entera, se ha volcado con ellos. Incluso nuestros compañeros, Vicente y Ana que son de becas, han estado llamando. Empezamos a llamar desde el minuto uno porque para nosotros lo más deseable era poder hablar con el alumno, escucharlo y, sobre todo, ver cómo está y qué necesita de nosotros, pero en el caso de que no hayamos podido hacerlo tras múltiples llamadas, contactamos a través de email.

¿Cómo ha sido la respuesta de los alumnos afectados?

La respuesta de los alumnos y de sus familias ha sido de agradecimiento porque hemos intentado estar todos arropando a los alumnos que en estos momentos también necesitan de la ayuda de su otra familia, que es la familia CEU. Nos hemos volcado en sostener a esta gran familia y que las personas afectadas no se sintieran solas o, por lo menos, que supieran que estábamos ahí.

¿Podría darme una cifra estimada de alumnos a los que habéis conseguido atender?

Cerca de los doscientos alumnos.

Tras lo sucedido, ¿cuáles son los mayores efectos que pueden tener en nuestro alumnado una situación así?

Lo que van a tener es esa intranquilidad, esa incertidumbre, ese “resituarme”. Depende mucho del nivel de afectación que hayan sufrido. Cada persona es un mundo, no podemos decir que todos los estudiantes o todas las personas que han sufrido la DANA van a tener unas consecuencias o una reacción emocional. Cada persona va a reaccionar de una manera en función de sus estrategias de afrontamiento ya que cada uno tenemos unas. Lo que está claro es que el ser humano es vulnerable a la vez que es muy resiliente y yo creo que nuestros alumnos son muy resilientes.

¿Podría contarnos de algún caso, siempre manteniendo el anonimato del alumno, de alguien cuya vida haya cambiado a nivel académico o a nivel personal tras la DANA?

No hay nadie que no haya sufrido un cambio, es imposible. Todos, absolutamente todos, han perdido algo en mayor o menor medida y todos lo han sufrido. Es como un proceso de duelo.

¿Cómo se coordinó el servicio de orientación para conseguir contactar con los alumnos afectados?

Ha sido una labor de equipo, una labor encomiable. Quiero dar las gracias a todos mis compañeros porque también ellos nos han facilitado la labor que hemos tenido después, porque muchos de ellos nos han facilitado los nombres de los alumnos que se habían visto afectado. Hasta el departamento de IT ha hecho un gran trabajo comunicándonos todos los alumnos que estaban en la zona cero.

¿Qué recomendaciones daría a los alumnos afectados para que puedan ir recuperando la normalidad?

Los jóvenes sois muy resilientes y tenéis esa capacidad de adaptaros y afrontar los retos de la vida. El consejo que daría es que tienen que tener en cuenta que van a sentir cosas, es normal. Quiero hacer hincapié en que cada persona es un mundo. No todo el mundo se va a sentir igual y no todo el mundo va a sentir de la misma manera. Te puedo decir aquí una serie de síntomas: problemas de concentración y de atención, no vas a dormir bien, vas a tener pesadillas, van a estar desbordados a nivel emocional… Lo que no sería normal es que pasado un tiempo siguiéramos teniendo estos síntomas. Entonces sí les diría que tendrían que buscar atención psicológica. Pero ahora, en las primeras semanas, todo esto se tiene que ver como consecuencia de lo que se ha vivido y que ha generado un fuerte nivel de estrés.

«Pero el ser humano es resiliente y somos capaces de sobreponernos de una manera extraordinaria a todas las circunstancias que nos vienen»

¿Qué puede hacer el entorno del estudiante, amigos, familia y profesores, para ayudarlo a sobrellevar esta situación?

El secreto es escuchar, escuchar y escuchar. Las personas necesitamos que nos escuchen y ser escuchadas. Habrá personas más introvertidas que lo llevarán más hacia adentro, otras que necesitarán contarlo a las personas que tienen alrededor, y tenemos que hacer esa labor de escucha, y saber escuchar es difícil. Tampoco debemos de juzgar. La persona que tenemos enfrente no se tiene que sentir juzgada en absoluto. Debemos de huir de los consejos. Tenemos la costumbre a veces decir “bueno pues tranquilo no pasa nada”, pero es que sí que ha pasado y eso hay que evitarlo en la medida de lo posible. Tenemos que ser respetuosos. Porque a veces hay quien necesita ventilar emocionalmente y necesita el llanto y necesita sacarlo fuera. Sin embargo, que otra persona no esté verbalizando su dolor, no significa que no esté sufriendo.

¿Qué mensaje te gustaría transmitir a los estudiantes que están pasando por un momento difícil?

No estáis solos. Tenéis a toda la comunidad universitaria volcada en ayudaros. En una situación así es importante saber que tienes detrás a gente que te va a ayudar. También les diría que mucho ánimo. Ahora uno lo verán todo negro, porque estamos justamente muy cerquita desde el momento en el que ocurrió. Pero el ser humano es resiliente y somos capaces de sobreponernos de una manera extraordinaria a todas las circunstancias que nos vienen. Y, por supuesto, todos nuestros alumnos pueden contar con el servicio de orientación universitaria, conmigo y mis compañeras, que estamos aquí para ayudarles con todo lo que necesiten.