El Museo de Bellas Artes de València recibe en donación una nueva pintura de Francisco Lozano

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Informa ROTATIVO / Imágenes: GVA

El Museo de Bellas Artes de València (MuBAV) ha recibido en donación una pintura de Francisco Lozano Sanchis (Antella, 1912 – València, 2000), el gran paisajista valenciano del siglo XX, que ha sido donada a la Generalitat para el Museo de Bellas Artes de València por su hija, la actriz Teresa Lozano Mompó.

La obra ‘Paisaje de Alicante’ es un óleo sobre lienzo (111,5 x 167,5 cm), que corresponde a lo mejor de la producción madura del pintor.

El Museo de Bellas Artes de València custodia varios paisajes de Francisco Lozano (seis óleos sobre lienzo) que permiten realizar un seguimiento de su evolución y de las ricas sugestiones de sus paisajes, todos ellos de una rotunda modernidad, estética de vanguardia e innegable carácter mediterráneo. Gracias a la donación realizada por Teresa Lozano en el año 2022, el Museo enriquece su corpus de obras del artista valenciano.

Con motivo de esta donación, el Museo de Bellas Artes de València muestra desde esta semana una pequeña exposición con varias obras de Francisco Lozano que podrá ser visitada por el público en la primera planta del centro.

Francisco Lozano se formó en la tradición académica, el pintor Francisco Lozano supo evolucionar hacia una estética de vanguardia y creó un estilo muy personal. En su evolución fue capital su estancia en la Residencia de Pintores de la Alhambra (1933), donde su paleta se impregnó de una nueva luz más brillante y colorida. Su posterior presencia en Madrid le permitió contactar con la vida artística e intelectual de la capital y visitar tanto el Museo del Prado como las galerías más modernas del momento.

A partir de los años 40 Lozano renovó la pintura de paisaje, caracterizada por el protagonismo de la luz, el color intenso y encuadres muy personales. El éxito de su producción se sancionó con la obtención de la primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1952, un premio que le permitió una pensión del Gobierno francés en París. Aquí coincidió con pintores ya consagrados como Picasso, Cossío y Quirós, y también con jóvenes artistas abstractos como Pollock, Rothko o Klee.

Su vuelta a València y su adscripción al ámbito universitario como catedrático de Colorido en la Escuela de Bellas Artes le permitió reflexionar y profundizar en su pintura de paisaje, convirtiéndose en una figura de gran prestigio en el mundo cultural valenciano.