Pieles, lujo y glamour en el último desfile público de Amado Peletero

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Opinión de Diego González / Imágees: Paula Hernández

Amado Ortells, más conocido como Amado Peletero, ha presentado su último desfile público en el Ateneo de Valencia en una nueva colección donde las pieles de todo tipo, entre las que destacó especialmente el visón, fueron las protagonistas. En una época en la que llevar un abrigo de piel en la calle te expone a que te agredan, verbalmente o con espray, Ortells no teme en mostrar sus diseños en pieles nobles de visón rayado o saga, fiel a su concepto de moda, lujo y glamour.

Prendas que desprendieron cierto aire de modernidad al combinar el glamour de la peletería con el diseño sport, rememorando una época donde las redes sociales no ardían en la reivindicación de las prohibiciones de matanzas de animales. Sin embargo, ahora el debate gira en torno a si las pieles de laboratorio contaminan o no el planeta. Sea como sea, los peleteros se encuentran de nuevo en el ojo de la crítica y, mientras que unos defienden el uso de pieles sintéticas otros les recriminan que su proceso es altamente contaminante, mostrándose a favor de la utilización de pieles de stock, ya existentes.

Amado siempre ha sido un creador valiente y en su desfile hizo honor a los cincuenta y cinco años de trayectoria en el mundo de la moda desplegando todo su poderío mediante un diseño actual y a la vez tradicional, en el que el diseño sport se alternaba con las pieles más caras y codiciadas. En un sector como el de la moda en el que no reinventarse es morir, el modisto deja las pasarelas públicas con un claro mensaje: lujo, pieles y alta sociedad.

La tradición cobró gran protagonismo en al colección presentada en el Ateneo Mercantil donde se vieron acompañando a las prendas, accesorios tan identificativos como las cruces —quizá en honor a su fe—, la mantilla española o las rosas rojas dotando a la puesta en escena de cierto dramatismo y teatralidad. Aunque, no todo fueron velos y negro de luto porque el veterano diseñador se atrevió también con la pedrería y los brillos en una despedida acorde a la categoría de un maestro que ha perfeccionado la “arquitectura del glamour” con una brillantez semejante a un castillo de fuegos artificiales bajo los focos.

La sostenibilidad también estuvo presente en este último desfile público con chaquetas reversibles con la que quiso mostrar que las prendas no tienen un solo uso. Una opción interesante en una industria caracterizada por ser una de las más contaminantes e incitar al consumismo en el que la apuesta por el diseño de prendas reversibles no solo permite ahorrar dinero y espacio, sino reducir la contaminación al producir menos prendas que desechar.

Apuesta clara por la moda reversible que transmitió a los asistentes que no solo se pueden obtener colores diferentes de estas prendas, sino que se les pude brindar usos diferentes. Un efecto que consiguió mediante abrigos que, sin perder su elegancia, al colocarlos del revés, se transformaban en coloridos estampados en seda, más resistentes a elementos como la lluvia.

Un desfile para el recuerdo porque recordó a otra época cuando la alta sociedad y las rubias canónicas disfrutaban de veladas envueltas en pieles y bañadas de joyas, sin temor alguno por ser rociadas con espray escarlata.