David Meca: “Lloraba mucho cada día que me llevaban a la piscina”

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Informa: Kike Cervera / Imagen: Fundación Vhitas

El mejor nadador en aguas abiertas de la historia David Meca ha estado estos días en Valencia para impartir una conferencia titulada “Nadando hacia la orilla del éxito” que se celebró en el hospital Vithas 9 de octubre de Valencia. Un encuentro con este deportista de élite, veintiocho veces campeón del mundo, que sirvió a todos los presentes para conocer su historia de superación personal y profesional a través de la natación.

De ser una “patología andante” o “un cromo de chaval”, tal y como se definió David Meca, a llevar a España a lo más alto de la natación mundial y su nombre al cuadro de honor en la historia de su modalidad logrando, además, los retos acuáticos más espectaculares que se recuerdan, la vida del nadador barcelonés ha estado repleta de obstáculos que sortear y continuas demostraciones -a propios y extraños- de su capacidad de superación.

Así lo pudimos constatar en su intervención pública en Valencia en la que Meca repasó el trepidante viaje que ha supuesto su vida. Columna desviada, asma, dientes de leche negros por la medicación, natación obligatoria por prescripción médica, la superación de las burlas infantiles, su beca en Estados Unidos, los campeonatos del mundo o el falso positivo por dopaje y las críticas de la prensa del corazón que le rebelaron, solos han sido una muestra de los retos con los que se dio a conocer en todo el mundo.

El catalán se emocionó a lo largo de su conferencia al ver el vídeo que resumía “la huida de Alcatraz”, el primero de sus retos, símbolo de su protesta contra el injusto positivo por dopaje. También se recordó su duro viaje de Jávea a Ibiza el cual culminó el sueño de ser pionero en conectar a nado península y Baleares, un episodio épico en el que el nadador cayó exhausto e inconsciente en la orilla de Sant Antoni. Asimismo hubo tiempo para detenerse en el segundo intento de completar el triple cruce al estrecho de Gibraltar, donde cumplió el cometido de obtener el récord y ser el primero en hacer el triple. Hitos emotivos, reivindicativos y motivacionales, entre los cuales el nadador atendió a El Rotativo.

David has tenido una evolución impresionante. Pasaste de ser un niño con muchos problemas de salud a echarte a la piscina y de tener dificultades respecto al resto de tus compañeros a ser 28 veces campeón del mundo y completar una serie de retos impresionantes. Además, has sido presentador de televisión, has escrito un libro y actualmente eres conferenciante. ¿Qué te ha impulsado a hacer cada cambio?

Yo creo que la vida está llena de retos e ilusiones; hay que motivarse con lo que haces, levantándote cada día con ganas. Mi vida ha sido eso, empecé por obligación por problemas físicos, me tocó nadar y lloraba mucho cada vez que me llevaban a la piscina pero luego se convirtió en mi trabajo y en mi pasión. Además, pudimos ser campeones del mundo, que es el sueño de todo deportista. Lo demás ha venido como una constante búsqueda de ilusiones. Es difícil para todo el mundo seguir cada día la misma rutina, incluso para mí, con tantas horas y kilómetros en mar abierto.

En qué disfrutaste más: ¿Cada vez que superaste el camino lleno de dificultades convirtiéndote en campeón del mundo por primera vez o cuando acallaste las críticas de la prensa con la superación de cada reto que te proponías?

Ser campeón del mundo es que te cuelguen la medalla y suene el himno nacional. Es algo precioso pero demostrar tu valía como persona o deportista es incluso más bonito. Además fue en esta etapa cuando incluso empecé a recibir el reconocimiento público. La natación al final es un deporte minoritario que trasciende poco y fue gracias a ese empeño por marcarme retos por lo que empecé a ser conocido. Lo bueno es que luego íbamos a las competiciones oficiales y dábamos el do de pecho. Cumplíamos con creces pero no bastaba con ser campeón del mundo. La vida consiste en seguir marcándose retos y hacer muchas otras cosas.

¿Qué pensabas y en qué te inspirabas para no volverte loco durante tantas horas en el agua? Me imagino y me doy cuenta que los tiburones más peligrosos no están en el mar sino en nuestras mentes. Somos nosotros mismos los primeros que hacemos que una cosa fracase por los miedos e inseguridades a no conseguirlo, no estar preparado o fracasar. Y ese es tu mayor enemigo. Por eso, cuando estás en el mar por más que te duela un hombro o estés vomitando hay que pensar en las cosas buenas que te hacen seguir: el orgullo, amor propio, hacer historia, no defraudar a tu equipo… todo lo que te hace seguir nadando hasta tu meta.

¿Crees que ha habido algún reto en tu carrera que te haya faltado llevar a cabo?

¡Sí… muchos, muchos! Me hubiera encantado hacer mil más pero me siento muy satisfecho por todos los que hemos alcanzado. Al final decidí, en un momento dado, retirarme al día siguiente de ser campeón del mundo por última vez y fue una muy buena decisión. No hay nada como retirarse cuando estás arriba y que la gente recuerde que el deporte fue lo mejor que te ha pasado, que tengan un buen concepto tuyo, que no vean como baja tu rendimiento mientras sigues cobrando de los patrocinadores. Fue muy acertado pero no quiere decir que con 90 años no vuelva a cruzar el Estrecho de Gibraltar, ¿quién sabe?

Para finalizar, ¿qué esperas que te depare el futuro?

Espero que esté lleno de retos. Me formé como arquitecto y monté mis empresas muy joven, con lo que también estoy implicado en ello. Sigo nadando para mantenerme y ahora las conferencias de motivación me encantan. Al haberme formado en Estados Unidos puedo impartirlas en inglés y en español y puedo viajar. Es muy gratificante hacer ver a la gente que los retos son difíciles, muy complicados, pero que con trabajo, constancia y con ilusión se pueden conseguir prácticamente todos.