Francisco Carrión: «El periodista debe dar voza la iglesia amenazada en Oriente Próximo»

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Redacción Jaime Roch / Imágenes: Archivo

Francisco Carrión Molina es reportero freelance, cuenta historias desde Oriente Próximo y ha recibido el II Premio de Periodismo Ángel Herrera Oria por los artículos publicados en El Mundo y El Comercio de Perú: «La vida patas arriba de los jóvenes siros», «Una catedral rural para egipcios decapitados en Libia»; «Los Cristianos Egipcios, en fuera de juego»; «El futuro incierto de los últimos cristianos de Siria»; «La resurrección del pueblo de la lengua de Cristo»; y «¿Qué hace una monja Peruana en la devastada Siria?» Carrión batalla día tras día con la información en Egipto, un país con 100 millones de habitantes donde los cristianos solo representan al 8 % de la población, unos 10 millones de personas. Los católicos sufren una discriminación que el periodista sevillano trata de limar en las páginas del periódico.

¿Qué significa recibir el II Premio de Periodismo Ángel Herrera Oria?

Me siento afortunado porque creo que es un reconocimiento al trabajo que hemos realizado desde El Mundo durante estos últimos años. Nuestro objetivo siempre ha sido visibilizar la situación y los miedos de la minoría cristiana que vive en una zona de conflicto como Oriente Próximo.

¿Cómo es la realidad de la comunidad cristiana en Oriente Próximo?

La minoría cristiana es la gran desconocida para el lector español, incluso para los propios periodistas. Creo que es muy enriquecedora y sorprendente. He tenido la oportunidad de viajar por Egipto, Irak y Siria y me he encontrado con historias increíbles.

De esas historias, ¿cuáles le han impactado más?

Recuerdo el relato de la monja española Adela en un pueblo de la zona rural de Egipto. Era una figura allí porque eliminó la mutilación genital femenina, que está igual de extendida entre los musulmanes y los cristianos, y alentó el papel de la mujer en la sociedad con un control de la natalidad en un país como Egipto que crece a dos millones de personas al año. Recuerdo otra historia en Malula, la ciudad de Siria que conserva el arameo (la lengua de Cristo), donde se intenta impulsarla con institutos y museos.

El reportero de El Mundo recibe el II Premio de Periodismo Ángel Herrera Oria por su dedicación a la comunidad cristiana de Irak, Irán, Libia o Siria

¿Los cristianos viven bajo la amenaza del ISIS?

Sí, es sobrecogedor asistir a hablar con ellos. Este hecho se ha visto reflejado en la reducción del número de cristianos y también en el éxodo hacia otros países. Recuerdo visitar pueblos vacíos en Irak que fueron ocupados por el Estado Islámico y, en estos sitios, hay monasterios e iglesias con curas y monjas que prefirieron quedarse pese a tener la amenaza del ISIS a unos kilómetros. Es importante escuchar a esa minoría, escuchar sus miedos, acercarse a sus raíces, y contar el exilio que sufren. No son solo víctimas de los ataques sectarios de los grupos terroristas sino también son martirizados en los estados a los que pertenecen porque los tratan como ciudadanos de segunda.

¿El lector español se interesa por estas historias cristianas del Oriente Próximo?

Sí, las aprecia porque son relatos que apelan un sentimiento de arraigo en una zona del mundo que es la cuna de la civilización. Irak es el país de las primera veces, es decir, de la primera rueda, del primer texto, del primer idioma. Sí que interesa, lo único que tenemos que hacer los periodistas es darles voz a los representantes de la iglesia amenazada para trasladar ejemplos humanos de cómo viven y de las amenazas violentas que sufren no solo por los grupos terroristas, sino también por la negligencia y el desamparo gubernamental que sufren.

¿Por qué los cristianos tienen ese desamparo gubernamental?

Los cristianos egipcios están bajo la propia amenaza de una desprotección de las fuerzas de seguridad y de un régimen que juega con ellos políticamente para justificar la mano dura. En octubre de 2015, en plenas revueltas de la revolución egipcia, los tanques del ejército egipcio son los que abrieron fuego y los que arrollaron a manifestantes en centro del Cario. Cada día, esta minoría se enfrenta a un discriminación constante pero es la más vibrante.

“Nuestro objetivo ha sido visibilizar la situación de los cristianos que viven en esta zona de conflicto”

¿Podría poner un ejemplo de esa discriminación?

Sí, no hay apenas jugadores cristianos en la primera división de la liga de fútbol egipcia. Tampoco hay cristianos en la cúpula militar, ni en los puestos más altos de los ministerios ni del gobierno egipcio. Los cristianos no ocupan ni el 10% en la administración.

¿Cómo debe tratar un periodista las informaciones de los cristianos perseguidos?

Debemos escuchar y ser pudorosos con las fuentes para escribir con rigor y honestidad. Tampoco hay que caer en el alarmismo absoluto porque debemos tratar los temas con retrospectiva. Por otra parte, también creo que hay que dar una imagen lo más amplia posible. La presencia de cristianos de Oriente Próximo en los medios de comunicación está ligada a tragedias, atentados y ataques, pero creo que debemos de ir más allá del concepto y de la condena de la actualidad y explicar todas las luces y sombras de esta comunidad que, en ese sentido, también mantiene ritos, lenguas o tradiciones.

¿La Iglesia de Oriente Próximo es muy diferente?

Creo que hay un fervor más profundo, más auténtico y más fiel que en España porque está relaciona do en cómo viven los musulmanes sus propias creencias. En este tipo de países, donde la religión es tan importante en la vida diaria, las dos comunidades se complementan en el grado de religiosidad. Es decir, los cristianos, iraquíes y egipcios viven la religión de una manera muy enraizada y, eso se ve, por ejemplo, en Egipto, donde el Papa copto Teodoro II es, a la vez, un líder espiritual y político.

¿Hay motivos cristianos en Oriente Próximo?

Sí, hay barrios que son de mayoría cristiana donde se ven las reliquias y las imágenes de santos puestas en sus negocios. En el norte de Irak también sucede, en la zona del Kurdistán, donde hay pueblos que están únicamente habitados por cristianos y ahí se pueden ver, por ejemplo, rotondas con vírgenes. Tanto en Egipto como en Irak hay una zona plagada de monasterios e Iglesias que se dican al culto.

¿Ha tenido alguna limitación a la hora de informar?

Los riesgos y las amenazas están presentes pero hay que escribir con la libertad más absoluta. El cristianismo es una cuestión sensible para el propio estado y me he encontrado con problemas como la fuerza de seguridad porque no querían que tratáramos algún hecho en el escenario de un atentado. Hablar de los cristianos egipcios en medios españoles es lanzar una crítica a la falta de protección y de amparo, por parte del estado, que todos ellos sufren.