Carmen Casanova llena de color las Meninas de Velázquez

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1961

Ramón Pérez / 1º Periodismo

Carmen Casanova se define a sí misma como “un espíritu libre e inquieto con mucha curiosidad y un constante afán por aprender”, lo cual, en su opinión, constituye su verdadera motivación para trabajar día tras día y continuar triunfando en el mundo del arte. “Me recuerdo siempre con un lápiz en la mano garabateando desde que tenía tres años”, subraya. Y es que, quizás, aquí es donde se halla la inconfundible esencia de esta reconocida artista interdisciplinar murciana.

Carmen Casanova

Tras una infancia marcada por el dibujo, el diseño de ropa, la guitarra, el piano, la jota y, en definitiva, la creatividad, confiesa que debido a determinadas circunstancias no pudo estudiar inicialmente Bellas Artes, por lo que finalmente se decantó por Magisterio. Sin embargo, confiesa que retomó “los pinceles en solitario” y cuando tenía doscientos cuadros en el estudio pensó que tenía que hacer algo más. Es así como a la edad de cuarenta años se introdujo en el mundo del arte completando la licenciatura de Bellas Artes en la Universidad de Murcia, además de un máster y un doctorado.

Tras haber visitado sus obras su Cartagena natal, Madrid, Barcelona, Marbella, Alemania y Hong Kong, entre una extensa lista de importantes lugares alrededor de todo el mundo, la pintora ha decidido repetir Valencia, donde ya estuvo en 2016 con ‘Glamourama’. En este caso, la Galería Pizarro, ubicada junto a la céntrica Calle de Colón acoge sus ‘Meninas Made in Spain’ entre los días 15 de febrero y 24 de marzo. “Valencia es una ciudad multicultural y abierta en la que el arte forma parte de su identidad”, destaca.

Casanova confiesa que “las Meninas de Velázquez son un icono en la Historia del Arte”. Con un formato muy periodístico en que la reina Mariana de Austria y su hija la infanta Margarita aparecen inscritas en diversas portadas de reconocidas revistas actuales, la artista polifacética pretende hacer reflexionar al público sobre el papel de la mujer en España. Propone la recuperaciónn de ambas figuras a modo de reflejo y superación del “marco opresivo de una época”, resucitándolas así en pleno siglo XXI. Vaciadas de su esencia original, se llenan de “contenido crítico-irónico” que redefine el papel de la mujer en el contexto español de hoy día. A través de reminiscencias “pop”, afirma que son las editoriales utilizadas y visibles en sus lienzos “las que marcan los estereotipos a seguir por las mujeres”.  Resulta fundamental subrayar que los voluminosos vestidos que portan las protagonistas se hallan conformados incluso por recortes de periódico. Tal y como apunta, “una visión contemporánea made in spain desde una mirada femenina”.