La cara amable de la crisis

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Una empresa constructora de Torrent ofrece una finca con 28 viviendas en Carlet para personas que hayan sido desahuciadas de sus casas.

Fachada del edificio situado en Carlet. / Hnos. Felipe SL
Fachada del edificio situado en Carlet. / Hnos. Felipe SL

No todo en esta época de crisis son malas noticias, y es que aunque la equidad brille por su ausencia en muchas ocasiones, todavía quedan personas que ven en una mala situación una oportunidad para ayudar a los más necesitados. Es el caso de la constructora Hermanos Felipe S.L, quienes viendo que su finca vacía no cumplía con el fin para el que había sido diseñada y habiendo tanta gente sin hogar, decidieron contribuir para hacer algo de justicia social: “Tenemos una finca cuyas viviendas no podemos utilizar ni para bien ni para mal, y hay personas necesitadas a las que había que ayudar como fuera”, cuenta Juan José Felipe, uno de los gerentes de Hermanos Felipe quien además destaca que la iniciativa está inspirada en una parecida que tomó otra empresa en L’Alcudia.

La empresa, ayudada por la Fundación Todo Ayuda, puso en marcha una propuesta el pasado mes de enero que consiste en alquilar viviendas que contaban con un precio de entre 110.000 y 135.000 euros por unos 60 euros al mes, que incluyendo los gastos de comunidad “ascendería a unos 72 euros mensuales”, una cifra más que razonable para aquel que no disponga de lo básico para vivir: un hogar.

Proceso de selección

Para poder acceder a estas viviendas, la constructora cuenta con la ayuda de los servicios sociales del Ayuntamiento de Carlet, quien se encarga de hacer la selección de las familias que van a ocupar estos pisos. Actualmente ya hay 7 familias para las que su suerte ha cambiado y cuentan con una vivienda. “Quien esté interesado en estas viviendas tiene que, en primer lugar, estar empadronado en Carlet desde el 31 de diciembre de 2012, además también tiene que presentarnos la declaración de la renta, documentación personal, de la hipoteca, de su vida laboral, del catastro…”, explica Lola Gómez, trabajadora social del Ayuntamiento de Carlet.

El primer criterio para acceder a la selección es haber sido desahuciado, “bien por impago de la hipoteca con procedimiento judicial o bien porque se haya dado la vivienda al banco en concepto de dación en pago”, comenta la trabajadora social. Así pues, con todos los documentos necesarios, el departamento se guía por criterios de más necesidad para otorgar las viviendas, “sopesamos si hay situaciones de malos tratos, separaciones, alguna discapacidad y también en función de la composición familiar, cuantos más hijos haya en el núcleo familiar más preferencia se tiene”, afirma Gómez quien además asegura que sobre todo “se ha priorizado la parte social”.

Después de este proceso, las solicitudes se pasan a la constructora, quien decide finalmente qué familias ocuparán los pisos. No obstante, como la demanda ha bajado, los artífices de la idea están pensando en tomar otra iniciativa para poder ocupar las 28 viviendas del edificio: “estamos pensando en poner el resto de viviendas un poco más caras (unos 100 o 150 euros) pero ser menos rigurosos en la selección”, explica Felipe.

Y como las buenas ideas se expanden rápido, la constructora valenciana ya cuenta con más imitadoras en el panorama nacional. “El lunes pasado nos llamaron desde Tarragona y Barcelona dos empresas que querían el domicilio social de la fundación Todo Ayuda para ponerse en contacto con ellos porque tenían dos edificios prácticamente como el nuestro”, cuenta el gerente de la empresa.

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