● Los investigadores de la CEU-UCH han sido los únicos participantes en el reconocido certamen pertenecientes a una universidad valenciana
● El trabajo está diseñado específicamente para el estudio por parte de farmacéuticos con dilatada experiencia en Atención Farmacéutica y miembros ampliamente experimentados en la prevención y el abordaje de las conductas adictivas
Viernes, 18 de febrero de 2011.- El estudio basado en la detección precoz y prevención del consumo de sustancias adictivas en Institutos de Educación Secundaria y en el medio familiar en la comarca de La Machuela -situada entre Albacete y Cuenca- realizado por el alumno de doctorado de la Universidad Cardenal Herrera Jesús Torres Pujol, ha quedado finalista en la categoría de Área Farmacéutica de la IV edición de los Premios Esteve 2010 ‘Unidos por la Atención al Paciente’, en la gala celebrada el pasado 10 de febrero en Valencia y a la que asistió la ministra de Sanidad Leire Pajín.
El proyecto de Jesús Torres Pujol, dirigido por los profesores de la CEU-UCH de la titulación de Farmacia Isabel Martínez Martínez, José Martínez Raga y Lucrecia Moreno Royo, está diseñado específicamente para el estudio por parte de farmacéuticos con gran experiencia en Atención Farmacéutica y miembros experimentados en la prevención y el tratamiento de las conductas adictivas. Además, esta investigación tiene un doble objetivo: por una parte, la detección de consumo de sustancias adictivas en esta zona semi-rural y, por otro, la intervención precoz en los casos de consumo de riesgo, abuso o dependencia de tabaco, alcohol, cannabis o cocaína entre todos los adolescentes, con una edad media de 12,3 años, escolarizados en Educación Secundaria en un total de 10 Institutos ubicados en 42 municipios de la comarca de La Manchuela que han aceptado participar en el programa.
Entre los principales datos obtenidos de las acciones preventivas realizadas entre los 740
alumnos participantes (50% chicos y 50% chicas) y en las que ha colaborado la CEU-UCH, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Albacete, la Unidad de Conductas Adictivas de Gandia y 5 oficinas de farmacia, Torres Pujol destaca que se ha demostrado “estadísticamente” que, junto a la implicación de los padres en el programa, “los alumnos prueban más tarde las sustancias adictivas y, cuando lo hacen, las consumen en menor cantidad”. Unas conclusiones que el investigador valora como “muy positivas” no solo por la prevención llevada a cabo entre los estudiantes, sino por “servir de soporte para los padres que muchas veces se encuentran solos a la hora de enfrentarse al problema de la drogadicción”.
Para el coordinador, la principal aportación de este trabajo está en la “continuidad” del mismo puesto que no está contemplado como una “actuación puntual” de prevención de consumo. En este sentido, el estudio tendrá una duración de 4 años, “hasta que los chicos lleguen a 4º de ESO (16-17 años)”, y se dará a conocer la labor del grupo de farmacéuticos en su papel de educadores sanitarios y colaboradores en la prevención de la drogadicción a diferentes grupos poblacionales como son los jóvenes y sus padres.
