- El CEU fomenta durante la carrera el intercambio de conocimientos y experiencias entre docentes y estudiantes a través de la investigación
Cuando José Miguel Soria, profesor de Enfermería, experto en Biología Celular y Molecular y con tres sexenios de investigación, se plantea los beneficios de involucrar a los alumnos en la investigación, asociada a la docencia en la materia que imparte, su respuesta es contundente: “Resulta muy interesante por diversas razones: supone un estímulo para el estudiante poder trasladar lo que va aprendiendo al terreno científico, aumentando su curiosidad su carácter crítico y haciéndolo consciente de la importancia de lo que aprende en las asignaturas para su profesión; lo posiciona desde el principio en un plano científico ampliando esa visión profesional de cara a futuro, es decir, el alumno crece siendo consciente de la importancia de la investigación en su profesión; y crece intelectualmente mediante su relación entre iguales, el debate y desarrollo de trabajos conjuntos en equipo. A nivel docente resulta fundamental motivar al alumno en su aprendizaje”.
Y es que esta formación, vinculada a procesos de innovación educativa e integrados en los proyectos “Investigación + Docencia” que anualmente convoca la UCH-CEU, se convierte en una valiosa herramienta didáctica, que no solo despierta el interés por la materia, sino que, como afirma Maite Pinedo, doctora en Enfermería y miembro de la Academia de Enfermería de la Comunidad Valenciana, “motiva al alumnado a observar, formular preguntas, discutir, razonar, demostrar y analizar”.
Cuando se les cuestiona a los alumnos por qué la consideran interesante para su formación, la respuesta de Patricia Gómez Linares, alumna de Enfermería, que junto con otros dos compañeros ha obtenido el primer y segundo premio en el Congreso Internacional de Estudiantes de 2019, es relevadora: “Porque considero de gran importancia no solo ceñirse al temario y a las asignaturas de la carrera sino ir mucho más allá. Se supone que estamos estudiando lo que nos gusta y nos ofrecen una oportunidad brillante para adentrarnos más en ese mundo y acoger competencias y destrezas, por lo tanto la pregunta sería: ¿Por qué no?”.
Precisamente, esa posibilidad de ampliar las competencias para su futuro profesional es el que valoran Elisa Bastias, Jesús Mateo y Elfriedes Ruiz, del grado de Educación Infantil y Primaria, “ya que nos permite adquirir habilidades y conocimientos propios de nuestra profesión, de manera que nos ayude a desenvolvernos ante diversas situaciones, ya sean sencillas o más complejas. Además, favorece que nos actualicemos, renovando así las estrategias y técnicas metodológicas que llevaremos a cabo en el aula, dado que contaremos con un alumnado conectado a la sociedad cambiante y debemos satisfacer sus necesidades si queremos despertar su interés e inquietud hacia el aprendizaje”.
El hecho de que estos procesos de aprendizaje se instauren desde los primeros cursos de la carrera universitaria tiene, además, otra ventaja para el estudiantado en la fase final de su aprendizaje, al favorecer que cuando lleguen a su último curso, sean capaces de elaborar un buen TFG con una buena selección de información científica. Según Manuel Tirado Zafra-Polo, profesor de Magisterio, “la elaboración del TFG les suele suponer un gran miedo, por ello intento trasladar la investigación a la vida diaria. Estamos acostumbrados a investigar sin darnos cuenta. Continuamente estamos comprobando qué funciona y qué no a través de ensayo y error. Cuando sean maestros van a ponerlo en práctica todavía más. De esta manera podrán comprobar objetivamente y empíricamente qué cambios (metodología, horario, grupos, actividades…) suponen qué resultados (motivación, resultados académicos, convivencia, integración…). La investigación no es ajena a la educación, sino que es una herramienta que la nutre a diario”.
En esa línea, el profesor Jesús Sánchez Mas, investigador con un buen número de publicaciones en revistas científicas de alto impacto, considera que esta inmersión de los estudiantes en la investigación la realicen durante su periplo universitario, ya que es “algo a lo que se enfrentarán seguro durante su vida profesional y que es mejor que lo aprendan sin tanta responsabilidad de la mano de profesores que tienen el mismo interés que ellos en hacer las cosas bien, puesto que son parte del mismo equipo investigador. Todo esto les ayuda a reforzar muchos valores, trabajo en equipo, capacidad de análisis, interés científico y exposición oral en eventos científicos, entre otros”. También lo percibe así Amparo Sánchez Fideli, doctora en Farmacia y profesora de Enfermería: “Desde mi experiencia he observado qué a través de la docencia compaginada con la investigación, además de los conocimientos teóricos y los prácticos que están previstos desde el punto de vista académico, los alumnos que acceden a este tipo de proyecto, aprenden los métodos de investigación y la difusión de los resultados ya desde el comienzo de sus estudios”.
¿Qué aporta la investigación a los alumnos?
María del Mar López Fernández (ENFERMERÍA): Lo considero interesante ya que nuestra carrera consta de cuatro funciones fundamentales: asistencial, docencia, administrativa e investigación. Esta última es la que destaco ya que gracias a congresos como el CIE nos permite conocer esta función enfermera que pocas realizan. Además lo considero importante, sobre todo mientras realizamos la carrera, ya que nos permite coger una base que nos dan nuestros profesores y congresos como el que realiza el CEU. Como futura profesional me ha otorgado un pensamiento crítico en todo lo que realizo tanto yo o el resto de profesionales que he conocido en mi periodo de prácticas.
Javier Juárez (ENFERMERÍA): La investigación siempre interesa en el ámbito académico, pues es el motor de este, sin embargo es especialmente estimulante cuando se da entre alumnos, pues se habitúan a una actividad que sobresale del área de confort al que están acostumbrados, ya que es en la universidad donde comienza esta práctica.
Estela Fernández Murcia (ENFERMERÍA): el hecho de investigar durante la carrera hace que tu parte investigadora se vaya desarrollando y cada vez tengas más y más curiosidad y quieras saber más. Esto hará que no me quede estancada.
Elfriedes Ruiz (MAGISTERIO): Este modelo nos permite ser más competentes en nuestro ámbito profesional, adquiriendo habilidades y conocimientos propios de nuestra profesión, de manera que nos ayude a desenvolvernos ante diversas situaciones, ya sean sencillas o más complejas. Este modelo nos permite actualizarnos, renovando así las estrategias y técnicas metodológicas que llevaremos a cabo en el aula, dado que contaremos con un alumnado conectado a la sociedad cambiante y debemos satisfacer sus necesidades si queremos despertar su interés e inquietud hacia el aprendizaje.
Otra forma de las relaciones profesor-alumno
Mª del Mar López Fernández (ENFERMERÍA): En mi opinión lo que ha aportado es una relación de confianza mutua porque el profesor tiene una confianza ciega en que el trabajo de investigación que vamos a presentar es el mejor y nosotras también la tenemos en el profesor porque confiamos en su criterio y en que en todo momento nos va a apoyar. Esta relación de confianza como hemos podido ver ha sido la adecuada ya que esto nos ha permitido conseguir el primer premio.
María Segarra (ENFERMERÍA): Te ofrece una relación que en el aula quizás es más difícil establecer, puesto que compartes muchas horas y esfuerzo. Porque investigar no es fácil.
Jesús Mateo (MAGISTERIO): El profesor nos resultó en todo momento el pilar fundamental de toda la investigación, fue nuestro guía y motivación en momentos de bloqueo y desmotivación. Él nos despertó un especial interés hacia el método científico, nos acompañó en todo el proceso, lo que consolidó un clima de confianza y unión. Desde ese momento la relación se ha estrechado, ha aumentado el contacto y con ello las ganas de seguir esta línea de la investigación.
¿Cómo se aplica esta metodología educativa?
En Fisioterapia, se implementa mediante el desarrollo de trabajos por equipos, que culminan con el desarrollo de un poster de investigación que los alumnos de primer curso exponen en una jornada de convivencia con otros alumnos de tercer curso que también han trabajado de forma paralela. José Miguel Soria considera que de este modo, los alumnos de 1º y 3º desarrollan trabajos científicos a modo de poster que se exponen entre ellos. Los trabajos realizados por los alumnos de primer curso están más enfocados al origen de una enfermedad y a aspectos de una enfermedad atendiendo a fenómenos de carácter biológico, genético o fisiológico. Los alumnos de tercero realizan trabajos sobre el mismo tema pero atendiendo a prevención o terapias de aplicación para esa enfermedad.
En Enfermería, el profesor Jesús Sánchez Mas propone que los estudiantes se integren en los equipos que desarrollan proyectos de investigación del Departamento, bien como voluntarios, bien como alumnos internos de la asignatura de la cual soy responsable (Bioquímica), bien como parte de su TFG. Se trata de proyectos aceptados en convocatorias propias de la Universidad o convocatorias externas y vigentes. “Participan en el cronograma del proyecto, en todos los aspectos del mismo descritos en el apartado anterior. Siempre bajo nuestra tutorización. También participan en la difusión de los resultados en Congresos o en publicaciones científicas, cuyos gastos son costeados con fondos del proyecto. Esto les permite mejorar su currículum con méritos extracadémicos que seguro tendrán incidencia en su incorporación al mundo laboral”, asegura este docente.
En Magisterio, Manuel Tirado Zafra-Polo, para dar la mayor importancia al trabajo de investigación, planifica su asignatura siguiendo la metodología Flipped Classroom. Esta asignatura sigue un cronograma muy estructurado de ritmo de trabajo que los alumnos deben mantener para ir avanzando la elaboración del trabajo a la par que se avanza la teoría. De este modo, he grabado píldoras de aprendizaje en forma de vídeos cortos con los contenidos teóricos de la asignatura, que los alumnos deben ver en casa. Con este sistema se consigue una cercanía mayor entre el profesor y el alumno. Como profesor, soy un miembro más de cada uno de los grupos de trabajo que tienen los alumnos y esta metodología me permite pasar tiempo suficiente en cada uno de los grupos. Así conozco cómo trabajan, qué problemas encuentran, qué alternativas tienen, y toda esa información me permite ayudarles a tomar las decisiones que les van a facilitar la elaboración del trabajo. El contacto profesor alumno es continuo y cada alumno tiene el espacio y el tiempo necesario para compartir sus dudas y preguntas con el docente.