La última sesión de CEU Encuentros ha expuesto los beneficios de una dieta equilibrada y ha analizado los principales alimentos de consumo

El foro CEU Encuentros cierra su ciclo de conferencias este curso con la ponencia de Caridad Gimeno, profesora nutricionista de la Universidad CEU Cardenal Herrera. El encuentro ha tenido lugar en la Sala de Grados de la Biblioteca, donde Gimeno ha repasado los alimentos básicos de la dieta mediterránea, y los ha sometido a examen, tratando así de orientar a los asistentes en los pilares fundamentales de una dieta equilibrada. La Vicerrectora de Alumnado y Extensión Universitaria, Mª José González, ha presentado a la ponente y ha recordado que este encuentro está “perfectamente adecuado a la época del año en la que entramos”.

La línea general del discurso de Caridad Gimeno ha tratado sobre qué comer y cómo hacerlo para conseguir crear una rutina alimentaria adecuada, aportando al organismo aquello que necesita para mantener una buena salud. Según ha explicado, es necesario saber qué función tiene cada grupo de alimentos para poder decidir sobre su consumo: estructural, energética, reguladora, etc. Por ello, ha explicado y analizado brevemente la pirámide alimenticia y los principales sustentos en los que habitualmente basamos la dieta.

Mediante este análisis ha intentado mostrar que, conociendo cada alimento, se puede crear la receta adecuada para mantener una dieta correcta. Ha desmentido muchas de las opiniones e ideas equivocadas acerca de algunos productos, como la pasta y sus hidratos de carbono, considerándolos básicos, pues “todas las dietas que eliminan los carbohidratos son desequilibradas”. La glucosa es “la gasolina del cuerpo humano”, y es esencial contar con estos nutrientes en las rutinas alimentarias.

De cada uno de los grupos de la pirámide alimenticia ha dado una orientación calórica con tal de concienciar sobre la cantidad habitual de comida que se ingiere y qué repercusión tiene en nuestro sistema digestivo. Además, ha hablado acerca de los principales hábitos erróneos que las personas incluyen en su día a día y que no contribuyen a mejorar el organismo, como los desequilibrios en el número de comidas a realizar durante el día: “el cómo se distribuye la comida es lo más importante”.

Por esta razón, ha incidido en ofrecer ejemplos de cómo realizar cada comida y la importancia de no saltarse ninguna de ellas, por lo contraproducente que puede resultar, pues se compensa el hambre con el “continuo picoteo”. Ha dejado claro que los parámetros a seguir no son iguales para todos, pues cada dieta va en función de la actividad y metabolismo de la persona.

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