- El ministro de Asuntos Exteriores ha participado en el Foro Universitario Juan Luis Vives, que dirige el decano de Derecho, Empresa y Ciencias Políticas de la CEU-UCH
El Ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, participó ayer en la tercera jornada del XXII Foro Universitario Juan Luis Vives con la ponencia España en el futuro de la Unión Europea.
El responsable político, que fue presentado por el decano de Derecho, Empresa y Ciencias Políticas de la Universidad CEU Cardenal Herrera y director del encuentro, Joaquín Marco, destacó la importancia que tiene la Unión Europea. «Aunque no nos demos cuenta los europeos, es la mayor conquista que hemos hecho. Se valora muchísimo en el exterior, ya que es la mayor zona de libre comercio del mundo, tiene un gran poder de negociación y es una excelente plataforma para abrirse al resto del mundo”, aseguró. «Por todo ello, añadió, si España quiere ser relevante en el mundo, y no espectadora, tendrá que estar presente en la Unión Europea, bajo un liderazgo claro que nunca olvide quiénes somos, dónde estamos, qué queremos, y llamar a la sociedad a involucrarse en ese proyecto común llamado España y Europa”.
Para poder hablar de España en el mundo y de su representación dentro de la Unión Europea, advirtió García-Margallo, «hay que saber qué somos, para no aventurarnos en empresas que estén por debajo o que presenten dificultades a la hora de llevarlas a cabo”.
Em este sentido, el ministro indicó las fortalezas y las debilidades de España. Respecto a las primeras destacó que es la cuarta economía de la zona euro y la quinta de la Unión Europea, «y además, es la novena receptora del mundo en términos de inversión directa”. En relación a las segundas, aseguró que España cuenta “con una población cuantitativamente modesta, que ocupa una superficie también pequeña, con escasos recursos naturales y con una presencia exterior debilitada».
El ponente advirtió de las peculiaridades que trae consigo la globalización, «que ha producido cambios estructurales cuya magnitud es difícil de calcular, como la aparición de los países emergentes o la deslocalización de muchas empresas” y la reacción de la Unión Europea a este reto, «que ha respondido afianzando la unión de los suyos. A pesar de que, tristemente, ahora su valoración se encuentre un poco capa caída”.
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