La Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros (FEBF) celebra la 2ª edición de este premio para explorar la intersección entre el derecho y las nuevas tecnologías

El grupo de alumnos de la CEU UCH compuesto por Adrián Alonso Fonseca (estudiante del Máster de Acceso a la Abogacía UCHCEU), Carmen García Sanfeliu (4º Derecho), Fiona Obando (4º Derecho) y Carmen Kouwenhoven Tatay (2º Derecho), han ganado el 2º Premio del II Challenge Legal Tech promovido por la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros (FEBF). Se trata una iniciativa innovadora que anima a los estudiantes de los equipos Legal Tech de todas las Universidades de Valencia a explorar la intersección entre el derecho y las nuevas tecnologías. Al igual que en la primera edición, el challenge en esta ocasión consistía en ser capaces de desarrollar, en 15 min, una presentación sobre la importancia de la IA y la tecnología en los despachos jurídicos profesionales, mostrando aplicaciones concretas para resolver tareas y nuevos canales de comunicación con los clientes.

En esta 2ª edición han participado seis equipos de estudiantes de dos universidades valencianas -tres de la UV y tres de la CEU UCH- y el de la CEU UCH liderado por Adrián Alonso ha sido el ganador del 2º premio. Según nos cuenta Enrique Roger, presidente de Legal Hackers de la CEU UCH, “los aspectos valorados por el jurado han sido principalmente la capacidad de análisis y de síntesis; la capacidad de comunicación; y la adaptación del lenguaje a profesionales sin experiencia en el uso de las nuevas tecnologías”.

Una App innovadora: “IA versus artista”

Dentro del derecho mercantil, el derecho del arte se ocupa de proteger los derechos de propiedad intelectual e industrial de los artistas. En este contexto surge el proyecto presentado por el equipo de la CEU UCH en la FEBF, que busca dar respuesta a una realidad preocupante: en los juzgados de lo mercantil, de cada 100 demandas presentadas por artistas, alrededor de un 10% corresponden a casos de propiedad intelectual. Este problema tuvo un precedente significativo en Francia, donde los casos más relevantes se resolvieron en la Corte de Apelación de París.

La propuesta premiada del equipo de la CEU UCH ha consistido en la creación de una App dirigida a contrastar y verificar las obras originales de los artistas con las copias generadas por la IA, favoreciendo la protección de los derechos de autor y delimitando el porcentaje de intervención de la creatividad humana. Se trata sin duda de una aplicación que tiene mucho potencial para su uso en despachos especializados en derechos de autor, propiedad intelectual y derecho del arte, pues muchos profesionales carecen de la formación específica en este ámbito y dictan sentencias que, en ocasiones, resultan contradictorias.

En el proceso han establecido contacto con la conservadora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), Sandra Moros, quien mostró gran interés en la propuesta, especialmente porque en el ámbito del arte moderno abundan las copias de alta calidad. Asimismo, se han reunido con un responsable de la Generalitat Valenciana encargado de la coordinación de Museos e Institutos de Arte, que también valoró positivamente la iniciativa.

Un trabajo de equipo

La vicedecana de la Facultad de Derecho, Empresa y Ciencias Políticas de la CEU UCH, M. Luisa Mena, animó a Adrián Alonso a presentarse al premio, quien se puso en contacto con la FEBF para conocer las bases. Como ya había realizado un proyecto en Derecho del Arte en la CEU UCH, Adrián asumió el liderazgo de la iniciativa y se encargó de reunir al resto de las integrantes del grupo, «quienes se implicaron al máximo desde el inicio», señala. Se presentó un documento inicial con siete propuestas, de las cuales se eligió la primera, que finalmente fue la desarrollada para la FEBF. El trabajo se repartió de manera equilibrada: Adrián asumió la parte de programación y las demás integrantes se encargaron de toda la fundamentación jurídica.

“Pensamos que es una idea original y estamos convencidos de que servirá de apoyo a artistas emergentes, pues hemos comprobado que el Estado considera la violación de los derechos de autor a nivel privado como un asunto de menor relevancia”, señala Adrián.

«Poder participar en competiciones o eventos como el II LegalTech Challenge es una gran oportunidad. Concretamente, ha supuesto un gran reto para nosotros, pues la elaboración de un proyecto con visión de futuro en muy poco tiempo no es tarea fácil, dado que pasar de la idea a su ejecución en la realidad, teniendo en consideración las limitaciones de tiempo y financiación que afrontábamos, ha hecho que la experiencia haya resultado aún más interesante», explica Carmen García.

Para Fiona Obando «participar en este reto ha sido una experiencia realmente valiosa. Me permitió aprender, salir de la zona de confort y explorar cómo la tecnología puede aportar nuevas soluciones al mundo jurídico. Obtener el segundo lugar fue una gran satisfacción, pero lo más importante fue todo lo que nos dejó el proceso: el trabajo en equipo, la creatividad y las ganas de seguir impulsando la innovación en el ámbito legal.

Carmen Kouwenhoven explica cómo gracias a esta experiencia «he podido aprender y conocer el mundo jurídico más allá de la ley, además de conocer cómo se pueden complementar las nuevas tecnologías y el derecho. Personalmente, ha sido un placer poder participar en esta experiencia y es un gran honor ganar este premio, el cual reconoce nuestro trabajo, y esta app tan innovadora, idea que sin duda pienso que tiene un gran futuro en la aplicación práctica».

Adrián también resalta el aprendizaje que ha supuesto este reto en programación sobre derecho del arte gracias a la IA: «nos proporcionó una serie de códigos, que unimos en bloque, para poder realizar esa diferenciación. El sistema es: se introduce la imagen original y la presuntamente copiada. La app contrasta ambas imágenes con varias técnicas artísticas y emite un certificado que emite un porcentaje de veracidad. Debe haber más de un 90% de similitud para que se considere original, si no, es una copia. Aunque el objetivo inicial era lograr una herramienta capaz de diferenciar las copias de las obras originales, pronto advertimos que podía ir más allá, incorporando también la valoración económica de las obras”.

“El derecho es un mundo gris, que el arte lo hace claro”

Adrán ha trabajado en JMA Consulting, y aunque desde siempre su verdadera vocación ha sido ejercer como abogado, dos jueces de Valencia -Jorge de la Rúa (Juzgado de lo Mercantil n.º 5 de Valencia) y Juan Beneyto Mengó (magistrado de la Audiencia Provincial n.º 1 de Valencia)- le han animado recientemente a preparar oposiciones a judicatura. Hace apenas mes y medio ha iniciado este camino con el objetivo de especializarse en los juzgados de lo mercantil y, en particular, en el ámbito de la propiedad intelectual. Para él, «el derecho es un mundo gris, que el arte lo hace claro”. Este proyecto “ha supuesto un gran reto tanto a nivel personal como profesional y también un motivo de orgullo», pues viene de una familia de artistas.

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