Ha pasado el verano en un país que cuenta con magníficos resorts de playa y varios parques nacionales patrimonio de la humanidad. Pero María Moliner, estudiante de 3º de Enfermería en el CEU de Castellón, no ha ido a hacer turismo a Costa de Marfil, un país que, a pesar de su gran riqueza natural, padece un alto índice de pobreza y una esperanza de vida media de 54 años. Su aventura estival ha tenido un corte solidario, de la mano de la ONG Amor en Acció, y le ha reportado un aprendizaje sanitario y humano inolvidable. Nos lo cuenta.

¿Cómo se te ocurrió embarcarte en esto? ¿Habías hecho algún voluntariado antes?

La verdad es que no. Pero, después de mucho tiempo queriendo e intentando participar en uno, informándome con diferentes ONGs, preguntando a anteriores voluntarios por sus experiencias… decidí emprender esta aventura con Amor en Acció junto a otros 7 voluntarios:  Ángeles (responsable del grupo y pediatra), Mayte (psiquiatra), Nacho (futuro estudiante de Medicina), Bosco (profesor), María H (auxiliar de enfermería e integradora social), Marcela y Javi (estudiantes de Medicina del CEU) y Marc (fisioterapeuta).

Cada uno llevábamos dos maletas facturadas. Una y media, llena de medicación y material sanitario. La media restante, con nuestros objetos personales.

‘Mi intención era repartir cariño y amor a los más necesitados y he recibido mucho más del que he podido ofrecerles’

Un buen comienzo. Cuéntanos en qué consistió esa expedición humanitaria.

Tuvo una duración de 2 semanas. Salimos de Valencia y aterrizamos en Abiyán, la capital económica de Costa de Marfil, ya de madrugada, donde pasamos la primera noche. A la mañana siguiente, nos dirigimos a Akoupé y allí nos quedamos 4 noches.  Durante nuestra estancia en Akoupé, atendimos a pacientes en diferentes barrios de la zona (Soribadougou, Affery, Diolakro). También pasamos visita médica en otros poblados como Sikensy, Tialasse, N´Douci, Bodo… En definitiva, íbamos moviéndonos de poblado en poblado y atendiendo a los diferentes pacientes.

¿Cómo era un día habitual?

Cada día, montábamos nuestro hospital de campaña, compuesto simplemente por unas carpas, mesas y sillas. En la primera carpa, un grupo de enfermeros de Costa de Marfil realizaban el triaje a los pacientes y les tomaban las constantes. A continuación, pasaban a ser atendidos en la segunda carpa donde nos encontrábamos nosotros. Principalmente, realizábamos consultas de atención primaria.

¿Con qué tipo de enfermedades os encontrasteis?

Hubo muchos casos clínicos que me sorprendieron. Muchas de las patologías son poco comunes en España. Por ejemplo, la elefantiasis, la neurofibromatosis, la úlcera de Buruli y la tiña.

‘Además de permitirte conocer otro tipo de cultura y forma de pensar, esta experiencia te hace crecer como persona y aprender a valorar todo lo que tienes’

¿Cuentan con recursos para hacerles frente?

No. Uno de los grandes problemas de este país es la desmesurada pobreza y una esperanza de vida media de unos 54 años.

Aunque hay personal sanitario, no tienen dinero para medicación. La mayoría de los pacientes no tienen la posibilidad financiera de acudir a un hospital. 

Esta experiencia tiene que marcar…

Sí. Además de permitirte conocer otro tipo de cultura y otra forma de pensar, te hace crecer como persona y aprender a valorar todo lo que tienes.

Francamente, considero que pequeños gestos de la humanidad tienen mucho más valor del que pensamos.

Yo participé en esta expedición con la intención de repartir cariño y amor a los más necesitados y, aun así, he recibido mucho más del que he podido ofrecerles.

Algo que me ha hecho sentir muy bien durante el viaje es que nos hemos ayudado entre todos. Al ser un equipo multidisciplinar, todos hemos aportado algo distinto. Pienso que una buena cooperación es esencial para tratar bien a los pacientes.

‘El CEU ha firmado un convenio con esta ONG para participar en sus misiones sanitarias. Y es una oportunidad que recomiendo sinceramente a mis compañeros’

Todo esto que nos cuentas podrán vivirlo en primera persona otros compañeros a partir de ahora, ¿no?

Sí. Al saber que el CEU apoyaba el proyecto Medipinas, solicité a la universidad la posibilidad de contabilizar este voluntariado como prácticas voluntarias. Les pareció una buena idea, por lo que realizamos un convenio con esta ONG para participar en sus misiones sanitarias. Y es una oportunidad que recomiendo sinceramente a mis compañeros.

María, muchas gracias por compartir tu vivencia. Ojalá tus palabras inspiren a más de uno/a.

A vosotros.

Leer más sobre el voluntariado sanitario de María Moliner en Costa de Marfil. 

Artículo anteriorUn fármaco contra el cáncer, posible nueva terapia para la retinosis pigmentaria hereditaria
Artículo siguienteConsejos para la lactancia, desde la evidencia científica