- Higinio Marín analiza la transformación de la existencia en los dos últimos siglos, en un encuentro celebrado en el Palacio de Colomina CEU
Las transformaciones del mundo y sus consecuencias en la vida de los seres humanos han sido las protagonistas de la conferencia que el rector de la Universidad CEU Cardenal Herrera, Higinio Marín Pedreño, ha impartido a los estudiantes de las Aulas Universitarias de la Experiencia AUEX-CEU.
Bajo el título “El Mundo en que vivimos”, el rector ha expuesto una serie de cambios que han hecho que nuestra vida sea muy distinta a la de nuestros antepasados. A lo largo de dos horas el profesor titular de Antropología Filosófica ha acercado a los alumnos algunas de las conclusiones de su obra Mundus, una arqueología filosófica de la existencia.
El profesor comenzó con el mismo sentido de la palabra mundo. Según explicó, para los romanos mundus tenía otro sentido; se correspondía con un agujero situado en el centro de las ciudades “donde llevaban tierra de Roma o de otras colonias y alguna reliquia de alguna deidad como Júpiter”. En su opinión, los romanos tenían una idea del mundo como centro, como espacio, no estaban “tan anclados como nosotros a lo temporal”.
El rector afirmó que la época actual se caracteriza por “la aparición de la conciencia histórica”, al tener constancia que nuestro mundo ha cambiado. “El mundo se nos ha hecho nuestro porque sabemos que es distinto a los anteriores porque así lo percibimos”, remarcó.
Marín se preguntó en voz alta qué ha ocurrido para que el mundo hoy sea tan distinto a los anteriores. A continuación, contestó su propia pregunta con varios ejemplos, como el aumento de la esperanza de vida, el desarrollo de las ciudades y los avances de la medicina. En este sentido, aseguró que la certidumbre de una vida larga ha provocado “grandes cambios culturales y antropológicos”.
“Los hombres antes vivían de manera lineal, su límite estaba en el horizonte; convivían con la muerte”, sentenció. El profesor recordó que los griegos se definían como hombres mortales mientras hoy “la muerte está ausente, de ahí la crisis de las religiones de salvación”, agregó.
El profesor de Antropología Filosófica continuó con la percepción que hoy existe sobre la juventud: “La juventud tal y como la entendemos apareció a finales del XIX, con el sistema educativo universal; Juventud y estudiante es lo mismo”, señaló. Marín afirmó que en la antigüedad la juventud era un periodo muy limitado cuando hoy se ha extendido gracias al marketing, que “fusionó adolescencia y juventud” al encontrar un nuevo nicho de mercado.
La extensión de la juventud hasta edades incomprensibles en el mundo antiguo ha desembocado en la ausencia del pasado. “Ser joven es no tener pasado, solo futuro, consecuentemente hay que desprenderse del pasado. Y desprenderse del pasado es quedarse sin corazón porque corazón viene de cor, cordis, el recuerdo, lo que permanece en el corazón”, sentenció Marín, que añadió que hoy lo nuevo se antepone a la experiencia y el principio de autoridad.
El nacimiento del Estado y su desarrollo es otro de los fenómenos que más han transformados nuestras sociedades, según el profesor.
“El Estado ha superado el estado salvaje y el estado de necesidad gracias al Estado del bienestar”
Esta característica, en opinión de Marín, ha desvirtuado las necesidades con el deseo: “Hoy el deseo es fuente de necesidad, es autónomo de la necesidad”.
El rector de la Universidad CEU Cardenal Herrera concluyó en que el incremento desmedido del deseo ha desembocado en un crecimiento de las adicciones. La mutación del deseo en algo sin freno hace que pueda quedar paralizado, indiferente, con el riesgo de la depresión: “uno de los males de nuestro tiempo”.