- Los profesores de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera Pablo Catalá, Sandra Sevilla y Clara Marín participan en este proyecto, financiado por el Programa de Investigación e Innovación de la UE Horizonte 2020
- El proyecto NETPOULSAFE, en el que participan 14 entidades de 7 países europeos, tiene una duración de 3 años, en los que se espera aportar soluciones para la mejora de la bioseguridad de las explotaciones avícolas europeas
El pasado mes de octubre de 2020, comenzaba el desarrollo del proyecto europeo NETPOULSAFE, “Networking European poultry actors for enhancing the compliance of biosecurity measures for a sustainable production”. Se trata de una iniciativa que tiene por objetivo mejorar la bioseguridad de las granjas avícolas, a través de la compilación, validación y puesta en común de medidas de apoyo que ayuden a la aplicación efectiva de la bioseguridad.
Con la participación de siete grandes países productores avícolas (Francia, España, Italia, Hungría, Bélgica, Países Bajos y Polonia), en los próximos tres años se tratará de mejorar las prácticas de bioseguridad a través de la puesta en común de una serie de medidas de apoyo, que podrán ser aplicadas directamente por veterinarios, ganaderos y la administración.
Los profesores de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera, Pablo Catalá, Sandra Sevilla y Clara Marín participan en el grupo de trabajo centrado en la difusión de la iniciativa por toda Europa, coordinado por el Centro de Calidad Avícola y Alimentación Animal de la Comunidad Valenciana.
“También vamos a participar en este proyecto europeo generando material divulgativo como libros, banners, encuestas epidemiológicas, etc…, que faciliten al sector información sobre la implantación de medidas de bioseguridad en las granjas avícolas”
Un sector estratégico
El sector avícola es una de las principales producciones ganaderas de Europa. En 2018, se produjo alrededor de 15,2 millones de toneladas de carne de ave y más de 7,5 millones de toneladas de huevos, con una facturación de 21.200 millones de euros y 960 millones de euros, respectivamente. Sin embargo, al igual que en otras producciones ganaderas, las epidemias como los episodios de gripe aviar de 2015 y 2017, o las toxiinfecciones alimentarias producidas por Salmonella o Campylobacter tienen una implicación económica muy relevante en el sector avícola.
Por ello, las medidas de bioseguridad son una herramienta muy útil para prevenir la propagación de enfermedades y salvaguardar las explotaciones avícolas de manera competitiva y sostenible. Aunque las buenas prácticas de manejo y bioseguridad son ampliamente conocidas, su aplicación práctica no siempre es óptima. Así, con el proyecto NETPOULSAFE se pretende aportar el apoyo y los medios necesarios a todos los eslabones de la cadena de producción para que se apliquen eficazmente las prácticas de bioseguridad en todas las granjas avícolas europeas.
La Salud de los animales
Gracias a la bioseguridad se mejora el estatus sanitario de los animales, redundando en un mejor bienestar y seguridad alimentaria. Así, se limita la entrada de agentes patógenos causantes de enfermedades infecciosas en las explotaciones, en un contexto globalizado de constantes desafíos biológicos.
Con la participación en este ambicioso proyecto se pretende unificar la aplicación de medidas de bioseguridad en las explotaciones avícolas europeas, incluyendo las orientaciones productivas convencionales y alternativas de reproductoras, ponedoras, pollos, pavos, patos, en todas las fases productivas.