Una entrevista de Paula Bayo
Sorolla, uno de los grandes maestros de la pintura española, capturó como pocos la esencia y la cultura de Valencia. En la actualidad, la misma tierra que inspiró sus pinceles está cubierta de barro y ese imaginario tan característico se ve amenazado por la devastación. Santi y Majo, dos jóvenes artistas, han decidido colaborar en la recuperación de su ciudad uniendo el arte con la catástrofe ocurrida el pasado 29 de octubre en la comarca de L’Horta Sud, a través de la recreación de los cuadros de Sorolla en los pueblos afectados por la DANA.
Majo, Santi, ¿cómo se os ocurrió esta idea?
Majo: Santi y yo fuimos de voluntarios a ayudar a Paiporta, y tras los primeros días supimos que esto se iba a olvidar semanas después, y dijimos: “Tenemos que hacer algo para recuperar toda esa visibilidad, otra vez, y que se haga protagonista la DANA”. Entonces decidimos hacer un proyecto que aportase y que también mostrase lo que nosotros somos capaces de hacer.
Santi: Estuvimos con videollamadas para buscar ideas, y justamente la oficial salió fuera de esas llamadas. La idea surgió de un podcast donde estaban hablando sobre cómo traen los hologramas de artistas muertos para dar conciertos nuevos como Elvis, Michael Jackson… Entonces pensé en cómo podríamos traer las voces valencianas del pasado para que pudiera hablar y expresar como se sentirían ellas sobre lo que acaba de pasar.
En la iniciativa también participa el fotógrafo Carlos Gimart.
Santi: Sí, para el proyecto necesitábamos un fotógrafo y hemos contado con el trabajo de Carlos Gimart. Vi sus fotos, probamos suerte y aceptó.
¿Por qué decidisteis recrear los cuadros de Sorolla?
Majo: Realmente pensamos que Sorolla es una figura que representa muy bien a Valencia y de la que todos los valencianos nos sentimos orgullosos. Queríamos traer ese imaginario, tan característico y tan representativo de nuestra ciudad, y hacer como si los personajes de sus cuadros reaccionasen a esta situación, como si viesen ese imaginario que ahora está destrozado.
Santi: El hecho de que nuestra cultura ya no esté significa que esos personajes se han quedado de alguna forma huérfanos de su propio lugar. Es la situación que tienen los vecinos; cómo se sienten esas personas que se han criado en un contexto que era de una forma clara y que ya no lo es. Por ejemplo, una casa que ha sido heredada por tres generaciones y ya no está.
“Esos personajes se han quedado huérfanos de su propio lugar”
¿Cómo elegisteis los lugares para cada imagen?
Santi: Fuimos a Benetússer y a Paiporta buscando lugares que podían encajar en esa composición. En el primer pueblo teníamos elegidos unos cuantos, pero fue en el segundo donde empezamos a encontrar un montón de ubicaciones. Muchas de ellas son accidentales, ya teníamos un sitio claro, pero fuimos redefiniendo expectativas, vas inspirándote y mejorando, ya que al fin y al cabo los pueblos van cambiando.
Majo: Una historia muy curiosa sobre el cuadro de Los pescadores valencianos fue que entramos en Paiporta y nada más llegar vimos a las afueras del cementerio de coches que había un barco parado enfrente de unos edificios, y pensamos “vale, esto para la foto de Los pescadores valencianos, que hay un barco, sería brutal”. Llegamos al siguiente día con Santi y su amigo como modelos, y al entrar, el barco no estaba. Decimos: “Hay que buscar otra localización ya”, porque dependíamos mucho del sol. Pero fue girar un poco la cabeza y estaba ahí en el cementerio de coches, lo habían movido.

Y, ¿cómo conseguisteis el vestuario?
Santi: Parte del espíritu que queríamos del proyecto es que fuese ecológico. No nos podíamos permitir ir a comprar a una tienda de fast fashion y fuimos a mercadillos.
Vosotros participáis en alguno de ellos, ¿quiénes son las demás personas que aparecen?
Santi: Tenemos muchos amigos y familiares en los cuadros, pero también hay diferentes actores y algún modelo.
Imagino que cuando fuisteis a los pueblos afectados, ¿os encontraríais mucha gente que os contaría su experiencia?
Majo: Esto ocurrió cuando expusimos las fotos en el Ateneo Mercantil de Valencia. Allí la gente se acercó y nos abrió su corazón. Por ejemplo, estábamos en el primer día de la exposición y una chica se paró frente del cuadro de Redes de pesca donde aparece una casa, pero llena de muebles, utensilios llenos de barro… Se quedó al lado de mi padre y le dijo: “la dueña de esa casa era mi tía”.
El proyecto tiene la finalidad de ayudar a los afectados por la DANA: ¿Cómo podemos colaborar en él?
Santi: Este proyecto ha sido prácticamente benéfico en su totalidad. El porcentaje que se estaban llevando los pueblos afectados era un 85% y nosotros nos quedábamos el 15% para cubrir gastos. Sin embargo, estamos viendo el nivel del balance del proyecto ya que ahora se ha hecho más grande y al final son muchos gastos. De todas formas, se pueden comprar cuadros desde unos QRs que colocamos en las exposiciones, además de una nueva landing page que vamos a lanzar.
Y, ¿cómo llega esa ayuda a los afectados por la DANA?
Santi: Colaboramos con la Horta Sur, que es una asociación que trabaja únicamente en la Comunidad Valenciana. Entiende que el Estado y el Gobierno es quien se encarga de repartir ayudas, además de todo lo relacionado con los seguros, pero sí que quiere intentar acelerar el proceso y que todo sea como antes. Por lo tanto, está contribuyendo a la recuperación de espacios públicos, asociaciones de vecinos y deportivas, polideportivos, negocios… Está intentando que el tejido de la vida pública y de la gente se vuelva a recuperar.
Vuestra agencia se llama Ebun Concept y está creada por los dos.
Santi: Somos un grupo creativo y no sabemos si vamos a ser una agencia porque hemos tomado este año para aprender y traer cualidades de valor, totalmente diferenciales para marcas que lo necesiten. Tenemos mucha ambición y ganas por comernos el mundo.
Finalmente, ¿cuáles son vuestros planes de futuro en vuestro grupo creativo?
Majo: Ahora estamos con un nuevo proyecto sobre el amor moderno y el resto del año seguiremos creando proyectos.