Francisco Álvarez ha creado un nuevo juego de entretenimiento, un baloncesto de mesa, un entretenimiento “más técnico que el futbolín, que no requiere tanta fuerza, pero que necesita más precisión”, asegura el inventor. Según Álvarez, la idea le surgió viendo una partida de futbolín. “La ida fue rápida, pero el desarrollo fue más lento, porque quería hacer el juego imitando al baloncesto lo más posible”, afirma.
Según Álvarez, la gente que lo ha probado está encantada, sobre todo su sobrina Nuria, de 11 años, y en general todos “los niños y adolescentes, que se pasan la tarde jugando al baloncesto de mesa”.
La empresa Orange promocionó este nuevo juego durante la celebración de la Copa del Rey de Baloncesto en Málaga y ahora lo volverán a hacer en el campeonato nacional de 3×3 que se celebra en toda España. Para Álvarez, esta es una manera de “dar a conocer” el invento y también “de promocionar la empresa con un producto novedoso que atraiga a la gente para que se puedan divertir. De hecho, el inventor asegura que Orange lo llamó para decirle que en Málaga había gustado mucho.
http://youtu.be/Wghrg36KXa0
De cara al futuro, Álvarez cree que si una empresa de recreativos o juguetes se interesa por su invento, es posible que pueda encontrarse el baloncesto de mesa en algún bar o salón recreativo. De hecho, el inventor afirma que si un club de baloncesto está interesado en probarlo, puede contactar con él para “probarlo de forma totalmente gratuita”.
Detalles técnicos
El campo del baloncesto de mesa es rectangular, muy similar al de un fútbol, con cinco jugadores por equipo, salvo por una gran diferencia: en vez de dos porterías, hay dos canastas, que consisten en un tablero y un agujero en el suelo a modo de aro. Cada jugador es similar a los de un futbolín, con la salvedad de que en la parte de atrás de la cabeza tienen dibujada una mano abierta con la que se puede golpear la pelota –a modo de pase, tiro o tapón, indica el inventor– y que no tienen pies, sino brazos que salen desde los hombros y terminan en manos a ras del suelo. Así, la bola puede ser golpeada de dos formas distintas: con la mano que hay tras la cabeza, pero también con las manos que forman lo que en el futbolín serían los pies de los muñecos.