“Encuentras la vida al perderla por los demás”

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Aquilino Cayuela, profesor de Ética del CEU-UCH

Lucía Martínez / 1º Periodismo

En 1988 los iniciadores del Camino Neocatecumenal, inspirados por las palabras del Papa Juan Pablo II, vieron necesario enviar “familias en misión” para mostrar al mundo cómo se puede vivir cristianamente en familia. Ahora, Aquilino Cayuela, profesor de la Universidad CEU Cardenal Herrera, ha decidido, junto a su familia, irse lejos como “agradecimiento al amor del Señor”.

Aquilino y su familia en una imagen reciente. / A. C.
Aquilino y su familia en una imagen reciente. / A. C.

Pregunta. ¿Qué son las “familias en misión”?
Respuesta. Son familias que dejan toda su vida en un sitio y se van a otra parte del mundo, a zonas generalmente descristianizadas.
P. ¿Por qué lo dejáis todo y os marcháis lejos de vuestra casa?
R. Por agradecimiento al amor del Señor y porque tras cuidar de nuestros padres enfermos hemos visto que encuentras la vida al perderla por los demás.
P. ¿Dónde os vais?
R. Vamos a Berlín, la ciudad que actualmente tiene el nivel de ateísmo más grande del mundo. Vamos a anunciar el Evangelio. Estaremos adscritos a una parroquia y formaremos nuevas comunidades para anunciar a Jesucristo. Yo voy a ser profesor en el Seminario de Berlín.
P. ¿El idioma es un problema?
R. Es un tema que nos asusta porque el alemán es un idioma difícil y porque al principio va a suponer un aislamiento.
P. ¿Cómo han acogido vuestros hijos este cambio?
R. Mi hijo mayor tiene 16 años, con lo cual, podría habernos puesto resistencia a irse, pero todos han decidido ir. Además, en las familias en misión, evangelizan más los hijos que los padres, son los hijos los que van creando Iglesia, los que se echan novia allí, amigos…
P. El hecho de que os vayáis, dejándolo todo, aquí habrá suscitado muchos comentarios ¿Es aquí donde empieza vuestra evangelización?
R. A muchas personas les ha sorprendido que dejemos nuestra buena vida y nos vayamos a otro país. El mundo considera que somos muy valientes, que es muy admirable lo que vamos a hacer, pero sabemos que no es así; solo con nuestras fuerzas humanas no podríamos hacerlo.
P. La llamada del Señor es una experiencia muy grande, ¿qué diría a las personas que la han sentido pero que no son capaces de dar un “sí” ?
R. Que se dejen llevar por el Señor. Da miedo pasar de tener una vida estable, un sueldo, a en principio no contar con esa seguridad, estar en una situación de precariedad y depender de la providencia, pero si el Señor te llama verdaderamente a lo profundo del corazón…
P. Sigue habiendo millones de personas que no conocen el amor de Dios, la Buena Noticia, ¿cómo se podría llegar a todo el mundo?
R. Las familias en misión son un elemento sustancial en la nueva evangelización según la definió Juan Pablo II. Es hacer que la familia crezca en el lugar donde vaya y cambie la realidad poco a poco, sin violentarla, desde la cotidianeidad. Es un proceso lento, pero hay que hacer las cosas así, desde la aportación pequeña de cada familia.
P. En el encuentro vocacional del Camino tras la JMJ se pidieron 20.000 sacerdotes para evangelizar en China ¿Es una locura?
R. Es una locura, pero una locura de Dios, llevada a cabo por Él y por el Espíritu Santo y es la única manera de renovar la Iglesia. Somos los que vamos a empezar este proceso y a lo mejor no vemos con nuestros ojos los frutos, pero sí nuestros hijos y nietos. Es un momento importante dentro de la Iglesia.

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