El catedrático de Derecho Romano cierra la edición del Dies Academicus, Pensar la Universidad del curso 23/24 con la ponencia “La Universidad, entre ciencias y letras”
El catedrático de Derecho Romano de la Universidad CEU San Pablo, Juan Manuel Blanch, cerró el ciclo de conferencias Dies Academicus, pensar la Universidad hoy del curso 2023/24 con una reflexión sobre el sentido de la comunidad universitaria y el diálogo entre las ciencias y las letras.
En su opinión, el mundo universitario sufre una “degradación de las letras” por haber roto con una tradición clásica que concebía las ciencias y las letras como una totalidad. “La Paideía griega y la Humanitas romana conformaron las artes liberales y los studium generales de la Edad Media, a las que pusieron fin el Renacimiento, el Protestantismo y la Ilustración, cuando se marginó la Teología y se disoció la Gracia de la Libertad”, sentenció.
Fruto de esta ruptura de la tradición se consolidó la separación entre las ciencias y las letras, “como si fueran campos distintos, como si no pudieran dialogar, como si las ciencias no fueran también humanísticas”. Blanch añadió que esta división de los saberes en “compartimentos estancos” es una de las causas del deterioro de las comunidades universitarias al poner fin al diálogo y la idea de trascendencia.
El también director del departamento de Disciplinas Jurídicas Básicas y Derecho Privado explicó a los presentes que la Universidad sufre tres males: intelectualismo, individualismo y “un utilitarismo rampante”. Asimismo, aseguró que hoy se vive bajo un sueño donde la técnica “ha rebasado su margen de utilidad y se ha adueñado de todo hasta el punto que creemos que puede arreglar cualquier problema”. “Vivimos bajo el peligro de que el ser humano sea visto como un mero objeto”, añadió.
A juicio del catedrático, estos problemas han generalizado en los profesores universitarios una dinámica de “soledad, desconfianza, autoexplotación y Burnout que destruyen el alma”. Bajo esta situación no es posible construir comunidad o educar. “La amistad –aseveró- es muy importante en la Universidad. Sin amistad ni confianza es imposible construir o educar porque solo se educa llegando al corazón del alma”.
“En las universidades no educamos meros profesionales, formamos mucho más, en la totalidad, en el diálogo con el otro, en virtudes”, sentenció. Para ello considera clave que los responsables académicos “reconstruyan los lazos de la comunidad universitaria” para que el profesorado recupere el sentido de su misión y supere los muros entre las ciencias y las letras.