Luis V. Pascual es enfermero del Hospital Arnau de Vilanova (Valencia). Allí ha vivido esta pandemia en primera línea. “Del hospital a casa y de casa al hospital”, día tras día conviviendo con el miedo a lo desconocido y aprendiendo a hablar con los ojos “la única parte del rostro visible con los equipos de protección individual”.
Una carrera de fondo, un maratón para salvar vidas que ha revelado la labor de miles de enfermeros en nuestro país. Sanitarios en primera línea que, junto a la gratitud de España entera, recogerán el Premio Princesa de Asturias 2020 “por su sacrificio personal sobresaliente a favor del conjunto de la sociedad”.
- Han sido tres meses, estado de alarma, confinamiento y unas noticias muy duras ¿cómo has vivido todo este periodo en primera línea?
Han sido unos meses lúgubres y ásperos en los que constantemente iban llegando noticias sin filtro de todas las partes del globo. La incertidumbre estaba a la orden del día haciendo más mella en el ánimo del equipo y de la sociedad. Todo el mundo confinado en casa, aislados de familiares y amigos, FaceTime se convirtió en mi mejor amigo y el mejor amigo de mis amigos. Del hospital a casa y de casa al hospital. Valencia desolada.
- ¿Cómo ha evolucionado la situación para el personal sanitario?
La situación en el hospital Arnau al comienzo de la epidemia fue dispar, distópica y llena de incógnitas. Los protocolos COVID-19 iban cambiando y nuestra plantilla se vio reforzada en más de una ocasión.
«El miedo a lo desconocido se vislumbraba en nuestros ojos ya que aprendimos a hablar con ellos, era la única parte del rostro visible con los equipos de protección individual»
Con el paso de las semanas empezamos a ver oasis dispersos en el desierto del COVID-19 con una progresiva disminución del número de pacientes positivos y una mejor prevalencia a la enfermedad que al principio de la pandemia.
- ¿En qué punto nos encontramos?
Ahora mismo nos encontramos en un escenario de contención al no tener transmisión comunitaria descontrolada y no poseer una entrada masiva de casos. Eso nos da una voluble ventaja ante el virus, pero no por ello debemos de bajar la guardia y creernos inmunes ante él.
- Esta pandemia, ¿ha mostrado a la sociedad el valor real de la Enfermería?
Me resulta hiriente que hayamos tenido que vivir una pandemia para que nuestra profesión salga de la caverna públicamente. Hemos estado y estamos presentes 24/7 365 en el cuidado del paciente siempre, somos el colectivo más holístico y dinámico de la sanidad actual y no hemos generado nunca antes un sentimiento plausible ante la sociedad.
«El valor real ha sido perfectamente visible y palpable por todos los ciudadanos ya sea por redes sociales o por los medios de comunicación convencionales»
Y por mucha visibilidad que se le haya proporcionado a nuestra amada profesión estoy seguro de que la gran mayoría de la sociedad no lo sabe aún realmente.
- Ya en plena desescalada, vamos a convivir con mascarillas, gel hidroalcohólico…. ¿qué es lo más importante para mantener la salud?
Las mascarillas han pasado a ser un accesorio más a tener en cuenta a la hora de salir a la calle, han venido para quedarse ya que es la mejor medida de prevención y contención del virus. Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón durante al menos 20 segundos, evitando el contacto cercano con personas que estén enfermas. Quedarse en casa si uno tiene síntomas tales como fiebre, tos, dolores musculares generalizados, dolor de garganta o dificultad respiratoria. Tratando de seguir una buena alimentación en la que predominen los alimentos reales y se eviten en la manera de lo posible los ultraprocesados. Evitando las grandes aglomeraciones de gente en la que no se pueda respetar la distancia social de seguridad de al menos metro y medio.
«De todas estas recomendaciones, me quedo con la más importante: el sentido común»
- Luis, ¿por qué estudiaste Enfermería?
Porque considero que es la mejor carrera, en la que parte humanitaria, protectora y cuidadora se dan la mano. Supongo que mi devoción y dedicación por esto se la debo a mi tío paterno, enfermero también. Con tan solo 10 años me regaló un disquete con una amplia variedad de suturas quirúrgicas, las cuales intentaba simular con piel de cerdo y material que me proporcionaba él. Al ver que mi inquietud crecía y crecía no dudó en compartir conmigo numerosos manuales, tales como el atlas de anatomía humana Netter, que devoré con ahínco. Desde siempre ha sido mi academic dealer.
- Una situación como la que vivimos, ¿pone a prueba la vocación?
Creo que si de algo estoy seguro es que por mucha precariedad salarial, mucha falta de equipos de protección individual, mucho miedo generalizado, muchos turnos que vale la pena olvidar, muchas preguntas sin contestar a día de hoy al cien por cien; la vocación es lo último que pierde y más en una profesión como la nuestra.
- Estudiaste el Máster CEU en Cuidados de Enfermería, ¿es importante la especialización?
La especialización es importante bajo mi humilde punto de vista en todos los escenarios posibles. En España desgraciadamente cuando te llaman de la Bolsa de Trabajo no sabes dónde ni cuánto vas a estar, pero has de estar. Eso engloba todos los servicios posibles, sean especializados o no. Reino Unido me apadrinó durante dos años y allí la especialización es un básico a tener en cuenta en nuestro día a día. No concibo firmar un contrato allí en UCI o en Quirófano sin haber estado un mes como mínimo con tu mentor o haciendo los cursos necesarios para desenvolverte adecuadamente en la unidad. La triste realidad española es que enfermeras sin el debido conocimiento salen al ruedo dando su doscientos por cien y nadie ha nacido enseñado. La virtud está en el término medio.
- Antes de despedirnos, ¿nos dejas un mensaje?
Han sido unas semanas muy difíciles y que nos han puesto a prueba de diversas maneras, nos han hecho enfrentarnos a situaciones que seguramente no nos hubiéramos planteado cuando empezamos a estudiar esta carrera. Nos ha hecho crecer de una manera acérrima en distintos aspectos, ya no solo profesionales sino también personales. Ahora parece que todo está fluyendo y mejorando, pero muy poco a poco, por lo que creo que el mejor mensaje ahora mismo es la prudencia y el sentido común para no volver a caer en los contagios masivos.
«Sería espléndido el haber aprendido de todo esto y no repetir los errores del pasado por nuestro bien como sanitarios y por la salud de las personas que es lo más importante. Sed felices y disfrutad!»
Muchas gracias Luis y enhorabuena por el trabajo y el compromiso!!