- La conferencia se enmarca en las actividades programadas por la Universidad para conmemorar el 35 aniversario de Derecho
- Han asistido numerosas autoridades del ámbito jurídico, como el nuevo conseller de Justicia y la presidenta del TSJCV
“Es necesario un debate abierto en el que participen todos los operadores jurídicos, además de economistas, para hacer pedagogía social y para exigir que de una vez se dote a la Justicia de los medios necesarios, se le proporcione el papel que le corresponde en el Estado de Derecho, se le dote de más inversión y más jueces y, después, de reformas procesales y organizativas”. Así se ha expresado esta tarde el juez decano de Valencia, Pedro Viguer, en la conferencia “Justicia y crisis económica” que ha pronunciado en el Palacio de Colomina CEU con motivo del 35 aniversario de Derecho de la Universidad CEU Cardenal Herrera y a la que han asistido numerosas autoridades del ámbito jurídico, como el nuevo conseller de Justicia, Luis Santamaría, y la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, Pilar de la Oliva.
El ponente ha puesto en valor el papel dinamizador de la Justicia en la economía y en la protección de los derechos de los ciudadanos y ha criticado que, a pesar de ello “no se invierte en modernizar la Justicia y nadie quiere apostar por construir el puente hacia la Justicia del siglo XXI”.
Y es que, según Pedro Viguer, más allá de la importancia de la eficacia del sistema judicial para favorecer la competitividad de España, “en los últimos 12 meses los movimientos en las cuentas de consignaciones judiciales en toda España han ascendido a más de 13.500 millones de euros mientras que el saldo de las cuentas judiciales ronda los 3.400 millones de euros; y en la Comunidad Valenciana los datos son igualmente sorprendentes: 1.130 millones de euros en ingresos y pagos, y un saldo de 330 millones”. “Unas sumas que se refieren a una mínima parte de los procesos que se tramitan en nuestro país y que se hallan en dique seco mientras penden de la decisión del juez, frecuentemente durante años si tenemos en cuenta las diversas instancias. Por tanto, este dinero no fluye, no se reinvierte y no genera riqueza mientras esta ‘judicializado’”, ha destacado.
Una situación que contrasta con el papel que debería jugar la Justicia: “un instrumento para clarificar y resolver situaciones jurídicas dudosas o controvertidas y contribuir al flujo económico sin paralizar las transacciones más que el tiempo estrictamente necesario”, ha afirmado el ponente.
Pero los medios, en opinión del juez, no lo permiten: “Son tiempos difíciles para la Justicia. Prácticamente se han congelado las oposiciones a juez, se ha limitado extraordinariamente el llamamiento de 1200 jueces interinos, lo que ha sobrecargado todavía más a los jueces y magistrados titulares, y se ha reducido el presupuesto. La deseada reforma y modernización de la Justicia no llegará a corto ni a medio plazo”, ha añadido.
El ponente ha aportado más cifras a su razonamiento: 5.000 jueces para resolver los litigios de 46 millones de ciudadanos; una de las ratio de jueces por habitante más bajas de Europa (10,9 por cada 100.000 frente a los 21,3 de Europa); una alta tasa de litigiosidad (1 por cada 5 habitantes); o un escaso presupuesto (el 1.15% de los Presupuestos Generales del Estado).
En su opinión, la Justicia debería estar llamada a encabezar el discurso público frente a la crisis. “Y es que el panorama generado por ella es una buena ocasión para reflexionar sobre el modelo de Justicia que tenemos en España y buscar su reorientación con nuevas estructuras y nuevos fines. Porque la Justicia existe y sólo se entiende por y para el ciudadano”, ha afirmado.
En esta línea, el ponente ha valorado que ya forme parte del debate público la necesidad de reforma e inversión en la Administración de Justicia en España, “un tema prácticamente desconocido hace unos años”.
“Algo está realmente cambiando en el panorama judicial, y muy deprisa, en un contexto de crisis muy complicado pero que ha generado un proceso y una dinámica realmente interesantes, y ello debe llevarnos a ser moderadamente optimistas: se pueden cambiar a mejor ciertas cosas en nuestro vetusto y rígido sistema jurídico”, ha asegurado el juez decano.
