• El premio Jaime I de 2004 plantea en su nueva obra un “viaje al centro de la vida”

El catedrático de bioquímica de la Universidad de Oviedo y uno de los científicos más citados del mundo, Carlos López-Otín, presentó en el Palacio de Colomina CEU de Valencia su última obra, La levedad de las libélulas (Paidós), donde analiza las claves de la salud como el mejor sistema que tenemos para prevenir las enfermedades.

Tras participar en un encuentro con investigadores y estudiantes de la Universidad CEU cardenal Herrera, el premio Jaime I de 2004 explicó: “Después de toda mi vida estudiando el origen de las enfermedades he querido con este libro indagar sobre las claves de la salud, lo mejor que tenemos”.

El científico, que fue presentado por la profesora de Medicina del CEU Elena Bendala, expuso que su nuevo trabajo nació de ver el vuelo de una libélula en un parque de París. “Cuando me sorprendió su vuelo comprendí la fragilidad de la vida y la importancia del equilibrio y la perseverancia para mantener la salud”, señaló.

En ese sentido sostuvo que avanzar en salud es “avanzar en conocimiento de la vida y comprender su armonía”. Para ello el esfuerzo que ha hecho en esta obra ha estado dirigido en “hacer comprensible la salud comprensible para los lectores”.

El catedrático López-Otín reveló que su obra es un viaje donde varios guías llevan de la mano al lector por el camino de la salud. El autor parte de Leonardo Da Vinci para analizar las aportaciones de la Escuela de Atenas, Hipócrates, Claude Bernard, el congreso Solvay de 1927, etc. Se detuvo especialmente en las contribuciones de  los premios Nobel James Watson y Francis Crick, que demostraron que “la vida viene de la vida porque es herencia y que la vida es información”. “Somos un verso interminable”, recalcó.

Asimismo, durante la presentación mostró iconos del arte y de la literatura, apoyos en su opinión fundamentales, para entender tanto la fragilidad como el valor de la vida. Entre ellos, destacó a Borges, Diego Rivera, Julio Cortázar y Gabriel García Márquez. Sobre estos últimos indicó que el realismo mágico es una gran representación “de la espiral de complejidades que representa la vida”.

“La vida es el ejemplo de realismo mágico más profundo, porque lo asombroso es sobrevivir”

López-Otín resaltó entre las conclusiones más importantes de la vida la importancia de que la salud gire en torno a los enfermos: “La salud es también fruto de la equidad”. Según el catedrático, el tiempo es igual para todos y también las semillas de enfermedad que traen sus imperfecciones.

El científico terminó defendiendo los componentes sociales, tan importantes a su juicio como la ciencia.

“Escuchar, acompañar y enseñar es regalar salud”

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