- Alumnos de Magisterio CEU crean y diseñan relatos para mejorar la inclusión educativa de los niños y niñas con necesidades específicas

¿Cómo se puede mejorar la inclusión educativa de los alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo y al mismo tiempo desarrollar el interés por la literatura Infantil? ¿De qué manera se logra fomentar el desarrollo de valores de cooperación, ayuda, apoyo entre iguales y mejorar las capacidades de memoria verbal y no verbal en alumnos de Educación Infantil? ¿Cómo conseguir que estos futuros profesionales de la enseñanza desarrollen habilidades TIC y conozcan el manejo de los códigos QR y su utilidad para la enseñanza como herramienta de inclusión educativa?

Estas fueron las cuestiones que les surgieron a las profesoras de Magisterio del CEU de Elche, Nuria Andreu y Gloria García Blay cuando se lanzaron a desarrollar el proyecto de fomentar y mejorar la inclusión educativa de los niños y niñas con necesidades específicas por medio de la elaboración de cuentos inclusivos. El resultado, una serie de relatos con material adaptado a las aulas de 2º ciclo de Educación Infantil (alumnado de 3 a 6 años), teniendo en cuenta las necesidades específicas de atención educativa para alumnos con diversidad funcional de tipo sensorial (dibujos con texturas, Braille y audiocuento con códigos QR) y alumnado con TEA (pictogramas). En paralelo, además, utilizando el estudio vídeos educativos de la Universidad CEU Cardenal Herrera, Videolab, se han grabado los cuentos para que dicho material pueda ser utilizado dentro de las aulas también como material audiovisual.
Pero el desarrollo del proyecto fue laborioso. Lo primero que hicieron fue constituir grupos de alumnos en segundo de Educación Infantil, que tuvieran como meta crear un cuento cuyo argumento estuviera relacionado con la educación inclusiva y que alguno de los personajes presentara algún trastorno del desarrollo, teniendo en cuenta además las directrices de los distintos géneros narrativos.
A partir de aquí, los siguientes pasos pasaban por explicar, en las asignaturas Didáctica de la Lengua II y Trastornos del Desarrollo y Altas Capacidades II, los géneros literarios y sobre las Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE). Con este trabajo previo, los estudiantes identificaron los géneros y subgéneros más idóneos para desarrollar en sus textos, que debían caracterizarse por la brevedad y sencillez argumental. A medida que los estudiantes se adentraban en sus respectivos trabajos, percibieron la importancia de que los relatos tuvieran un contenido emocional, en la línea de lo que plantean diferentes estudios: cuando los aprendizajes van unidos a emociones, como motivación e interés por la tarea, el desarrollo de dicho proceso de asimilación de los conocimientos es más rápido.

Con estas premisas, cada grupo de alumnos trabajó con la técnica del puzle de Aronson, repartiéndose diferentes roles para la tarea común de cada una de las asignaturas. De este modo, los alumnos analizaron la estructura, el lenguaje narrativo, la descripción de espacios y personajes y la temática con el objetivo de realizar una comparativa entre cada uno de ellos y poder establecer las diferencias (semánticas, estructurales) que permiten adscribir cada narración a un subgénero determinado como pueden ser el mito, la leyenda, la fábula o el cuento clásico, entre otros.
Paralelamente, se iban poniendo en común los contenidos sobre las NEAE en la asignatura de Trastornos del Desarrollo y Altas Capacidades II para la aproximación teórica y la profundización en los síntomas utilizamos como referente el DSM-5, formando al alumnado en el lenguaje Braille y en el uso de pictogramas como Sistema Alternativo de Comunicación para alumnado con trastorno de Espectro Autista (TEA).

Cuento: Blanco y el mundo de los colores
Érase una vez y mentira no es, que, en un lugar muy lejano, existía El Mundo de los Colores. Sus habitantes vivían en diferentes casas, unas de corcho, otras de papel de aluminio… Todos los días se levantaban para ir a trabajar, durante la mañana se encargaban de hacer y pintar nuevos dibujos.
En este mundo vivían el Rosa, el Azul y el Amarillo, que tenían una de las tareas más importantes: crear nuevos colores. Si el Rosa y el Azul se dan un abrazo crean el Morado, el Azul y el Amarillo forman el Verde y el Amarillo y el Rosa hacen el Naranja. Estos colores convertían una triste hoja vacía en asombrosas creaciones.
Apartado y olvidado por todos vivía el color Blanco. Con el paso del tiempo los demás colores se dieron cuenta de que era diferente porque no podía pintar como los demás.
Un día, Blanco quiso ir a pintar con sus compañeros, así que fue con ellos para crear un nuevo dibujo. Rosa, Azul y Amarillo se quedaron extrañados al verlo allí, pero no dijeron nada. Mientras estos tres colores trabajaban juntos, Blanco intentó ayudarlos. Al querer pintar en la hoja blanca, borró sin querer una parte del dibujo que estaban haciendo.
En este momento Blanco se dio cuenta de por qué nunca le dejaban pintar.
Se puso muy triste al ver que nunca podría dibujar como ellos.
De camino a su casa de papel se encontró a Negro, el sabio de El Mundo de los Colores, que le escuchó llorar y se acercó a él. Blanco le explicó lo que había ocurrido. Negro le contó que cuando era pequeño se sentía igual que él, porque en vez de pintar, tapaba los dibujos de sus compañeros, pero se dio cuenta de que podía ayudar de otra manera, creando colores más oscuros, al juntarse con los demás.
Al día siguiente a Negro se le ocurrió una idea, así que llamó a los demás colores para poder ayudar a Blanco.
Cuando llegó la hora de trabajar, los cuatro comenzaron a pintar toda la
hoja blanca con sus colores, como había dicho Negro. Al terminar llamaron a Blanco y le enseñaron lo que habían hecho. Blanco intentó pintar de nuevo y se dio cuenta de que ahora si que podía pintar como los demás.
Felices por poder ahora pintar todos juntos, Blanco abrazó a Negro para
darle las gracias y, al juntarse, vieron que habían creado un color más claro, el Gris. Blanco siguió abrazando a los demás, descubriendo que podía crear nuevos colores. Todos juntos hicieron el dibujo más bonito que habían hecho hasta ahora.
Aquí se acabó el cuento, como me lo contaron te lo cuento.