En su conferencia, titulada “Jugando a la Rayuela de Cortázar”, analizó la obra del novelista argentino

Miguel Herráez, Andrés Amorós y Santiago Celestino Pérez, durante la conferencia celebrada en el Palacio de Colomina.

El catedrático de Literatura Española de la Universidad Complutense de Madrid Andrés Amorós ha participado en el ciclo de conferencias sobre el boom literario latinoamericano, organizado por los profesores Miguel Herráez y Santiago Celestino Pérez, del Departamento de Humanidades de la CEU-UCH. En la conferencia titulada “Jugando a la Rayuela de Cortázar”, Andrés Amorós ha señalado que en la obra de Cortázar considera esencial “la búsqueda permanente a través del humor”. En este sentido, Amorós narró una anécdota del autor, que en una ocasión le escribió diciéndole: “Cuando usted dice que mi libro le ha hecho reírse a carcajadas me da una de esas alegrías que muy pocas veces dan los críticos o los lectores”.
Amorós, autor de la edición crítica de “Rayuela”, expuso en el Palacio de Colomina los rasgos esenciales de Cortázar aplicados a esta novela. Destacó que la obra de Cortázar, publicada en 1963, “utiliza muchas técnicas de juego, tanto con el lenguaje, que lo hace musical, como con la estructura del relato, con el objetivo de conseguir una actitud activa del lector, y todo ello sobre un fondo de ironía”. Cortázar utiliza además “la autocrítica continua y los capítulos prescindibles en los que incorpora noticias disparatadas de periódicos”.

Autores del Boom y críticos españoles
Amorós habló del fenómeno literario del Boom latinoamericano, del que Julio Cortázar es un claro exponente. A su juicio, el año 1960 es la fecha en la que se origina “un movimiento literario que apasiona e influye en el mundo occidental, especialmente en España” y al que pertenecen autores como García Márquez, Vargas Llosa, Borges, Fuentes, Oneti, Rulfo, Carpentier o el Premio Nobel Miguel Ángel Asturias.
El conferenciante afirmó también que en España la novela latinoamericana era “escasísimamente conocida hasta entonces y se pensaba que era costumbrista, tradicional y basada en elementos autóctonos”. Se produjo entonces “una pequeña reacción en contra de los críticos españoles que la defendieron”, por considerar que estaban “a favor de Fidel Castro y eran poco puristas lingüísticamente hablando”. Dentro de esta corriente contraria al movimiento estaban el editor José Manuel Lara, Alfonso Grosso, José Maria Gironella, Juan Benet o Joan Fuster.

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