Vicent Montagud: «Nuestro objetivo es remover conciencias»

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Redacción: Raquel Sanchez / Imágenes: Jaume Gascó y Montagud

El periodista valenciano Vicent Montagud ha presentado en Docs València dos documentales donde se acerca a la crudeza de la guerra en los territorios de Afganistán e Irak. El nuevo coordinador del Área Internacional de À Punt ha conversado con nosotros sobre su nueva faceta profesional y su etapa como reportero de guerra.

Me gustaría comenzar preguntándole por su responsabilidad en À Punt como Coordinador del Área de Internacional.

Mi función consiste en coordinar los contenidos que se emiten en las diferentes plataformas, tanto en televisión como radio y en las redes sociales. Seleccionar toda la información que nos llega a través de las agencias, elegir los mejores contenidos, jerarquizarlos de manera que tenga sentido nuestra línea editorial. Esta línea editorial es la de dar prioridad a lo importante sobre lo espectacular a aquellas cosas que más nos afectan como ciudadanos de este país. Priman aquellos asuntos que nos afectan más directamente ya sea económica, histórica o culturalmente.

Tras su paso por la 3ª edición de Docs Valencia, ¿cuáles han sido sus sensaciones en este festival?

Los documentales se habían visto en América Latina y Oriente Medio a través de una serie de cadenas que están distribuyendo estos documentales pero no se había visto en Valencia y, por eso, me hizo especial ilusión poder proyectarlo en casa, de forma que se viera el trabajo que hemos hecho.

El periodista ha presentado en Docs Valencia dos reportajes sobre la posguerra de Afganistán e Irak

Presentó, ‘Después de la guerra’, participando en dos capítulos: Afganistán e Irak. ¿Cómo fue la grabación en estos dos escenarios?

‘Después de la guerra’ es una serie de ocho capítulos que se centran en las consecuencias de las intervenciones norteamericanas, militares o no convencionales. Y lo que hemos hecho es que reporteros que ya habíamos cubierto estos conflictos con anterioridad, regresáramos a estos países para ver qué es lo que ocurre cuando las guerras dejan de ser noticia. Yo hice Irak y Afganistán porque queríamos que los reporteros que regresábamos a estos lugares hubiéramos participado en la cobertura de estos conflictos con anterioridad. Cubrí la invasión de los Estados Unidos de ambos países, y tenía especial interés en volver a estos lugares para ver qué es lo que ocurre en la actualidad. En cuanto a la grabación ésta fue muy complicada. Afganistán es ahora más peligroso que durante la guerra porque ahora hay mucha gente armada, sin trabajo y sin dinero. Esto hace que sean muy habituales los secuestros de gente que tiene dinero y ellos saben que nosotros, los periodistas, llevamos mucho dinero en metálico para poder resolver cualquier tipo de situaciones. Por ello, debemos adoptar un perfil muy bajo, no hablar en público para que no sepan que eres extranjero, grabar poco y rápido en la calle y moverte con paso ligero.

El momento más duro de mi carrera fue la muerte de mi compañero José Couso

¿Por qué el enfoque de ambos capítulos es diferente?

En Afganistán optamos por un personaje que ya utilicé en un reportaje de media hora hace unos años y he seguido manteniendo el contacto con él durante este tiempo. Un hombre que no recuerda cuánta gente ha matado y cuántas veces lo han intentado matar a él y, en cambio, no ha perdido del todo el corazón, sigue queriendo mucho a sus hijos, a su gente. En el caso de Irak, conocí a los protagonistas en mi regreso al país durante 2017 para cubrir la ofensiva sobre Mosul contra el Estado Islámico. Me encontré con estos dos chicos que hacen trash metal y me pareció una historia digna de contar: es una historia de resistencia. La banda está formada por distintas nacionalidades reflejando cómo era Irak antes de la guerra: un crisol de etnias, religiones, culturas hasta que el conflicto acabó por desintegrarlo.

En estos reportajes hablan los hechos, los protagonistas y desaparece la figura del periodista como protagonista…

Los protagonistas en estos documentales deben ser, por encima de todo, las personas a las que entrevistamos. Es lo que queremos contar y así hemos decidido contarlo. Actualmente, se ha convertido en todo un género esto del ‘reporterito estrella’ que va por ahí diciendo si tiene o no miedo, opinando de lo que ve o de la fracción de realidad que vive. Pero nosotros utilizamos la figura del reportero únicamente como hilo conductor para trenzar historias que están deslavazadas para que así con su presencia nos ayude a seguir un camino a través del reportaje.

En el documental de Afganistán afirmó que el dinero destinado a ayudas humanitarias y sociales nunca llegaba a su receptor final. ¿Dónde ha ido a parar todo ese dinero?

Esa es una gran pregunta. El problema reside en que se ha invertido principalmente en la industria armamentística. Y claro, a través de las armas no se ha llegado a una solución para el país. Afganistán no tiene una solución armada, lleva décadas en guerra, y si hay alguna posibilidad de solucionar el conflicto es a través de una negociación de los distintos actores implicados en él. Gran parte del dinero que se ha invertido se ha ido por el sumidero de la corrupción: se lo han quedado los dirigentes del país, llegando muy poco dinero a la ciudadanía. Si todo el dinero que se ha invertido en Afganistán en la industria armamentística y en reforzar un gobierno corrupto, se hubiera destinado a la sociedad, el país estaría pacificado desde hace años.

Duele ver cómo la gente lleva muchos años sufriendo. Es duro ver las heridas que siguen abiertas por la guerra

En países de posguerra: ¿Qué ocurre cuando las cámaras se apagan y se van?

Que la gente continúa sufriendo, y todo se complica porque queda mucha gente traumatizada por la pérdida de seres queridos y mucha gente empobrecida. Los problemas se incrementan ante la falta de estructuras estatales y la acumulación de odio en una parte de la población, lo que se traduce en un proceso de radicalización que acaba generando un mercado de extremistas.

¿Y cómo fue tu experiencia personal en estos contextos de posguerra?

Duele ver cómo la gente lleva muchos años sufriendo. Es duro ver las heridas que siguen abiertas por la guerra. Me duele ver a estos chicos que hacen música y que son como nosotros: con sueños, esperanzas, con tener un trabajo, llevar una vida tranquila, tener una familia… El problema es que han tenido la mala suerte de vivir en un país rico en petróleo. ¡Qué aparente contradicción! Muchas veces, he imaginado que cualquiera de nosotros podríamos haber acabado en esa situación. Por eso nuestro objetivo es mostrar una realidad dolorosa para intentar remover conciencias.

Y en tiempos de guerra, imagino que guardará buenos y malos momentos…

El momento más duro de toda mi carrera fue la muerte de mi compañero José Couso en el hotel Palestina de Bagdad. Apenas unas horas antes había fallecido otro periodista, Julio Anguita Parrado. Couso había estado con él la noche anterior y, de repente, un trallazo seco en mitad del silencio acabó con su vida mientras estaba en un hotel que, debería de ser un lugar protegido, seguro para los periodistas, requisito indispensable por parte de la legislación internacional. Fue realmente duro porque habíamos compartido grandes momentos profesionales y personales.

En un futuro es posible que imparta un curso de periodismo internacional en la CEU-UCH. ¿Un nuevo reto?

Sí. Es un proyecto que está fraguándose. Ya tuve la oportunidad de participar en una iniciativa similar y fue fantástico poder volver a mi universidad a la que quiero tanto. El lugar donde aprendí y tuve enormes profesores de los que guardo un excelente recuerdo, entre ellos el profesor Jesús Bilbao, don Vicente Navarro de Luján, que actualmente es el rector de la universidad. Aprendí muchísimo durante mi etapa universitaria y me encanta tener la oportunidad de volver a la que fue mi casa para compartir mis experiencias con aquellos que están empezando y tienen pasión por este trabajo tan maravilloso.

Para finalizar, ¿qué consejo daría a los futuros periodistas?

Cuando fui a la universidad me decían que la situación en el mundo del periodismo estaba fatal y que no iba a encontrar trabajo nunca. Desde mi experiencia puedo constatar que si peleas mucho seguro que te surge una oportunidad. Hay que prepararse al máximo y estar al día de la información puesto que el mercado laboral cada vez es más competitivo. Cuanto más lean, idiomas sepan y mayor formación y experiencia consigan, mejor les irá.