José Carlos Somoza: “Ya quisiera un protagonista de una novela policiaca tener tanto suspense como tenemos nosotros”

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2021

Informa: Pilar Laura Jordá / Imagen: Editorial Planeta

José Carlos Somoza (La Habana, 1959), escritor especializado en novela de suspense, decidió abandonar su profesión de psiquiatra para dedicarse por entero al mundo de la literatura. Este cambio de rumbo le llevó a forjarse un nombre como un autor reconocido en el campo de la novela de misterio, acumulando a sus espaldas obras como La llave del abismo, La cuarta señal, Croatoan o la tan aclamada Caverna de las ideas. Estudio en negro es el principio de la primera trilogía del autor. Inspirada en Sherlock Holmes, cargada de suspense como sus anteriores creaciones, pero con un tono más relajado y cómico, supone un auténtico soplo de aire fresco a la trayectoria de Somoza.

Muchos escritores, series y películas se han basado en el personaje de Sherlock Holmes ¿En qué se diferencia Estudio en negro de otras obras que siguen el canon holmesiano?

Se diferencia fundamentalmente en que la novela no está protagonizada por Sherlock Holmes sino por un peculiar individuo llamado Señor X. Bajito, enjuto y con un ojo rojo, no muestra ningún tipo de parecido físico con el mítico detective de Conan Doyle. Hombre de alta cuna, repudiado por su propia familia, sin nombre, ingresado casi toda su vida en residencias para enfermos mentales en las que es marginado debido a su asombrosa y a la vez atemorizadora capacidad para saber los secretos y motivaciones de las personas sin apenas conocerlas.

¿El rechazo del señor X al teatro es también una especie de repudio a la época en la que vive?

No, se trata de un rechazo al comportamiento de las personas en dicha época. De la misma forma que hoy día son las pantallas las que nos “comen el coco” a través del entretenimiento, ocurría lo mismo con el teatro, que era muy popular en la edad victoriana. El Señor X no se deja llevar por el espectáculo, prefiere mirar al público.

La propia vida real está llena de suspense, por eso me hacen muchísima gracia las personas que se olvidan de esto y leen únicamente novela realista, como diciendo “al pan, pan y al vino, vino”

¿Por qué Anne McCarey como narradora de los acontecimientos?

Porque escuché su voz con una claridad meridiana; necesitaba ponerla en la novela porque para mí era fundamental, no hubo ningún problema a la hora de crearla. Escuché a esa mujer que necesitaba una compañía pero, sobre todo, sentirse útil y querer triunfar en su pequeño gran trabajo: cuidar de otros. Cuando acepta cuidar del Señor X, lejos de ser el trabajo que ella esperaba, se encuentra con una tarea enormemente difícil porque la actitud de su paciente es “para echar a correr”. Sin embargo, ella se lo toma con mucha tranquilidad y decisión, mientras que él la castiga revelándole todas sus intimidades de “pe a pa”. Ella se preocupa por su salud física, algo que sorprende al Señor X porque nunca nadie se había interesado tanto por su bienestar. La reticencia y el miedo de él van desapareciendo por toda la serie de detalles que van labrando una relación entre ambos.

¿Le ha ocurrido que la personalidad de un personaje esté tan definida que adquiera independencia dentro del relato y condicione al autor a la hora de controlar sus actos?

Sí, de hecho eso me ha pasado con algunos personajes en mis novelas y es motivo de felicitación porque significa que estás en el camino correcto. No es fácil porque los personajes suelen seguir los cauces trazados por el autor pero en este libro me ha ocurrido con Anne McCarey y el Señor X. Escribiendo los diálogos noté que estaban superándome, no podía ni siquiera seguirles la corriente porque iban por encima de mí. Otros colegas escritores te dirán que es una perogrullada, que al final los personajes hacen lo que quiere el autor porque este los inventa, pero yo me pregunto: ¿hacemos siempre lo que queremos? ¿Somos siempre conscientes de todo lo que hacemos? No. A veces nos guiamos por impulsos o corazonadas que no son propias de nuestro carácter. Si alguien nos hubiera escrito, no habría diseñado esos comportamientos repentinos que surgen en nosotros ¿por qué no va a ocurrir lo mismo con un personaje inventado?

no pienso que la literatura sirva para denunciar nada, la literatura es simple y llanamente arte con palabras

¿Por qué decidió adoptar el estilo del suspense en sus obras?

Porque como lector me encanta el misterio, no saber qué va a ocurrir, que es la clave del suspense. Para que un libro me enganche no solo necesito buenos personajes y una trama convincente sino también una serie de interrogantes acerca de la trama. La propia vida real está llena de suspense, por eso me hacen muchísima gracia las personas que se olvidan de esto y leen únicamente novela realista, como diciendo “al pan, pan y al vino, vino”. Ya quisiera un protagonista de una novela policiaca tener tanto suspense como tenemos nosotros porque mientras el primero sabemos que no morirá en la segunda página por el hecho de ser el protagonista, ni tú ni yo sabemos que nos sucederá dentro de cinco minutos.

¿Cree que el género del thriller está en un buen momento?

Sí. El género thriller está viviendo su época dorada, la novela negra está triunfando por encima de todo. Ahora bien, actualmente por novela negra entendemos aquella que presenta una denuncia social desde el misterio. Pero yo no pienso que la literatura sirva para denunciar nada, la literatura es simple y llanamente arte con palabras. Si hay denuncia social debe ir acompañada de algo muy estético porque no es el fin último de la novela. La verdadera buena literatura es la que se emplea para un propósito personal de cada escritor. Yo desde niño he rechazado el uso de la novela como un arma social porque al final nunca la puedes controlar. No eres dueño de ella.

¿Es sencillo combinar el thriller con la comedia, tal y como hace en Estudio en Negro?

Yo ahí tengo un problema. Llevo escribiendo desde hace veinticinco años y en pocas obras he introducido humor, de hecho, casi todas mis novelas son más serias que un ajo. Sin embargo, soy una persona que disfruta del humor, entonces me pregunto ¿por qué me he empeñado tanto a lo largo de los años en hacer novelas tan serias? Como si de repente me sentara y dijera en tono solemne “ahora voy a escribir”. Hasta ahora percibía las novelas como un territorio demasiado sagrado. Por fin, ahora en Estudio en negro he logrado meter escenas con cierta dosis de humor irónico que han dotado a la novela de ese gusto que tantos autores aprecian, entregándome a escribir tal y como yo soy.

Su objetivo es escribir una trilogía y ya está trabajando en el segundo libro. ¿Se mantendrá la temática victoriana de su primera obra?

Sí, se va a desarrollar en el año 1881 en Oxford. De todas formas, he de decir que la trilogía es un nuevo experimento para mí y a la hora de escribir Estudio en Negro imaginé primero el tercer libro con el Señor X en la última aventura de todas. Pero me fallaba algo, tenía al Señor X y la aventura pero me faltaba un Doctor Watson y un buen día atrapé la voz de la señorita McCarey. Entonces supe de inmediato que tenía que escribir una precuela. Este libro es para presentarla y lo hice por ella.