En busca de nuevos antibióticos frente a las resistencias bacterianas

Estudiantes de Farmacia, Enfermería, Medicina y Veterinaria del CEU forman a alumnos de colegios valencianos en un experimento real

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La Universidad CEU Cardenal Herrera participa por segundo año consecutivo con estudiantes de secundaria y bachillerato en la búsqueda de nuevos antibióticos frente a bacterias causantes de infecciones.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2050 las muertes por infecciones causadas por bacterias resistentes a los antibióticos superarán al cáncer, por lo que universidades como la CEU UCH promueven proyectos científicos en diversos países, dentro la red SWI-MicroMundo. En este sentido, se estima que, al ritmo actual de crecimiento de las resistencias bacterianas, se pasará de las 700.000 muertes al año en el mundo por esta causa, a los 10 millones de muertes en 2050. Para hacer frente a la que ya es conocida como la “pandemia del siglo XXI”, la Universidad CEU Cardenal Herrera participa en la iniciativa internacional Small World Initiative (SWI) donde 31 estudiantes de los Grados en Farmacia, Enfermería, Medicina y Veterinaria del CEU formarán a más de cien alumnos de siete colegios e institutos valencianos para la toma de muestras de suelo y la búsqueda en ellas de nuevos microorganismos con capacidad de antibiosis.

El pasado año, en este mismo proyecto, lograron aislar 121 cepas de microorganismos con capacidad antibiótica frente a distintas bacterias. El SWI@CEU pretende promover la participación de los jóvenes universitarios y preuniversitarios en la investigación mediante un experimento real como es la búsqueda de nuevos antibióticos en el entorno natural y, al mismo tiempo, concienciar sobre el buen uso de los antibióticos ya existentes, para frenar el avance de las resistencias que las bacterias desarrollan.
El planteamiento experimental es idéntico al del célebre hallazgo casual de la penicilina por Alexander Fleming, solo que, en este caso, de forma dirigida, para que los escolares puedan aprender de primera mano las fases de toma de muestras y cultivo de microorganismos propios de un trabajo real en laboratorio.

Cada estudiante de los colegios participantes en este proyecto SWI recibe un kit básico para la toma de muestras de suelo, que está compuesto por guantes, tubo y espátula. Después, los estudiantes diluirán la tierra de las muestras recogidas y las sembrarán en placas con medios de cultivo. En una segunda fase del experimento, cada escolar podrá buscar en su propia placa, colonias de bacterias con capacidad de antibiosis, es decir, con potencial capacidad de inhibir la proliferación de otros microorganismos causantes de infecciones. Los alumnos que encuentren en su placa de cultivo alguna de estas colonias con potencial capacidad antibiótica, aislarán esos microorganismos y evaluarán su eficacia frente a bacterias muy parecidas a las que causan los problemas de salud sobre los que ha alertado la OMS. Todas estas cepas aisladas se depositarán y conservarán en la Universidad para posteriores estudios como potenciales nuevos antibióticos.

Aprendizaje y servicio

Con la intención de aprender mientas se sirve a la sociedad, la actividad se plantea como un proyecto de aprendizaje y servicio, porque añade un componente de impacto social a la formación de los estudiantes, que hace más didáctico y motivador el aprendizaje, vinculando el contenido académico y científico con una acción de voluntariado. “Entre los jóvenes de niveles preuniversitarios, estamos promoviendo las vocaciones científicas y formando en institutos y colegios sobre la importancia de contribuir a la sociedad con una actividad de introducción a la investigación científica”, señala la catedrática de Microbiología y directora del equipo SWI@CEU, Teresa Pérez Gracia, quien indica que hacen falta campañas de concienciación dirigidas a la sociedad para que sean conscientes de que el uso inapropiado de los medicamentos lleva a que enfermedades infecciosas que antes se curaban, en la actualidad, las bacterias que las producen se hayan hecho resistentes a estos antibióticos. En este sentido, según Teresa Pérez, “es necesario señalar que el uso de los antibióticos sólo se debe realizar bajo prescripción médica y siguiendo las pautas que nos hayan indicado: dosis, horario y duración del tratamiento. Partiendo de esa base, nunca nos debemos automedicar, ni debemos reutilizar antibióticos que nos quedaron de otro tratamiento. Que los antibióticos sigan funcionando depende de todos, por lo que hay que usarlos con responsabilidad, ese es el principal mensaje que hay que transmitir a la población”.

Concienciación

En la Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antibióticos la Universidad puso en marcha la segunda edición de su participación en este proyecto científico internacional SWI, implantado por universidades en 12 países, para formar a los jóvenes en un experimento real para el hallazgo de microorganismos con capacidad antibiótica porque “las personas han caído en el error de minusvalorar las bacterias y abusar de los antibióticos y hay que revertir esta situación”, destaca la catedrática Pérez que, pone énfasis en la idea de que hace más de 30 años que no salen al mercado nuevos antibióticos y los descubiertos hasta ahora son cada vez menos efectivos por “el mal uso” que hemos hecho de ellos. “Un ejemplo es que hace cuarenta años la penicilina era eficaz frente a todo tipo de bacterias, ahora algunas de ellas son ya resistentes a sus efectos, por su rápida capacidad de evolución”, remarca.

Según el Centro Europeo para la Prevención y Control de las Enfermedades (ECDC), la resistencia a los antibióticos ya causa 33.000 muertes cada año en la Unión Europea y, según la OCDE, de aquí a 2050 morirán 15 españoles cada día por esta causa. En este escenario, el objetivo del proyecto internacional SWI, impulsado desde la Universidad de Yale, “es promover la participación de los jóvenes universitarios y preuniversitarios en la investigación y, al mismo tiempo, concienciar sobre el buen uso de los antibióticos ya existentes”. “Queremos frenar el avance de las resistencias que las bacterias desarrollan frente a ellos”, destaca Teresa Pérez.

La coordinadora del proyecto en el CEU explica que no hay hasta la fecha ninguna otra alternativa que pueda sustituir a los antibióticos para la cura de enfermedades producidas por bacterias: “Si seguimos tomando los antibióticos sin criterio e indiscriminadamente podemos llegar a una situación sanitaria muy grave y situarnos en la era preantibiótica, en la que cualquier infección bacteriana nos podía producir la muerte”. Por otro lado, también asegura que hay que dar un mensaje de esperanza porque “si somos capaces de disminuir su uso, bajaremos también la presión selectiva a la que se ven sometidas las bacterias y por lo tanto se verá disminuida su resistencia a esos antibióticos”.