IZAL presenta ‘Autoterapia’, un trabajo con reflexiones en busca de la felicidad

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Rafael López / 4º Periodismo

El más que reconocible grupo IZAL estrena su quinto proyecto con el nombre de ‘Autoterapia’. El pasado 9 de marzo durante su presentación oficial, el grupo ya mostró dos de sus nuevas canciones que formarán parte del disco: ‘El Pozo’ y ‘Pausa’. “Estamos muy satisfechos, trabajamos en lo que nos gusta y eso nos hace muy felices”, apuntaban. IZAL se había tomado un tiempo de descanso, ya que hay que remontarse al 2015 para encontrar su último trabajo ‘Copacabana’, que fue todo un éxito a nivel nacional e internacional, a lo que se sumó el DVD ‘Crónica de un parpadeo’. Sobre este tiempo de pausa, desde IZAL se mostraban positivos. “Siempre hemos pensado que es necesario echarse de menos. Queríamos tomarnos un tiempo para descansar y dejar que, con suerte, nos echasen de menos. Nos ha venido genial mental y musicalmente este parón, y ahora volvemos con más fuerza que nunca”.
‘Autoterapia’ es el nombre que recibe el último álbum, cuyo significado, según explican los encargados de darle voz y música, se relaciona directamente con el vocalista del grupo Mikel Izal. “Mikel se ha volcado más que nunca en las letras a la hora de verse reflejado. De ahí ese nombre. Además, pensamos que la música a menudo es utilizada como autoterapia, tanto para quienes la escuchan como para quienes la hacen. En nuestro caso ha sido una autoterapia muy eficaz en estos últimos años”. La evolución musical de este trabajo, en comparación con los anteriores se encuentra en una “mayor dedicación” en cuanto al tiempo requerido, “más recursos y más instrumentos nuevos”. Según afirman desde el grupo musical, los fans se encontrarán a lo largo de este álbum con “más Izal”, por un lado; y por otro, “once canciones muy trabajadas, en las que nos hemos volcado y hemos plasmado todo lo que hemos aprendido en estos últimos años. El hecho de haber podido dedicarle más tiempo ha hecho que se plasme más lo que somos como músicos y como grupo”.
IZAL grabó gran parte de su último trabajo en ‘La Casa Murada’ en Tarragona. Un lugar que según el grupo, “Santos y Flúren, productores, controlan muy bien”. Además, aseguran que el hecho de estar apartado de todo convierte al estudio en un lugar maravilloso. “Al estar en plena convivencia durante toda la grabación se crea un ambiente que se acaba trasladando a la esencia de las canciones que allí se crean y eso es genial”.

El grupo musical IZAL. / Foto: Productora

El IZAL de antes y ahora
Ya hace ocho años desde que IZAL comenzara a sonar con más fuerza en el género ‘indie’ con ‘Pasaporte’. Por aquel entonces la edición del disco y las seis canciones que lo componían se financiaban a través de crowfunding, una modalidad que permite la financiación de proyectos de forma colectiva y voluntaria. Ahora, el quinto disco cuenta con once canciones y los recursos se han visto considerablemente aumentados tras el éxito cosechado. “Somos muy conscientes de todo lo que tenemos y trabajamos duramente para conservarlo”, remarcan. “Dedicarte a tu pasión es una suerte que te hace feliz. Cada vez que damos un paso adelante, cada vez que invertimos, pensamos en lo mucho que nos llena poder dedicarnos cada día a seguir haciendo música”.
Después de ocho años donde su repercusión mediática y social ha ido en aumento, IZAL quiere recordar que antes del 2010 también trabajaron duro para poder llegar donde se encuentran actualmente. “Para nosotros la progresión es mucho más pronunciada puesto que contamos con todos aquellos años atrás en los que nos formamos cada uno de nosotros como músicos, por separado”. El quinteto comprende que se reconozca fundamentalmente su trayectoria más cercana pero subraya que “afortunadamente hay mucho camino hecho en la oscuridad hasta llegar a vislumbrar la luz”.
Sobre si notan una madurez musical tras su recorrido en el difícil mundo de la música, consideran que “cada disco ha sido un paso adelante con respecto al anterior”, y que la adaptación a los nuevos tiempos “depende del grupo”, pues “hay veces que los seguidores de un grupo no quieren que algo que les gusta cambie”. Sin embargo, desde su punto de vista, “uno debe hacer lo que le salga por naturaleza. A nosotros nos ha salido avanzar. Seguir haciendo lo que más nos gusta, manteniendo esa esencia, pero arriesgando cuando nos apetece”.

Próximos conciertos
Por lo general, IZAL se ha movido, desde que logró un progresivo reconocimiento, entre conciertos y festivales de música. En esta ocasión, tras tres años sin anunciar nuevo disco, ya tienen confirmadas las próximas fechas en las que presentarán su quinto álbum a modo de ‘Autoterapia’. Desde el Sonorama Ribera hasta el Mallorca Live Festival en el ámbito nacional, así como su visita a México durante el mes de abril, serán los primeros compromisos que el quinteto tenga que afrontar en un período que se avecina intenso. “Después de un año sin escenarios las ganas no podrían ser mayores. Tenemos la suerte de contar con muchas fechas ya. Hook, nuestra agencia, trabaja duro y eso hará que trabajemos nosotros duro durante el año”, señalan. A los ya mencionados, también se les suma el Festival de Los Sentidos, el No Sin Música y el Cooltural Fest, entre otros.
IZAL siempre se ha encasillado en el género ‘indie’ aunque el quinteto renuncia a las etiquetas. “No nos gustan, pocas veces hacen justicia a lo que realmente es la música”. Por otro lado, el grupo también señala que ellos entienden el ‘indie’ como “un modo de gestión y no como un género musical”.

Antiguo alumno del CEU
Alejandro Jordá, batería de IZAL, fue alumno de la Universidad CEU Cardenal Herrera durante sus estudios en Comunicación Audiovisual, aunque según el valenciano lo suyo siempre fue la música. “Desde los 15 años, cuando empecé a tocar, tenía claro que eso era lo que quería hacer. Estudié Comunicación Audiovisual, que también me gustaba, pero mi pasión era la música”. Concienciado con el mundo universitario, el batería participó en las actividades organizadas en la Universidad con motivo del 25 Aniversario de Comunicación Audiovisual el año pasado.
Fue en los tiempos en los que paseaba por los rellanos de la CEU-UCH cuando Alejandro intentaba compaginar varios puestos de trabajo con su gran pasión y sus estudios. “Una época de cocinero, otra de conserje nocturno en un edificio, repartiendo periódicos… incluso en el último año como becario en el departamento de Calidad del Vicerrectorado. Sin embargo sacaba tiempo de debajo de las piedras para estudiar y sacar la carrera”.
Su oportunidad llegó cuando se marchó a Madrid, apostando por un futuro en Clave de sol. Fue entonces cuando a través de la red, logró formar parte del “comienzo de algo muy bonito”. “Me fui a Madrid a buscarme la vida en la música y tuve la suerte de encontrarme con ello por casualidad, por internet”. Un sueño que se terminó convirtiendo en una realidad. “Desde los 15 años, cuando empecé a tocar, tenía claro que eso era lo que quería hacer”.
Sobre sus referentes tanto en el mundo de la música como en el de la comunicación audiovisual, Jordá destaca a su profesor de batería, Paco Aranda, como “un maestro del jazz” que le enseñó los cimientos de lo que sabe. “Era una especie de gurú para mí”. En cuanto su película favorita y su banda sonora, Jordá mostró su debilidad por ‘Lugares Comunes’, de Aristaráin, y la BSO de ‘Mi vida sin mí’.
Tras ocho años desde que comenzara el gran ‘boom’ de IZAL en el ámbito musical, el quinteto estuvo nominado a Grupo Revelación en los Premios UFI de la Música Independiente en 2013, logrando finalmente el Premio Mondosonoro al artista revelación, además del Premio Fest al Mejor Directo Nacional en 2016. “Estamos muy satisfechos”, reconoce Jordá. “Queremos por supuesto seguir creciendo, pero sin prisa, disfrutando el momento. Estamos viviendo algo increíble y tenemos que saborearlo bien, ser conscientes de ello”.
El antiguo alumno de CAV subraya a modo de consejo que “lo imprescindible” es tener claro que la música es lo que realmente deseas. “Después de lo vivido durante todos estos años, diría que si uno lo tiene claro debe ir a por ello, sin vacilar. Es imprescindible creer en uno mismo e intentarlo, ya que mucho peor es la incertidumbre sobre qué habría pasado que el fracaso”.