Juan Martínez Otero: «Internet tiene un poder de atracción difícil de resistir»

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Javier Haya / 2º Periodismo

Facebook, Google, Twitter, WhatsApp o incluso plataformas como Tinder, todas estas herramientas, fruto del desarrollo de la tecnología y la informática, ocupan parte importante del día a día de la población en países desarrollados.
Juan Martínez Otero, profesor de Derecho de la Comunicación en la Universidad CEU Cardenal Herrera y experto europeo en la protección de los niños en el entorno audiovisual, ofrece en su nuevo libro, Tsunami Digital hijos surferos, consejos a los padres que quieren educar a sus hijos en positivo frente a los desafíos de internet.

Martínez Otero estudia el tema del efecto de las tecnologías digitales en los jóvenes desde hace una década, cuando su director de tesis le animó a realizar su doctorado sobre los límites de los contenidos audiovisuales atendiendo a los derechos de los menores. “Poco a poco me fui alejando de la perspectiva jurídica para centrarme en la social”, confesó el autor del libro, que desde entonces ha dado innumerables charlas en colegios e institutos y cuyo contenido se recoge ahora en Tsunami digital, hijos surferos, ensayo con prólogo de Leopoldo Abadía.
El Palacio de Colomina, sede cultural y social del CEU en València, acogió la presentación del libro. En una mesa moderada por el decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación del CEU, Elías Durán, y en la que también participó el periodista Ramón Palomar, Juan Martínez quiso ofrecer las pautas principales sobre su ensayo y sus consecuencias en los adolescentes. Pautas dirigidas a los padres, que tienen la delicada responsabilidad de educar a sus hijos en un mundo “amplio y peligroso”.
Ramón Palomar señaló “el sentido común” como el principal acierto del libro de Martínez Otero. “Hay que recuperar la sensatez”, confesó el columnista del periódico Las Provincias, el cual ha declarado que ni siquiera tiene perfil de WhatsApp. “Soy de la opinión de que vivíamos mejor sin internet”. El periodista achacó a los navegadores y a las redes sociales el despertar de ese exhibicionismo que lleva a que la gente suba a la nube hasta lo que va a tomar de cena.
Menos apocalíptico se mostró el autor del libro. “Hay que educar en positivo, lo demás no funciona. Por ejemplo, si se habla de ciberacoso hay que fomentar la valentía, animar al hijo a denunciar a los agresores y defender a la víctima”, apuntó Martínez Otero, que, sin embargo, reconoció que educar en internet es “muy complicado”, ya que posee un poder de atracción altísimo difícil de resistir. Además, los padres de esta generación tienen una labor más complicada si cabe, ya que son la primera en tener que lidiar con estos asuntos, por lo tanto “deben educar sin la conveniente costumbre o la norma precedente.”
“Hay que poner normas y hacerlas cumplir”, apuntó el profesor de Derecho para subsanar precisamente esa falta de reglas. “La familia no es una democracia”, apostillaba al comienzo de la conferencia Ramón Palomar, a lo cual Juan Martínez añadió que los padres aunque pueden ser amigos de sus hijos (punto en el que no coincide con el periodista), deben ser ante todo padres, controlar a sus hijos y hacer respetar su autoridad.

Juan Martínez Otero, en el centro, con el decano Elías Durán y el periodista Ramón Palomar. / Foto: CEU

Por su parte, Elías Durán señaló que muchas veces con la tecnología “no sabemos a dónde queremos ir”. El decano recordó que no podemos criar a nuestros hijos “en una burbuja” pero “podemos educarles para tener personalidad para elegir”. Durán también se lamentó de la dependencia que crean estas nuevas tecnologías. “Los jóvenes ya no aguantan clases de cincuenta minutos atendiendo al profesor sin ver el móvil”.
A través de las páginas de este libro, el profesor de Derecho de la Comunicación del CEU repasa los riesgos más importantes que cualquier persona, y especialmente un menor, afronta en internet (distracción, aburrimiento, contenidos inadecuados, adicción, obsesión por la imagen y la superficialidad, pereza, acoso, o la exposición de la intimidad) y ofrece consejos prácticos para responder de manera positiva.
La conclusión final, en la que coincidieron los tres, es que hay que limitar el uso de los móviles y las redes sociales, que no sólo quitan mucho tiempo sino que pueden causar graves problemas ahora que vivimos bajo la tiranía del Big Data. Y hay que buscar aficiones, fomentar la creatividad y huir del aburrimiento a través de la contemplación y la reflexión.