Álvaro Ortega Sanahuja se graduó en Comunicación Audiovisual en el año 2013 y siempre tuvo claro que al terminar el grado quería dirigir sus pasos hacia Estados Unidos.
Pregunta. ¿Cómo recuerda su formación en la universidad?
Respuesta. Guardo muy buenos recuerdos de mi etapa en el CEU, sobre todo de los últimos años. Esa época fue muy importante para determinar todo lo que he hecho desde entonces.
P. ¿Siempre tuvo claro su destino hacia Estados Unidos?
R. Siempre fue una idea que circulaba por mi cabeza, con el paso del tiempo se fue volviendo más fuerte. Al final creo que fue una decisión realista, sabía lo que quería hacer y sabía que las posibilidades de hacerlo aquí en España eran mucho más limitadas. En España, el proyecto más grande de momento ha sido el largometraje que dirigí, Anything Goes, con un equipo mayoritariamente de alumnos del CEU, incluyendo el Productor Javier Albert, el Director de Fotografía Genís Benavent y el Ayudante de Dirección Alberto Montalvá. Lo cierto es que hay mucho talento saliendo de las aulas del CEU, esos son algunos de los muy buenos ejemplos.
P. ¿Fue difícil cruzar el charco?
R. Sí, por supuesto. Llegas a un sitio nuevo en el que no conoces a nadie y nadie te conoce. Al principio siempre tienes miedo de que eso no cambie, pero siempre cambia. Especialmente en el mundo del cine. Trabajas con tanta gente, durante largos periodos de tiempo, que acabas formando una pequeña familia y, con cada proyecto, esta familia se amplia. Al final casi sientes que toda la industria en la ciudad es una pequeña familia.
P. ¿Cómo ha sido su formación en la New York Film Academy?
R. Muy buena, especialmente en la práctica. No te dejan un segundo de descanso. Sin olvidarnos de la variedad de culturas que hay en la escuela, que te abre mucho los ojos respecto al resto del mundo.
P. En muy poco tiempo ha conseguido crecer profesionalmente. ¿Cómo se consigue?
R. Trabajando duro. Me refiero a pasarse varias noches sin dormir y haciendo ‘networking’ constantemente. Siempre hay que estar listo y preparado para hacer, o trabajar, en todo lo que puedas. Tienes que ir al set cada mañana e intentar hacerlo lo mejor que puedas y en los ratos libres conocer al resto de la gente y enterarte de sus futuros proyectos y conseguir que ellos conozcan los tuyos. Es una industria en la que todo el mundo se conoce. He subido muchos escalones pero aún quedan muchos por subir y cada vez es más difícil. Pero el futuro tiene muy buena pinta.
P. Tengo entendido que se instaló en Los Ángeles, ¿es tal y como la esperaba?
R. No es para nada todo el ‘glamour’ que venden. Por supuesto que una parte es eso, pero luego conduces 10 minutos desde West Hollywood hacia South Central LA y tienes la zona más peligrosa del país. Es una ciudad de grandes contrastes. Además el mundo de Hollywood es una locura, estoy seguro de que es la ciudad con la gente más rara y más loca del mundo. La ciudad tiene una cierta actitud imposible de definir. Cuando estás fuera ves esas películas de Hollywood llenas de personajes excéntricos y cuando llegas aquí es cuando ves lo cerca de la realidad que realmente están esos personajes. Al final todos nos acabamos convirtiendo en uno de ellos. Creo que la primera vez es un shock para todo el mundo que viene aquí; es difícil adaptarse a ella y no está hecha para todo el mundo, pero al final te acaba atrapando. Sabes que te has adaptado cuando ya no le prestas atención a los terremotos.
P. Las oportunidades laborales imagino que en cuestión de cine son infinitas. ¿Ha notado la crisis de Europa?
R. Sí, es cierto que hay muchísimas más oportunidades de trabajo en la industria que en cualquier otro sitio. Hollywood es el mayor productor de cine del mundo, junto a la India y Nigeria. Pero también hay cientos de miles de personas luchando por esos trabajos. Creo que en esta ciudad el 90% de la población cree que son actores o escritores. A pesar de la cantidad de oferta de trabajo, la demanda es muchísimo mayor. Esto es evidente cuando vas a cualquier restaurante y te das cuenta que todos los camareros son actores que no están rodando nada en ese momento.
Respecto a la crisis. Sí creo que la crisis de Europa ha afectado a EE.UU, del mismo modo que la crisis de EE.UU. afectó a la de Europa antes. Pero creo que EE.UU. está ya en la fase de recuperación.
P. ¿Qué ingredientes piensa que son necesarios para triunfar en el cine americano?
R. Esa es una pregunta difícil. Este es un mundo muy loco, en el que todo puede pasar en cualquier momento, pero diría que el ingrediente clave es tener una voz artística clara y única. La gente aquí busca a alguien que tenga algo que decir y que tenga una forma única y personal de hacerlo. Para ello hay que ser muy consciente de lo que quieres decir y de cómo vas a hacerlo. Hay mucha gente que intenta copiar a otra gente o imitar un estilo.
P. ¿Es usted de cine comercial o de autor ?
R. Si la película es buena y entretenida no me importa cuánto dinero se han gastado en ella. Ambos tipos de cine tienen sus películas buenas y sus películas horribles. Si tuviera que elegir diría que soy más de cine de autor porque permite más libertad artística que las películas de mayor presupuesto. Creo que todo buen director es un director de autor, sin importar que su presupuesto sea de 1 millón o de 100. Aunque mi cine se acerca más a lo que comúnmente se llama cine de autor no es una decisión consciente. Cuando tengo un nuevo proyecto escribo la historia que quiero sin pensar en el presupuesto.
P. Director, guionista, y director de fotografía, ¿dónde se encuentra más cómodo?
R. Escritor y director, sin lugar a dudas. Nunca he podido separar las dos bien, porque lo que más me gusta de cada una es lo mismo, contar historias. He escrito cosas que no he dirigido y he dirigido cosas que no he escrito, pero a pesar de todo creo que el objetivo final de las dos es muy parecido, expresar a través de esas historias.
P. Hace poco realizó una campaña de ‘crowdfunding’ para conseguir financiación para su último proyecto, Waltz ¿podría contarnos en qué consiste?
R. Tuvimos buenos resultados. Waltz es un Drama Psicológico que narra la historia de dos mujeres pianistas compitiendo por el mismo puesto en una filarmónica. Toda la acción se desarrolla en una localización, en una sola noche y, a medida que avanza la historia, la tensión entre las dos aumenta y la rivalidad se va volviendo más agresiva. Es una película sobre la competición, el orgullo y las inseguridades sobre nuestras capacidades. El final es sorprendente.
Uno de mis objetivos con esta película es crear papeles que eran inaccesibles para mujeres y mostrar a las audiencias, y la industria, que los personajes femeninos pueden ser tan comercialmente viables e interesantes como los masculinos, o incluso más. Esta película es sobre y para todas aquellas mujeres fuertes e independientes que no necesitan a nadie más que ellas mismas para triunfar. Rodaremos durante junio en Los Angeles y el estreno será en septiembre en los estudios de Warner Brothers.
P. ¿Próximos proyectos en mente?
R. Cientos. Justo después del rodaje, empiezo un cortometraje sobre el racismo hacia la comunidad india en Estados Unidos, en el que trabajaré como productor. Además, tengo dos proyectos listos para dirigir, uno sobre la gente de la ciudad de Los Ángeles y otro sobre cómo puede afectar el tiempo a ciertas relaciones. Pero el más importante, ahora mismo, es un largometraje independiente sobre una actriz en el punto álgido de su carrera, luchando contra la demencia. Es un guión que estoy escribiendo y ya tenemos gente interesada en comprarlo para producirlo ellos con otro director. Se están planteando nombres como Julianne Moore o Tilda Swinton para el papel principal. Si todo sale bien sería increíble. Un paso enorme en mi carrera. Si ese proyecto sale bien, volvería a España a dirigir un largometraje de terror que ya tengo escrito.
