Los niveles de picaresca en las aulas españolas alcanzan niveles preocupantes

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Imagen de un aula universitariaPaula Mas / 1º Periodismo

España ha experimentado en los últimos años un gran incremento en el nivel de picaresca en las aulas que está llegando a niveles preocupantes. Según el director de la Agencia de la Picaresca, Francisco Canals, esto se debe, en primer lugar, a que en España hay «una cultura que impulsa a no seguir las normas y el mundo académico no es una excepción». En este sentido, Canals afirma que la picaresca es «un fenómeno muy arraigado a la cultura española”. En segundo lugar, para el director de la Agencia de la Picaresca, esto se debe al desarrollo de la tecnología:»Hoy en día los alumnos van provistos de un arsenal tecnológico que les facilita esa aproximación a las ‘prácticas académicamente deshonestas’ y en un lenguaje más periodístico, hablaríamos de picaresca académica».

Los medios más utilizados por los alumnos son los artilugios electrónicos como pinganillos, tintas invisibles, camisas con doble fondo y bolígrafos con pantalla, entre otros, que son fácilmente accesibles en lugares como la “Tienda del espía”. Por otro lado, también existen fábricas de diplomas en internet que proveen de un título con un sello aparentemente oficial y que rondan los 300 o 400 euros. Esto apunta a que en España podría haber «un mercado subterráneo de falsos titulados», explica Canals, que añade que han aparecido fábricas de trabajos académicos donde realizan a medida trabajos como tesinas o tesis doctorales añadiendo faltas de ortografía deliberadamente o expresiones del país del cliente y que rondan los 2.000 y 3.000 euros.

«En España podría haber un mercado subterráneo de falsos titulados», afirma el director de la Agencia de la Picaresca

Erradicar este tipo de actividades es difícil, aunque ya se realizan contramedidas en centros académicos. Por ejemplo, se utilizan inhibidores de frecuencias e incluso software anti-plagio donde el profesor puede detectar automáticamente si un alumno ha copiado un trabajo poniendo un trozo del texto del mismo en el programa. Sin embargo, explica Canals, estas medidas no son muy utilizadas y las sanciones a los alumnos son mínimas, puesto que en España hay una cultura muy permisiva hacia el plagio en el ámbito escolar,comparado con otros países en los que estos actos son presentados como una vergüenza social. «En el marco legal, estas actividades no son una prioridad, en parte por no haber una presión de las universidades, sindicatos y asociaciones y por otra parte porque los operadores que mandan en el mundo de la formación no se dan cuenta de este problema», afirma el director de la Agencia de la Picaresca, que añade que estas prácticas, deberían ser consideradas como «una falta administrativa, solucionada con un juicio rápido y una falta leve». En cuanto a las empresas que actúan fuera de España traficando con títulos y trabajos, sin un acuerdo internacional, la erradicación de las mismas sería imposible, aclara Canals.

La Agencia para la Picaresca trata de contribuir a generar una cultura de la defensa de la educación y crear esta conciencia tan deseada, dando a conocer estos hechos a todos los públicos, en especial al personal docente que desconociera estas prácticas. A pesar de estos intentos, Canals prevé que estas actividades irán a más porque «no hay ningún movimiento para detenerlas y, probablemente, continuarán aumentando con el paso de los años».

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