Javier Rupérez analiza el panorama internacional en el Dies Académicus

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Con motivo del IV sesión del Dies Académicus que organiza el Servicio de Pastoral de la universidad CEU Cardenal Herrera, el embajador de España, Javier Rupérez, realizó un completo análisis de los nuevos escenarios internacionales. Bajo el título «De la Primavera Arabe al otoño nuclear: una reflexión geopolítica», Rupérez planteó el cómo y el porqué de la actual situación política internacional con la visita de Obama a Oriente Próximo y la amenaza de ataque de Corea del Norte como trasfondo.

El embajador español, Javier Rupérez, durante su intervención. / CEU
El embajador español, Javier Rupérez, durante su intervención. / CEU

Para el embajador, la caída, en menos de un año, de los gobiernos de Túnez, Egipto y Libia, tres de los regímenes más implantados, «supuso el punto de partida de la denominada Primavera Arabe» por el efecto contagio que tuvieron las revueltas en países limítrofes. Así, Rupérez explicó la situación de Bahrein tras los enfrentamientos entre suníes y chiíes, y destacó dos rasgos definitorios del levantamiento popular: «Arabia Saudí apoya a los suníes y la revuelta es tolerada por los Estados Unidos, que tiene una base militar en el Golfo Pérsico, de gran importancia», apuntó el embajador.

Rupérez, además, habló de Siria como otro de los países en los que se vive una situación «que repite el mismo esquema de los regímenes anteriores como ser laico y producirse en un país grande con minorías cristianas». Para el ponente, en esta revolución siria que comenzó en 2011 y que aún continúa,  «contemplamos una paralización occidental y una continuación de las matanzas civiles». Además, el ponente quiso poner especial atención en el papel que las células terroristas de Al Qaeda y otras puedan jugar dentro de este panorama de inestabilidad.

Rasgos comunes

Javier Rupérez señaló, además, los rasgos comunes de todas las revueltas. Para el ponente, «todas las revueltas han derrocado regímenes totalitarios laicos que produjeron un profundo descontento político por la dura represión». Además, Rupérez aseguró que  el mundo occidental «no preveía lo que se venía encima». A este respecto, Rupérez afirmó que ni se sospechaba lo que iba a suceder ni se sabe lo que va a pasar «pues todos están sumidos en una profunda inestabilidad», y añadió: «Lo que sí sabemos es que está apareciendo una evidente tensión entre corrientes democráticas laicas y mayorías islamizadas».

En relación a este punto, Rupérez afirmó que el Islám «es el único factor de cohesión social y política», añadiendo que son sociedades unitarias «en las que la secularización, como autonomía de los 2 mundos, no es una realidad en el mundo islámico ni sabemos si será una realidad algún día».

Otoño nuclear

Por otra parte, el ponente centró parte de su ponencia en Corea del Norte señalándola como una de las últimas dictaduras comunistas en la que la población «se está muriendo de hambre por políticas concretas del régimen». Rupérez, afirmó que hay una lista cerrada de países en posesión de armas nucleares pero Corea del Norte no es una de ellas «buscando la supervivencia del sistema mediante el chantaje y la amenaza». Ejemplo de ello es la amenaza de ataque que ha llevado a cabo en el día de hoy, a Estados Unidos y las islas del Pacífico.  Para el ponente, el país asiático «juega con la duda de saber si cuenta con armas nucleares, si las va a usar para desestabilizar y si cuenta con China como aliado». En este sentido, Rupérez recordó la condena de las prácticas nucleares que los quince miembros del Consejo de Seguridad, entre los que se encuentra China, llevaron a cabo el pasado mes de febrero «aunque siempre queda la duda de saber si China finalmente apoyará a Corea del Norte a pesar de esta condena».

De la misma manera, el ponente se mostró pesimista en lo referente a la situación complicada que se podría dar si Corea del Norte se une a Irán, quien a través de sus prácticas nucleares, y en palabras de Rupérez, «persigue afianzar un factor geopolítico además de un factor ideológico frente a Israel y Estados Unidos».

En relación a esta idea, Rupérez aseguró que el país iraní «es uno de los más activos instigadores del terrorismo internacional» y añadió que de este hecho surge la duda de saber si es posible que los terroristas «puedan llegar a dotarse de armamento nuclear», lo que, en palabras del ponente, «supone enfrentarnos a un futuro incierto debido a varios factores». Entre ellos, Rupérez destacó la crisis económica que vive el mundo occidental, la época de transición de hegemonías internacionales, el ciberterrorismo que, según el embajador,»puede desencadenar situaciones caóticas»; y la aparición de actores internacionales «poco fiables y dotados del suficiente poder como para chantajear al poderoso», aseguró.

Ante este escenario, Javier Rupérez quiso dejar abierta una ventana al optimismo asegurando que la cooperación internacional basada en los derechos internacionales y el respeto internacional, «es la clave para evitar un supuesto escenario de inestabilidad.

 

 

 

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