El Rotativo

El wheelchair dance, una modalidad de baile por descubrir en España

Desde la Federación de Cataluña se han llevado a cabo distintas iniciativas para fomentar esta disciplina

Marina Valdés / 2º Periodismo

El bailarín Francesc Ramírez contradice una frase del cantautor Sabina, aquello de que bailar, “es soñar con los pies”. Porque él no utiliza ni los pies, ni las piernas. Acompaña a su compañera, Laura Chaparro, desde su silla de ruedas. Fueron la primera pareja española en practicar wheelchair dance, una modalidad del baile deportivo todavía poco conocida y practicada en territorio nacional.

Momento de una actuación en un concurso. / Archivo

Ramírez comenzó en la escuela Buenavida, en Girona. Tras la primera competición, la Federació Catalana de Ball Esportiu (FCBE) reguló oficialmente la disciplina. Hasta el día de hoy, se han celebrado siete trofeos de carácter nacional e internacional, así como cursos dirigidos a entrenadores para que ofrezcan en sus escuelas una enseñanza formalizada y adaptada.
El objetivo es personalizar los casos y especificar el reglamento, ya que en cada persona, las discapacidades son distintas, según informa Eva Serra Vila, responsable del Comité Técnico de la FCBE del baile adaptado.
Durante este año se realizarán nuevos cursos tanto para técnicos como para discapacitados en silla de ruedas. El objetivo es “abrir nuestro deporte a todos, especialmente a personas con dificultades”, señala la representante del Comité de baile adaptado.
El punto clave está en Cataluña. En el caso de la Comunidad Valenciana, el Wheeldance no ha dado sus frutos a pesar de los intentos. Antonio Costa, vicepresidente de la Federació de Ball Esportiu de la Comunitat Valenciana (FBECV) asegura que la institución está abierta a “nivel moral, humano, técnico y representativo” ante cualquier iniciativa y modalidad de baile deportivo para promocionarla y divulgarla.
La ‘pareja de tres’ ya ha demostrado de lo que son capaces las personas con discapacidad. Para Ramírez, la silla es “un elemento de carácter emocional muy fuerte”, pero que no tiene por qué ir asociada al “dramatismo”. De la misma manera, insiste en que hay que encontrar la felicidad, porque “eso, no va con los cuerpos”.
Él no ha parado quieto en su silla y ha encontrado su propia felicidad a ritmo de rumba y pasodoble.