Laura García Allepuz estudió un Grado en Diseño, pero se dio cuenta de que su vocación era el magisterio. Y ha empezado fuerte. Además de optar por el doble Grado en Educación Infantil y Educación Primaria en el CEU de Castellón, colabora como voluntaria todos los lunes en el Proyecto Sambori de Cáritas. Nos lo cuenta en esta entrevista. 

Laura, apenas llevas un semestre cursando Magisterio y ya has participado en una mesa redonda sobre inclusión educativa organizada por el CEU para compartir con tus compañeros tu experiencia en el Proyecto Sambori de Cáritas Interparroquial de Castellón. Cuéntanos, ahora a toda la comunidad universitaria, por qué te sumaste a este voluntariado. 

La verdad es que colaboro desde hace poco. Antes había participado en otros voluntariados, pero no del ámbito educativo. Y lo cierto es que surgió de repente, cuando me lo comentó una amiga que trabaja en Cáritas.  

Creo que, cuando ayudas a los demás, recibes mucho más tú. Y esta colaboración educativa es una experiencia que quería probar. Además, no me quitaba mucho tiempo de estudio, ya que voy los lunes por la tarde durante una hora y media y, a la vez que podía ayudar, ganaba experiencia con los niños.  

‘Creo que, cuando ayudas a los demás, recibes mucho más tú’

¿Cuál es tu cometido? 

Mi labor básicamente es dar apoyo escolar a niños de educación primaria. De modo especial, colaboro con dos niñas de tercero que normalmente tienen dificultad en el idioma. Y los últimos minutos se juntan todos los niños para relacionarse y organizamos alguna actividad compartida.  

Estás hablando de niños en riesgo de exclusión social, ¿no? 

Sí. El Proyecto Sambori trata de integrar a estos niños y les ayuda gratuitamente, ya que no cuentan con recursos económicos.  

¿Tu voluntariado está siendo como esperabas? ¿Qué balance haces? 

Es una experiencia muy bonita. Los niños son muy agradecidos; con un poco que les des, ellos te dan todo. Y, aunque no paso con ellos mucho tiempo, lo notan. 

¿Tú también aprendes? 

Sí. A nivel personal estoy aprendiendo mucho. Con este voluntariado conoces a los niños, su situación familiar y académica, y eso te abre la mente y puedes entender la diversidad que hay en la sociedad.  

Y como futura maestra, veo los diferentes ritmos de aprendizaje que tienen los niños y cómo me tengo que adaptar a cada uno de ellos, por lo que voy aprendiendo a enseñar.  

‘Conoces a los niños, su situación familiar y académica, y puedes entender la diversidad que hay en la sociedad’

¿Recomiendas a los estudiantes de Magisterio o de otras titulaciones que se animen a participar en este proyecto?  

Sí, sin duda. Es necesario ayudar a estos niños y hay muchos centros de Sambori en la Comunidad Valenciana. Si no hay suficientes voluntarios, los niños se quedan sin el programa.  

Pues ahí queda esa llamada a la acción. ¿Qué perfil de persona crees que encaja mejor en este voluntariado? 

Creo que la gente que se implique en este proyecto debe ser responsable y tener una cierta madurez, porque, en cierto modo, te conviertes en una referencia para los niños. Ellos necesitan referentes, además de apoyo académico, y la mayoría de los que forman parte del Proyecto Sambori vienen de familias donde la situación no acompaña. Al final, el vínculo que creas con estos niños les ayuda, porque ven otra realidad, les explicas cómo es la cultura aquí y aprenden valores y normas sociales. 

‘La gente que se implique en este proyecto debe ser responsable, porque, en cierto modo, te conviertes en una referencia para los niños’

Te quedan unos cuantos años por delante antes de ejercer como maestra, aunque ya podrías ser una profesional en otro ámbito. A pesar de que cuentas con un Grado en Diseño, has decidido apostar por tu vocación. 

Sí. La de maestra es una profesión muy bonita que siempre me ha llamado la atención. Yo vengo de otros estudios anteriores muy diferentes, como decías, y ya no contaba con dar este giro, pero los niños siempre han estado presentes en mi día a día, desde hace años, y al final vi claramente que tenía que seguir este camino porque era lo que me hacía feliz.  

En la mesa redonda sobre inclusión educativa, la tercera por la derecha

Laura, ¿qué significa la educación para ti?  

Es la base del adulto que seremos algún día y para eso tenemos que tener una buena educación en todos los aspectos, pero, sobre todo, necesitamos maestros que se preocupen realmente por el niño como ser humano. Maestros que quieran colaborar con los padres para que ese niño crezca sano mentalmente, con autonomía, autoestima y unos valores que le hagan ser una buena persona.  

‘Necesitamos maestros que quieran colaborar con los padres para que los niños tengan autonomía, autoestima y unos valores que les hagan ser buenas personas’

Sin duda. Un desafío que estarás deseando abordar profesionalmente… 

Sí. Ese es mi objetivo: trabajar como maestra. Y ojalá lo consiga nada más acabar la carrera. 

Pues te deseamos mucho éxito en este proceso formativo, en tu voluntariado y en tu futuro inmediato. Gracias por compartir tus reflexiones con nosotros. 

Muchas gracias a vosotros. 

Artículo anteriorUna experiencia inolvidable en Naciones Unidas
Artículo siguienteFormando al Batallón de Policía Militar I para responder de manera efectiva en situaciones de emergencia sanitaria