• Loli Botía, profesora de Magisterio del CEU en Elche, elabora, junto a docentes del colegio Salesianos, un proyecto de actuación para potenciar los “patios inclusivos»
  • El programa Valents Comedor se ha dispuesto para llevarlo a cabo desde la etapa de Infantil, 4 y 5 años, hasta 6º de Primaria

“El bullying es un problema que se da en las aulas pero no solamente en ellas, nos referimos a que existe otro escenario como es el patio. Y se produce en cualquiera de sus formas, tanto en las etapas de Primaria y Secundaria, como en Infantil, que aun  existiendo estudios  al respecto no son los suficientes”, asegura Loli Botía, profesora de Magisterio en el CEU de Elche y miembro del gabinete psicopedagógico del colegio Salesianos San Rafael de Elche, quien ha detectado, en una encuesta con más de 2.200 alumnos, que la mayor parte de casos de acoso escolar se producen en las horas de patio, según manifiestan dichos alumnos.

Para Loli Botía, la prevención del bullying debe empezar en edades tempranas, como Infantil

Botía y el equipo del colegio vienen trabajando, desde el curso 2014/2015, en el estudio de las relaciones sociales en las aulas y a través de un sociograma que ha elaborado el propio centro para Educación Infantil (para el nivel de 5 años) y  1º de Educación Primaria y otro sociograma estandarizado de 2º a 6º de Primaria que, entre otras, miden la variable topográfica del acoso escolar, han podido detectar que las conductas sospechosas de bullying, en sus diferentes manifestaciones, se producen mayoritariamente en los patios escolares. “Hemos preguntado a los tutores y hemos analizado las respuestas de unos y otros y esto nos ha permitido saber qué niños o niñas son identificados por dos agentes distintos (profesorado y alumnado) y quienes necesitan una ayuda especial, debido al rol que están ejerciendo en su grupo de clase”.

A partir de las respuestas obtenidas, pusieron el foco en el llamado patio de comedor, en el que se congregan un número significativo de niños y niñas, y que es más duradero que el patio de recreo. La idea era ampliar la prevención del bullying más allá de las aulas, por lo que crearon el programa VALENTS comedor, en el que una vez a la semana, durante todo el curso escolar, el alumnado que se queda a comer, alrededor del 70% del alumnado del centro, y que abarca desde 4 hasta 12 años, disfruten de “patios emocionantes”, patios inclusivos donde se llevan a cabo “una serie de actividades con las cuales se educa al alumnado desde una perspectiva socioemocional”, asegura Botía.

“Sin duda alguna el patio es ese escenario dónde se dan los encuentros más importantes y no por ello pedagógicamente menos importantes. Lo importante no es el espacio o el lugar. No se trata de un patio grande o pequeño, se trata de una forma de estar. Estar con una actitud atenta y disponible al alumnado. Estar a tiro de quien pide ayuda, incluso muchas veces sin palabras, o de quien necesita una palabra amiga, una «palabra al oído», de ánimo, de corrección, de preocupación. Se trata de educar y de implicar a toda la comunidad educativa”, reconoce esta experta.

“La presencia de conductas violentas, conductas de rechazo, conductas de un trato inadecuado entre iguales se produce desde edades tempranas, Por ello, pretendemos prevenir y dotar de herramientas al alumnado desde la etapa de Educación Infantil, para poder contribuir a la mejora de la competencia social”

Para Botía, “la presencia de conductas violentas, conductas de rechazo, conductas de un trato inadecuado entre iguales se produce desde edades tempranas, Por ello, pretendemos prevenir y dotar de herramientas al alumnado desde la etapa de Educación Infantil, para poder contribuir a la mejora de la competencia social, garantizando la continuidad en el trabajo que desarrollaremos con el alumnado durante la Etapa de Primaria”.  Entre otras razones, porque la mayoría de programas para actuar frente al acoso escolar se centran en Secundaria y los de Primaria están pensados a partir de 3º.  Creemos firmemente que es importante prevenir y educar para una convivencia pacífica desde la más tierna infancia.

Las actividades de este proyecto se han distribuido en ocho bloques temáticos, que se deben contemplar de forma global, ya que las competencias están relacionadas entre sí. En ellas se trabaja la educación emocional, la gestión emocional, la autonomía emocional, las habilidades socioemocionales, la resolución de conflictos, la coeducación, la cohesión de grupo y la diversidad. El programa de comedor se complementa, advierte Botía, con el trabajo que también se desarrolla en el aula, en las diferentes etapas educativas de Infantil a Primaria, ya que en este primer espacio es donde se inicia la sensibilización al alumnado.

Los futuros maestros deben atentos a la detección y tratamiento del acoso escolar

“Los roles sociales tienden a perpetuarse, por eso, todos los miembros de la comunidad educativa somos responsables de nuestros menores y cuando centramos nuestra mirada con atención descubrimos los orígenes de conductas socialmente preocupantes, y que, sin intervención temprana, acabarán siendo conductas de acoso entre iguales”, reconoce Botía.

Por ello, esta profesora del CEU de Elche, incide en el papel de los maestros y de los monitores de comedor, como adultos de referencia de los miembros más jóvenes de cada comunidad educativa, para darle importancia a la visibilización y a la no tolerancia de dichas conductas. “Nos referimos a todas las formas que adopta el bullying y no sólo a la violencia física, sino también al aislamiento social, al rechazo, a la humillación a la burla. Y resulta evidente que no es algo ocasional (que en mi humilde opinión tampoco se debe permitir), sino que estas conductas, que se perpetúan en el tiempo, minan la autoestima de las víctimas y genera una situación de indefensión”.

Esta experta enfatiza: “Si nuestra pretensión es educar, no cabe duda de que los principios pedagógicos como prevención y detección precoz podemos aplicarlos también al desarrollo de la competencia social del alumnado, desde las primeras etapas. Si empezamos lo antes posible a proporcionar a nuestro alumnado herramientas para socializar de una forma sana, podremos vislumbrar el cambio”.

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