• Gina Torres, alumni de Enfermería, repasa su día a día en un centro sanitario de Barcelona, con la crisis del COVID 19 como telón de fondo

A Gina Torres la crisis del COVID 19 le ha cogido, en Barcelona, donde trabaja en el Hospital Comarcal Sant Jaume de Calella. Su desempeño, seguramente, no tiene el nivel de espectacularidad de los que aparecen en los medios de comunicación, pero es igualmente necesario: se encuentra en el servicio de hospitalización, donde realiza turnos de 12 horas para poder abordar los ingresos por COVID19.

– ¿Cómo ha cambiado el COVID-19 tu día a día?

Ha cambiado en un aspecto fundamental y es en impedirme poder ver a mis familiares.  Actualmente ejerzo como enfermera en la provincia de Barcelona, pero mi hogar está en Elche. Antes de este caos bajaba todos los meses, por lo que el trabajar lejos no se me hacía duro. Actualmente, entre los horarios de 12 horas, la imposibilidad de sociabilizar fuera del ámbito laboral y el encontrarte lejos de casa y de tus seres queridos, hace que haya días bastante tristes. Pero dentro de lo malo, estoy bastante bien, comparto piso con una compañera del hospital y la relación es bastante buena, tenemos una terraza enorme y vivimos en primera línea de playa, por lo que estoy feliz la gran parte del tiempo.

Gina Torres con sus compañeras del Hospital Comarcal Sant Jaume de Calella

– ¿Y en tu centro de trabajo?

Sinceramente, en cuento al ámbito laboral mi labor se ha modificado bastante poco. Por suerte, el hospital, debido a las necesidades, destinó todas las plantas a pacientes con covid positivo, excepto dos plantas destinadas para los covid negativos.  Yo me encuentro en una de estas plantas libres del bichito. Lo único que se ha modificado es la necesidad de llevar mascarilla durante todo el turno.

– ¿Qué crees que te va aportar esta experiencia laboral?

Aprendizaje, conocer a compañeras maravillosas y formar un gran equipo y un incremento de conciencia social y de valorar aún más los detalles. Y aportándole un poco de humor a la entrevista, también me aportará kilogramos. Los regalos hacia los sanitarios son abundantes y es difícil resistirse a la tentación.

– ¿Cómo se gestionan las emociones personales, los sentimientos en tu trabajo de Enfermería en esta crisis?

A mi parecer, exactamente igual que lo hacíamos antes, apoyándote en tu equipo y, sobre todo, sabiendo e intentando separar la vida laboral de la personal. Como sanitarios estamos destinados a ver desgracias y el sufrimiento humano continuamente, por lo que gestionar las emociones de una adecuada forma y no llevarte el dolor a casa, es lo más adecuado para nuestra salud emocional.

Durante una de las jornadas en la unidad de hospitalización

– ¿Os ha cambiado a los profesionales del colectivo sanitario esta situación?

Personalmente, no. No considero que nos haya cambiado, es obvio que la carga de trabajo es mucho mayor y nuestra capacidad de reacción tiene que estar acorde con la situación. Estamos ante una patología desconocida, aún en estudio, de la cual salen cada día aspectos nuevos de esta y actuaciones diferentes. Seguimos siendo los mismos de siempre, pero profundizando más en los conocimientos y reciclajes continuos sobre cómo evoluciona esta patología y las técnicas adecuadas para su gestión. Cuando hablo de que seguimos siendo los mismos me refiero a que la profesionalidad, empatía, cuidado y amor que ponemos en nuestra labor no se ha modificado, quizás se ve incrementada con algunos casos específicos, pero está presente en todo momento.

– Desde el Estado de Alarma, todos los días la gente sale a sus balcones, terrazas o ventanas a las 20.00 horas para aplaudir y reconocer vuestro trabajo. ¿Qué sensaciones te genera este tipo de actuaciones?

Emoción, pero no porque los aplausos vayan dirigidos a los sanitarios, sino por ver a toda una nación unida luchando y apoyando a todos esos trabajadores que cuando todo comenzó no eludieron sus responsabilidades y estaban al pie del cañón.

– ¿Va a cambiar la percepción sobre el papel de la Enfermería como profesional sanitario tras la crisis?

Sinceramente, no lo creo. Actualmente la actitud para con los sanitarios es de gratitud, pero la población tiene tendencia a olvidar y a volver a viejas costumbres, espero equivocarme y que Enfermería crezca como profesión.

– Si se puede contar, cuál es la experiencia que más te ha enriquecido durante tu trabajo

Es una experiencia generalizada, no una específica. Me ha enriquecido el estar en la planta de hospitalización donde el mayor número de pacientes son oncológicos recientes. El hablar con ellos y que te cuenten sus inquietudes, temores, deseos y su filosofía de vida para con la enfermedad, me ha enriquecido profesional y personalmente porque es en esos momentos cuando te das cuenta de que hay cosas peores que estar en confinamiento dos meses, porque mientras a ti te confinaban a mí me ingresaban en la planta a un paciente que se había dado un golpe en la cabeza y desde entonces tenía náuseas y vómitos. Veía a la gente quejarse de estar en casa viendo la tele con sus seres queridos y era inevitable pensar en mi paciente, que por desgracia o por suerte debido a ese golpe le detectaron metástasis cerebral y a él sí que le hubiera encantado estar en casa con sus seres queridos viendo maratones de películas. Con esto me refiero a que son este tipo de experiencias las que te hacen tener los pies en tierra y valorar los pequeños detalles y a tus seres queridos como realmente se merecen.

– ¿Crees que la sociedad española sabrá gestionar adecuadamente el desconfinamiento para no volver a recaer?

Actualmente se ha visto que hay un gran porcentaje de población que carecen de esa conciencia y responsabilidad social, por lo que espero que sea mayor el peso que ejerce la población responsable y no tener que volver a reabrir camas extras en UCI o adaptar servicios de reanimación post quirúrgica como UCIS.

– ¿Hasta qué punto, la formación que has recibido en el CEU te sirve para tu profesión actual?

Han sido quienes me han dado los utensilios y conocimientos necesarios para yo como persona ser la profesional sanitaria que quería ser. Por lo que la formación es útil a la vez que necesaria, pero también quien te la imparte y por suerte considero que he tenido a grandes personas y profesionales como docentes durante mis 4 años de formación.

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