Fotógrafa, bloguera, veterinaria, amante de los animales, de la aventura y de este mundo que vivimos y compartimos. Lucía García Rodríguez (Lü Bernaîn), antigua alumna de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera, decidió un día descubrir el mundo desde un ciclomotor restaurado por ella misma y compartir sus experiencias. Más de 2500 kilómetros, 7 países, y la posibilidad de llevar la velocidad exacta para conocerlos en profundidad. Su formación en Veterinaria le ha dado “esa capacidad de sacrificio, ese rigor, esas ganas de investigar y seguir aprendiendo”, las bases para iniciar un nuevo proyecto que intentará captar desde el objetivo de su cámara “alguna de nuestras joyas en peligro de extinción, lo que para mi resulta un sueño”.

¿Cómo empezó esta aventura?
Fue posible gracias a un cambio en mi forma de viajar. Desde hace ya años concibo el viaje de otro modo. Me di cuenta de que me llenaba mucho más vivir en los países que visitaba, descubrirlos poco a poco, formando parte de ellos. Por eso en estos últimos años he vivido durante doce meses en Australia, y apenas acabo de llegar de vivir diez meses en Hungría. Allí empezó la aventura. Viví en la segunda región más pobre del país, Ormánság, concretamente en un pueblecito de 500 habitantes llamado Kémes. Una de las actividades preferidas por la gente es la pesca, y sorprendentemente, quienes se lo pueden permitir, utilizan este tipo de motos para desplazarse hasta el río. Allí descubrí este pequeño ciclomotor, y simplemente fue algo así como un amor a primera vista. Me pareció una reliquia, así que no tardé demasiado en buscar alguno que se vendiera, comprarlo y restaurarlo con la ayuda de un vecino mecánico. Quería volver con mi nueva moto para España, y ni se me pasó por la cabeza la idea de enviarla, iríamos juntas, poco a poco, dueñas del tiempo. 

¿Cómo pasó a convertirse en la mejor compañera de viaje?

Disfruté muchísimo de todo el proceso, desde la emoción del día de la compra, pasando por las tardes interminables de lijado, hasta las noches en la máquina de coser haciéndome a mi medida las alforjas. El viaje empezó muchos meses antes de subirme a la moto y empezar a avanzar. Pero claro, al final esa es la parte por la que haces todo lo demás. Disfruté de la moto a través de unos 2500km. Cientos de kilómetros gracias a los cuales tuve la suerte de cruzar siete países: Hungría, Croacia, Eslovenia, Italia, Suiza, Francia, y finalmente, España.

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¿Cuál ha sido tu motivación?

El Descubrir. El sentir nuevos estímulos, nuevas gentes, nuevos sabores, hace que me olvide de todo lo demás. Más tarde se unieron las ganas de romper barreras, límites que ponemos en nuestras mentes, ya que la gente ante mi viaje me miraba con incredulidad, casi con risas. Fueron muchos los que pensaron que no llegaría ni al siguiente pueblo. Eso me dio fuerza para demostrar que todo es posible, que no hay obstáculo inquebrantable, que lo único que nos frena son los miedos.

¿Qué experiencias te deja?
Este viaje, totalmente diferente a todos los que había realizado con anterioridad, me ha hecho descubrir otra forma de viajar. Me ha permitido perderme por rincones que de otra forma seguramente no hubiera descubierto, me ha «obligado» a ir por los caminos más perdidos, avanzando entre bosques, frente a ríos, lagos…Regalándome un contacto con la naturaleza incomparable. Por otro lado, el usar la tienda de campaña, también me ha hecho valorar una vez más las comodidades con las que contamos día a día y que muchas veces olvidamos. Una ducha se convierte en el mejor momento del día, y una sopa caliente antes de dormir cocinada en el camping gas, en el mejor manjar. Me ha dejado una gran experiencia de vida, de valores.

¿Qué ha sido lo mejor?
Yo siempre digo lo mismo después de mis viajes, lo mejor, sin duda, son las personas que te encuentras y que pasan a formar parte de ti, y de tu vida, aunque nunca los vuelvas a ver. El mejor día del viaje, sin duda alguna, fue en Eslovenia, cuando por casualidad me crucé a una familia circense con la que finalmente hice noche. Esta maravillosa familia, desde hace más de veinte años vive de la autosuficiencia, en un sistema de vida totalmente alternativo. Muchos, al verlos, los denominarían unos «hippies». Para mi son un ejemplo de personas. Ojalá todos los quinceañeros de nuestro país fueran tan educados, tan cultos y tan maduros como el hijo de esta familia.

¿Y lo más difícil?
Lo más difícil fueron los parones forzosos a los que tuve que hacer frente debido a la rotura de una pieza eléctrica. Aunque contaba con ello, de hecho me sorprendió que me fallara tan tarde, cuando llegó el momento se me hizo raro, me costó el cambio de rutina, el levantarme y no tener que preparar la moto, ni que conducir… En esos momentos solo pensaba en el reencuentro con la familia y los amigos para mantener la energía a tope.

Una anécdota
Venecia es preciosa, pero lleva un buen mapa!!!!! Me adentré en las calles de Venecia con toda la ilusión de descubrir un lugar maravilloso, sin pensar demasiado en la posibilidad de perderme o no poder salir… Pero Venecia es un «bendito» laberinto!!! Estuve más de dos horas dando vueltas y vueltas, y al final me choqué con una chica que estaba tan perdida como yo, pero con móvil, y juntas logramos llegar al bus. Congeniamos tanto que al día siguiente recorrimos toda la ciudad juntas, y esta vez, conseguimos salir a la primera.

Siempre he sido una amante de los animales. De todos ellos, desde un insecto hasta la ballena azul

Me han contado que preparas un reportaje fotográfico sobre especies en peligro de extinción…

En Australia tuve la suerte de poder fotografiar infinitud de animales, entre ellos el casuario, que es un ave en peligro de extinción. Disfruté muchísimo de esos días de búsqueda, por lo que ahora tengo un proyecto, aquí en España, que espero llevar a cabo en el próximo año, y que efectivamente intentará captar alguna de nuestras joyas en peligro de extinción, lo que para mi resulta un sueño.

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Un proyecto en el que tiene mucho que ver tu formación en Veterinaria…
Creo que lo que más me aporta el haber estudiado Veterinaria en mi día a día, es esa capacidad de sacrificio, ese rigor, esas ganas de investigar y seguir aprendiendo.

¿Por qué elegiste esta titulación?
Siempre he sido una amante de los animales. De todos ellos, desde un insecto hasta la ballena azul. Cuando todas mis amigas tenían forrada la habitación con imágenes de grupos musicales, yo tenía en la pared osos, mantis, lobos y otras muchas especies. Cuando tuve que decidir qué estudiar, mi duda fue si Biología o Veterinaria, ya que soy una gran amante de la naturaleza. Finalmente elegí esta última, pensando en el futuro, en la salida profesional.

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“Mis años en la Universidad fueron de los mejores de mi vida”

¿Cómo recuerdas tu paso por las aulas del CEU?
Mis años en la Universidad fueron de los mejores de mi vida. También los más duros, ya que Veterinaria no deja demasiado tiempo libre. Pero de cualquier modo los recuerdo con una gran sonrisa. Tuve la gran suerte de poder disfrutar de grandes maestros, Ángel García, Lorena Mocé, Nacho Pérez, Empar y Mireia García, Vicente Rodilla. Todos ellos incentivaron mis ganas de saber, de aprender, de ir más allá. Me hicieron crecer como persona. Creo que eso es lo que más me gustó de la Universidad, que defendía el formarte, ante todo, como persona. Creo que muchas veces se nos olvida, olvidamos que antes de ser periodistas, enfermeras, veterinarios, somos eso, personas, seres que sienten. Otro gran regalo de esa época fueron, como digo yo, los hermanos de corazón. Grandes amigos que me acompañarán toda la vida.

¿Cómo afrontas el futuro? ¿Qué proyectos tienes?
Soy más de vivir el presente. Afronto cada día como si fuera el último, porque podría serlo. Por eso cada día hago lo que siento, lo que verdaderamente creo que tengo que hacer. No me gusta quedarme con el «y si hubiera»… Por ello llevo adelante proyectos como el de la fotografía, que tienen mucho que ver conmigo, con mi persona, con ese ser amante de la naturaleza y de los animales. Creo que lo importante es ser feliz, y tu eres el responsable de labrar el camino que te lleve a esa felicidad. Yo, simplemente, intento hacerlo.

Enhorabuena Lucía y mucha suerte!!!!

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